El Obispo de Astorga, Jesús Fernández, acaba de firmar el Decreto de creación de las Unidades Pastorales (UPA) de la Diócesis de Astorga que se completa con el nombramiento de los coordinadores de cada una de ellas.

En total, son once la UPAs con la que contará nuestra diócesis, "una comunidad de fieles configurada como una agrupación de parroquias limítrofes, las cuales conservando su identidad, sus derechos y deberes, están llamados a formar una comunidad cristiana viva, orgánica y que se guía por criterios pastorales comunes en clave misionera y sinodal, y es confiada a los párrocos la participación activa de los seglares y consagrados".

Victor Manuel Murias será el coordinador de la Unidad Pastoral de Astorga y las otras diez quedan configuradas de la siguiente. Francisco Javier Redondo (UPA Ponferrada); Eugenio Martínez (UPA Rivas del Sil); Jorge Celada (UPA Combarros); José Antonio Crespo (UPA A Rúa); Jesús Alvarez (UPA O Barco); Agustin Rubio (UPA Sanabria); Carlos Hernández (UPA Los Valles); Juan Herminio Rodríguez (UPA La Bañeza); Francisco Ignacio Calzada (UPA del Orbigo) y Celestinoi Mielgo (UPA Bembibre).

Según afirma el prelado asturicense en su decreto, "la situación humana, social y eclesial en muchas parroquias ha llevado también a nuestra Iglesia a plantearse ya desde hace más de veinte años esta renovación y, fruto de este anhelo y compromiso, fue la elaboración y puesta en marcha de Centros de Atención pastoral.

En este momento, nuestra iglesia particular se siente llamada a seguir creciendo en la fe, a impulsar la vida comunitaria y a reforzar la actividad misionera configurando comunidades abiertas capaces de realizar una pastoral sectorial y especializada", afirma el obispo que explica que con esta renovación "no se pretende anular las parroquias que siguen siendo indispensables, sino integrarlas en otras estructuras que nos faciliten afrontar los retos que nos presenta el momento actual".

Mons. Jesús Fernández apunta que "nuestra iglesia particular de Astorga ha recorrido un largo camino de reflexión y estudio, se han recogido sugerencias y aportaciones por parte de sacerdotes, consagrados y laicos y se han consultado también a distintas instituciones eclesiales".

Ahora, fruto de todo este trabajo, el obispo aprueba ad experimentum por cuatro años los criterios y normas de funcionamiento de estas Unidades Pastorales y el mapa y encomienda a sus coordinadores empezar a funcionar en esta "renovada pastoral evangelizadora y misionera quye deseamos responda a lo que el Señor nos pide y la Iglesia necesita", finaliza el Obispo en el decreto.