LA RELIGIÓN A EXAMEN

Idénticas, o similares, certezas puede entrañar aseverar que la religión es tan solo una y universal, que muchas. Mientras que algunos piensan, empeñan y sacrifican su tiempo y sus vidas en la defensa de la única y sin par religión, otros alientan la creencia de que religiones hay muchas, y hasta que cada persona puede muy bien haberse inventado la suya o, al menos, aplicársela a sí mismo en conformidad con las circunstancias. En lo que aparece la unanimidad es el común sentir de que todos somos “religiosos” y en que, de una u otra manera, la religión subsistirá sempiternamente, alcanzando, en ocasiones, cotas muy considerables de preocupación y de primacía. Por tanto, la reflexión sobre el tema no resultará ociosa, con insistencia en puntos como los siguientes:

. Dios, eje y referencia suprema de la religión, es siempre, y de por sí, uno y verdadero. Es poseedor de diversos nombres que lo definen, pero sin que ellos limiten su condición divinal, sino que la enaltezcan y enriquezcan, en beneficio de su obra creada.

. Dios es, por tanto, cristiano, y musulmán, y judío, y Gran Arquitecto, y Causa Prima y, en raras ocasiones y para algunos, Dios es hasta ateo…

. Las más frecuentes definiciones del Dios – también del cristiano-, han coincidido, y coinciden, con términos tales como “Todopoderoso”, “Altísimo”, “Ser Supremo”, “Omnipresente”, “Principio y fin de todas las cosas, “Juez Supremo”, Omnisciente”, y castigador de vivos y muertos… La misericordia, la ternura, la piedad, la compasión, la dulzura, la bondad, el cariño, la clemencia, la humanidad, el perdón, la conmiseración… comienzan, por fin, a abrirse camino en la renovación de la idea teologal, también en los esquemas del adoctrinamiento religioso cristiano, con constancia de que las dificultades para ello están siendo frecuentemente insalvables.

. La imagen de Dios- Madre, en idéntica proporción a la de Dios-Padre, no acaba de ser acogida por catequistas y evangelizadores “oficiales”, distanciados, y todavía enemigos, de cuanto es, significa y puede aportar la mujer, con todas sus consecuencias, en el organigrama teológico y canónico de la Iglesia. El machismo montaraz y veterotestamentario vigente, le roba a la Iglesia modernidad y evangelio y, por supuesto, devotos y devotas

. A las religiones, con especial referencia a la cristiana, les sobran funcionarios. Son muchos los que se sirven de ella, con “dignidades”, títulos y emolumentos que les instan a los fieles a dudar si su servicio ministerial a Dios es el propio y específico de una carrera más, en el ámbito y consideración de la sociología.

. A las religiones –también a la cristiana-, les sobran pecados, cánones, hipocresías, actos de culto, ritos y artículos de fe, al igual que le faltan obras de misericordia, bienaventuranzas, bendiciones y promesas efectivas de alegría y de felicidad para sí y para los demás, en esta vida y en la otra.

. El conservadurismo y la perpetuidad- pertinacia en ideas, ordenamientos y comportamientos, se presentan férreamente en las religiones como otros tantos dogmas de fe, dificultando obstinadamente todo posibilidad de progreso y de adecuación en las mismas a las necesidades de los tiempos nuevos, con lo que la relación “religión- vida” es difícilmente practicable, en conformidad con la voluntad salvadora de Dios.

. La teología católica ha conseguido, por ejemplo, que la Iglesia- Estados Vaticanos- no haya podido firmar el Convenio Internacional de los Derechos Humanos, por impedírselo así determinadas formulaciones “dogmáticas” hoy vigentes en su adoctrinamiento canónica.

. Esa misma teología y praxis doctrinal, con sus interpretaciones y argumentos bíblicos, justificaron, y justifican, guerras santas, cruzadas, fanatismos e intolerancias, con las “debidas licencias eclesiásticas”, autorización y aportación de versículos de los libros sagrados del Antiguo Testamento en los que el mismísimo Dios manda matar en su nombre...

. Jerarcas religiosos y líderes políticos, por ellos educados en fervorosos sistemas y tácticas confesionales, ahormaron a Dios a su imagen y semejanza, nacionalizándolo, y haciendo del mismo y de sus signos, “santo y seña” de su preponderancia y poderío absolutos en esta vida y en la otra.

. Acontece con desventurada y dramática frecuencia, que la “cultura” cristiana dimanante del contenido y pedagogía “religiosa” que reflejan y legislan los códigos y normas canónicas, carece del indispensable sostén y apoyo de los santos evangelios. En ella, por ejemplo, los miedos, los exclusivismos y los partidismos son sus más alados paladines, hasta revestidos con símbolos arcangélicos.

. Cualquier religión, cuya práctica y obsesión generen candidatos para los hospitales psiquiátricos, demanda revisiones severas, urgentes, prolijas e inteligentes.

. Dios es eternamente joven. Su imagen consuetudinal, anciana y “abueleante”, que del mismo nos ofrecen las iconografías de las religiones más tradicionales, y sus descripciones e instrucciones oficiales, es anticultural e infundada. Las mentiras y las medias verdades jamás serán portadoras de religión y de vida.
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