El cónclave
En el próximo Festival Internacional de cine de Toronto se van a estrenar 278 películas con la intención de atraer a posibles compradores, críticos y profesionales de la industria que buscan llevarse las perlas del certamen
Hay de todo en el repertorio: historias de amor, de espías, asesinatos, shows televisivos entre los que figura un tema siempre apasionante como es la elección de un Papa, máxime en estos tiempos en que la persona del Pontífice cuenta con muchos años. La película sigue el guión de un libro, que fue best seller hace unos años, de Robert Harris. El actor principal es Ralph Fiennes que encarna la figura del cardenal Lawrence, que se encarga de mover los hilos para promover y vetar a posibles candidatos. Es una historia de movimientos políticos en torno al poder eclesiástico que ambiciosos cardenales pretenden alcanzar y elaboran estrategias para conseguir los votos necesarios
Acompañan a Fiennes un buen número de cardenales como Stanley Tucci que representa a un aliado de Fiennes; John Lithgow, que hace el papel de un pomposo cardenal que se promueve a sí mismo o Sergio Castellito, un poderoso conservador que mueve sus hilos y, entre tanto varón, una monja representada por Isabella Rossellini, que también juega un importante papel. El drama se va a desarrollar entre los magníficos muros del Vaticano y el director le añade algunos de los detalles más antiguos, que perduran en los cónclaves, y que resultan extraños para darle añadido interés
No he recibido reseñas de personas que hayan visto la película. Pienso que a los auténticos católicos no les gustará por estar pensando más en la labor del Espíritu Santo que en las pequeñeces que tenemos todos los seres humanos, aunque estemos aspirando al papado