Pastores, es Navidad.
¡Alegría en el aprisco!
Bendice en Roma Francisco
y hay luz en el Vaticano.
Dale, san José, tu mano
y llévalo hasta Belén
para bendecir también
el portal y la pobreza.
La noche está de una pieza,
y se ha montado en un tren
que va de Roma a Belén
y vuelve a Belén de Roma
por el corazón del mapa.
Ay, Niño, qué hermosa broma
ser a un tiempo pobre y Papa.
Este argentino es Rey Mago
y, si la Curia le deja,
revolverá en la madeja
a su Roma con Santiago,
Belén con Jerusalén...
Todo será para bien
y, nazca donde le plazca,
el Niño de amor herido
será siempre bien nacido.
Está Francisco de blanco
asomado a su ventana.
El mundo es una campana
que dobla a divinidad.
Todo el orbe es Navidad.
Dios nace de raza a raza
y el Papa baja a una plaza
bañada de humanidad.
Dios es hombre para siempre
y Navidad Navidad.
(A manera de estrambote: Blanca zamarra papal,
Pastor con olor a oveja:
conduce a tu Iglesia vieja
y métela en el Portal).