La noticia de la sustitución de Sodano por Bertone todavía no se ha confirmado. El Nuncio sigue sin nombrar obispos. Y parece que nuestra Conferencia episcopal no se atreve a coger el toro de la unidad de España por los cuernos y nos hará una declaración consensuadita, blandita y no comprometidita, como pronosticábamos ayer.
Pues, a la espera de noticias importantes, mi insaciable ego va a volver a hablar de la cigüeña. Muy brevemente. Alguien había dicho que me habían expulsado de la Compañía de Jesús. Creo que porque siendo novicio me encontraron en un burdel de Alcalá de Henares. Ahora, y ahí está en los correspondientes posts, resulta que soy un mercedario y un claretiano rebotado. Aunque parece que algo he aprendido, ciertamente para mal, en sus correspondientes noviciados. Por lo menos a escribir.
Pues no, queridos muchachitos. A quien echaron de la Compañóa fue a Díez Alegría. Y de los claretianos a Forcano y demás compañeros mártires. A mí, hasta el momento, no me echaron de ningún sitio. Seguramente porque nunca había entrado. Ni en un seminario ni en un noviciado. Reconozco que sois muy divertidos. Pero más falsos que Judas.