Sobre los Legionarios de Cristo en visita apostólica.
Yo conozco a muy pocos miembros de la Legión y del Regnum. Los que he conocido me parecieron excelentes sacerdotes y seglares. Salvo tal vez uno con el que hablé hace ya bastantes años, un cura mejicano e importante en la organización, que me pareció notablemente bobo. Pero hay algo que no termina de encajarme. Una vida tan depravada como la de Maciel tenía que ser conocida por algunos de sus más íntimos colaboradores. No se puede disimular tanto. Pues, en mi opinión, los encubridores, los que fueran y cuantos fueran, tienen que ser apartados de la congregación. Como poco.
Esta es la carta:
¡Venga tu Reino!
MOVIMIENTO
REGNUM CHR I S T I
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DIRECTOR TERRITORIAL
9 de septiembre de 2009
A nuestros amigos y a los miembros del
Regnum Christi en España.
Queridos amigos,
Os mando a todos un saludo muy cordial, acompañado de mis oraciones para que
Dios nuestro Señor nos conceda un nuevo curso escolar lleno de gracias y
bendiciones. Quisiera expresaros en primer lugar toda mi gratitud por la cercanía y
el apoyo que habéis manifestado a través de cartas, conversaciones y encuentros
personales en las circunstancias tan duras y difíciles que hemos afrontado en estos
últimos meses. Creo que hablo en nombre de todos mis hermanos legionarios de
Cristo y de los miembros consagrados del Regnum Christi si os digo cuánto hemos
valorado vuestra respuesta llena de espíritu sobrenatural, humildad y confianza en
Dios.
Durante este período de vacaciones he pensado con frecuencia y he orado mucho
por cada uno de vosotros. Tras considerarlo ante el Señor en el Sagrario, quisiera
aprovechar estos momentos de inicio del curso para compartir algunas reflexiones y
consejos que nuestro director general, el P. Álvaro Corcuera, nos ha ofrecido en sus
cartas, conferencias y homilías, esperando que os ayuden y fortalezcan. Su
liderazgo, lleno de humildad, prudencia y caridad cristiana, ha sido una verdadera
bendición de Dios en estas circunstancias que nunca habríamos podido pensar ni
imaginar. Pidamos mucho a Dios por él para que siga sosteniéndolo e iluminándolo,
animados por la certeza de que «todo coopera al bien de los que aman a Dios»
(Rom 8,28).
Como ya todos vosotros sabéis, en el pasado reciente, después de que –en enero
de 2005– se retirara el P. Marcial Maciel, llegamos a saber que había sostenido una
relación con una señora y había tenido una hija. Más recientemente en la prensa se
comenzó a hablar de otras relaciones y otros hijos. Dado el carácter parcial de la
información disponible y la imposibilidad de evaluar de modo inmediato y
definitivo esta situación compleja, la Legión de Cristo no puede en estos momentos
hacer una declaración al respecto.
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Toda esta información inesperada ha provocado, humanamente, reacciones
diversas, según la personalidad, sensibilidad y situación personal de cada uno:
dolor, miedo, sospecha, inseguridad, desengaño, compasión… No podría ser de otra
manera. Todos hemos sentido el impacto de estas noticias, y nos encontramos
necesitados de luz, consuelo y apoyo mutuo. Las distintas emociones y
sensibilidades, la vasta maraña de información, rumores y especulaciones, unidos al
deber cristiano de no divulgar los pecados de otros han hecho difícil publicar el tipo
de declaración directa que quizá algunos esperaban de nosotros. Se añade además el
hecho de que no sabíamos, y que aún no sabemos, todos los datos de esta nueva
realidad que nos toca vivir. Es posible que nueva información siga saliendo a la luz.
Todo esto nos hace valorar aún más la sabiduría, sobriedad y el sentido pastoral con
que actuó la Santa Sede sobre las acusaciones contra el P. Maciel.
Como se señaló en el comunicado publicado el 19 de mayo de 2006, la
Congregación para la Doctrina de la Fe realizó una investigación e invitó al P.
Maciel “a una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio
público”.
Nuestras oraciones deben estar con todos aquellos que de alguna manera han sido
perjudicados o escandalizados por las acciones del P. Maciel. El P. Álvaro Corcuera
ha comenzado a acercarse personalmente, y en privado, a quienes él sabe que han
sufrido, pidiendo disculpas sinceras. Como escribió en su carta del 29 de marzo:
«Estamos profundamente apenados y pedimos sincero perdón a Dios y a quienes
hayan sido lastimados». También lamentamos que por nuestra incapacidad para
detectar en su momento estos hechos no los hayamos aceptado y comunicado
oportunamente, y así hayamos podido causar aún más sufrimiento.
Hemos de rogar constantemente al Espíritu Santo que nos conceda la gracia de
ver todo esto a través del Corazón de Cristo. El P. Álvaro nos ha motivado a vivir
estas circunstancias en un clima interior de fe, esperanza, caridad y humildad: «La
petición que he hecho a Cristo con gran insistencia –nos dijo recientemente– es la
de vivir y actuar en todo como Él quiere, según su Voluntad: ver todo con su
mirada, hablar con sus palabras, pensar con sus criterios, amar como Él ama».
Es evidente que estos hechos nos llevan a hacer un análisis sobre el pasado y el
presente y a considerar las previsiones para el futuro. Muchos de vosotros,
comprensiblemente, os preguntáis si la Legión de Cristo está viviendo con altura y
responsabilidad este momento, y si está tomando las medidas necesarias. Estamos
decididos a hacerlo, lo estamos haciendo y seguiremos haciéndolo.
Ya desde hace tiempo se ha comenzado un proceso para encontrar la correcta
ubicación de la figura del P. Maciel en la Legión de Cristo y en el Regnum Christi.
Si bien no podemos olvidar que él es nuestro fundador e hizo mucho bien, tampoco
podemos negar que los hechos que han salido a la luz no pueden ser, en modo
alguno, considerados como un modelo a seguir para las generaciones presentes y
futuras. Todo esto debe conducirnos a lo esencial: colocar, aún más, el centro de
nuestra vida en Jesucristo.
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Estamos tomando medidas para que no haya referencias inadecuadas a su
persona, estudiando el lugar que deben ocupar sus escritos, etc. Se trata de un
proceso progresivo y difícil, dada la necesidad de discernir entre su vida privada, lo
que hizo en calidad de fundador, la sólida doctrina católica que objetivamente nos
transmitió y los legítimos aspectos institucionales que la Legión de Cristo y el
Regnum Christi recibieron de Dios a través de él, que están aprobados por la Iglesia
y que han hecho tanto bien. Sería un error adoptar medidas precipitadamente,
basándonos en las impresiones del momento o el estado de nuestras emociones. Por
ello, y porque este discernimiento no es algo que se puede hacer a la ligera y de
inmediato, el P. Álvaro ha estado y está buscando la asesoría y la orientación de
hombres santos llenos de experiencia, prudencia y del don de consejo. También
estamos recibiendo la ayuda materna de la Iglesia y de nuestros superiores en la
Santa Sede, a quienes estamos muy agradecidos. Vamos a seguir construyendo el
Reino de Cristo en comunión con la Iglesia universal y local.
En este contexto se enmarca la Visita Apostólica que inició el pasado 15 de julio.
Don Ricardo Blázquez, Obispo de Bilbao, ha sido nombrado Visitador de la Legión
de Cristo en España y ha iniciado ya la visita a los centros de formación y
apostolado, conociendo de cerca nuestra vida, y entrevistando a quienes él desea y a
quienes se lo han solicitado. Todos los Legionarios de Cristo tienen libertad para
hablar o hacerle llegar todos sus comentarios, impresiones y preguntas. Como
podéis fácilmente suponer, en este momento la Legión de Cristo no puede hacer
declaraciones específicas sobre el desarrollo de la Visita, para no interferir en la
labor de los visitadores. Mons. Blázquez presentará sus conclusiones y
recomendaciones directamente a la Santa Sede. Y acataremos con obediencia filial
lo que el Papa disponga.
Estamos también analizando de manera responsable todos los aspectos en que
debamos mejorar para que la Legión de Cristo pueda ofrecer cada vez un mejor
servicio a la Iglesia, a la sociedad, a vosotros y vuestras familias.
Hay otros aspectos que han podido crear cierta inquietud; en concreto:
a. Se pregunta si los superiores mayores conocían estas facetas de la vida de
nuestro fundador y las han ocultado. Ellos tuvieron conocimiento de los hechos
cuando el P. Maciel se había ya retirado de sus funciones como director general y
su salud estaba ya muy deteriorada. Por tanto, no hubo encubrimiento alguno por
su parte. El P. Álvaro ha estado en comunicación permanente con la Santa Sede
para recibir luz y consejo sobre el mejor modo de afrontar la situación que se fue
descubriendo. También inició un esfuerzo gradual de acciones, movido por el
deseo de comunicar primero estas circunstancias a los legionarios y miembros
consagrados del Regnum Christi.
b. Se han planteado preguntas y comentarios con respecto al “voto privado de
caridad” que se profesaba en la Legión de Cristo. Este voto buscaba asegurar que
las quejas que un religioso pudiese tener acerca del superior, fuesen presentadas a
quien tenía la posibilidad de resolverlas y así evitar la crítica irresponsable que
puede llevar a la creación de divisiones. Este voto fue aprobado por la Iglesia y
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estuvo en vigor desde 1957. El Papa Benedicto XVI, que tiene el poder de atar y
desatar, nos pidió omitir este voto y desde hace dos años ya no se profesa.
c. En los últimos dos años, siguiendo las indicaciones del Santo Padre, hemos
cambiado la praxis de que los superiores legionarios fueran directores espirituales
de los religiosos de sus comunidades y han sido nombrados otros directores
espirituales que no son sus superiores. La práctica anterior se basaba en una
tradición monástica, que veía al superior como padre espiritual y guía de su
comunidad. La actual práctica, más acorde con el Código de Derecho Canónico,
asegura el total respeto del así llamado fuero interno y de la libertad de
conciencia. Este cambio está aportando frutos positivos en los miembros de
nuestra congregación. Del mismo modo, y siguiendo las instrucciones de la Santa
Sede, los superiores ya no son confesores habituales en la propia casa.
d. Nuestras Constituciones y normas, así como otros procedimientos que hemos
ido adoptando en las instituciones que dirigimos, prevén un atento cuidado para
asegurar ambientes seguros en todas las actividades, sobre todo en las que
participan menores de edad. Uno de los estándares adoptados es, precisamente, la
revisión permanente de los procedimientos de seguridad y supervisión; es ésta
una labor que intensificaremos en España en el futuro próximo.
e. En cuanto a los aspectos financieros, desde hace ya algún tiempo, y a medida
que la Legión de Cristo y el Regnum Christi han ido creciendo, se han ido
institucionalizando progresivamente los procedimientos más convenientes,
contando además con la ayuda de colaboradores profesionales. Hemos elaborado
y verificado los procesos necesarios para asegurar que todas las operaciones
económicas estén siempre estrictamente controladas.
Es comprensible que, en medio de las circunstancias actuales, algunos deseen
servir a Dios por otras vías, separándose del Regnum Christi; otros han decidido
hacerse temporalmente a un lado y tomarse un período de oración y reflexión para
discernir, a la espera de que concluya la Visita Apostólica. La gran mayoría han
optado por seguir ahí donde están, haciendo todo el bien que pueden, conscientes de
que nuestro tiempo en la tierra es breve y limitado, y confiando en la guía prudente
y orientación de la Iglesia. Seguramente cada uno ha hecho su elección ante Dios,
movido por su amor a él y su deseo de servirlo del mejor modo posible. Es un
momento para ser particularmente comprensivos, respetuosos y para orar unos por
otros.
Antes de terminar, quisiera compartir con vosotros una inquietud y daros un
consejo personal y fraterno. La inquietud brota al constatar que muchas personas
buenas están sufriendo un gran daño y confusión por escuchar comentarios sobre
este tema llenos de detalles, a menudo morbosos, que dan por ciertos y fundados
datos y noticias –muchos de ellos anónimos–, que hoy circulan por internet y por
los medios de comunicación. La prudencia nos aconseja buscar la verdad en la
caridad de acuerdo con el Evangelio y los criterios de la moral católica, ser sobrios
al hablar y cautos al escuchar.
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El consejo que quisiera daros, como hermano y amigo, es que en estas
circunstancias pasemos mucho más tiempo en oración. Acudamos al Sagrario para
preguntarle al Señor qué piensa Él de todo esto y pedirle que nos conceda una
mente y un corazón como el suyo. El contacto con Dios en la oración y en la
Eucaristía nos ayudará a que nuestros pensamientos y palabras sirvan para edificar
al prójimo en la caridad. Será también una oportunidad de reparación.
Los legionarios de Cristo y los miembros consagrados del Regnum Christi
renovamos nuestro compromiso de entregar nuestras vidas para serviros, para hacer
cuanto está en nuestras pobres manos por velar por vuestro bienestar espiritual y
servir a vuestras familias. Os pedimos oraciones para que Dios nos conceda ser lo
que Dios y vosotros esperáis de nosotros.
Nuestra misión en la Legión de Cristo y el Regnum Christi consiste en amar,
edificar y servir. Vivimos momentos de gracia, pero también momentos de prueba.
Si sabemos vivirlas, las pruebas se convierten en oportunidades para crecer en
humildad, para aprender muchas lecciones, para mejorar; son talentos maravillosos
que dan mucho fruto. Aprovechemos para crecer en el amor a Dios y a nuestro
prójimo, que es lo único importante en nuestra vida: a más dificultad, más unidad; a
pruebas más duras, más caridad. Muchos trabajáis cada día por colaborar con
vuestros párrocos, sacar adelante apostolados, colegios, clubes juveniles, formar a
las personas en la fe… Dios conoce este esfuerzo y lo bendice. Y en estos
momentos nos pide amarlo y servirlo en nuestro prójimo. Entramos ahora en un
nuevo capítulo de nuestra historia. Ojalá también de nosotros, como de los primeros
cristianos, se pueda decir “¡mirad cómo se aman!”, y que se nos reconozca
precisamente por esta caridad mutua.
María Santísima, que «meditaba todas estas cosas en su corazón» (Lc 2,51) nos
conducirá por el camino de la voluntad de Dios y nos ayudará a responder como
Ella hizo: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38).
A todos os reitero mi plena disponibilidad para atender las dudas e inquietudes
que cada uno pueda tener. Son momentos en que todos necesitamos ser cirineos
unos de otros y apoyarnos más que nunca.
Os tengo muy presentes en mis oraciones y os pido, por favor, las vuestras.
Afectísimo en Cristo Nuestro Señor,
La carta está firmada por Jesús María Delgado L.C.