No me hagáis caso de mis latines. Ya tan olvidados. Lo importante es que parece que el Papa parece que ya no quiere a su lado, en las celebraciones vaticanas, a Marini. Y así como Juan Pablo II premió sus servicios con el arzobispado, Benedicto XVI le envía a un puesto absolutamente menor. Si esas noticias se confirman.
La liturgia Bugnini, que en España hemos padecido: Tena, Pardo y otros, parece que toca a su fin. Reconozco que el italiano asumió discretamente su papel. Pero es que era muy difícil querer más protagonismo que el del Papa.
Particularmente pienso que se entierra una equivocación si no algo peor. Y deseo que la liturgia, por supuesto que importante, deje de ser referencia máxima. La liturgia es para la Iglesia y no la Iglesia para la liturgia.
El liturgismo postvaticano ha sido absolutamente estéril. Y además permitió, seguramente contra lo que quisieran los Tena, Franquesa, Pardo y demás, mil desmanes. Y tampoco estoy seguro de que fuera contra lo que querían. Me fío poquísimo de ellos. Como de Marini.
Eso se acaba. No voy a echar cohetes. Pero me alegra. Ojalá volvamos a Dom Gueranger. Ése sí que era un liturgista.