¡Qué burros son los obispos!

A mí a veces también me lo parecen. Pero, conmigo, lo llevan crudo. Sólo les debo mi reconocimiento a su sucesión apostólica. Y nada más. Ni me dan de comer ni jugamos al mus. Pero hay gentes que les deben mucho. Que no serían nadie, o casi nadie, sin ellos.

Por ejemplo, el jesuita Masiá. Que sin la Iglesia no sería nada. Y si ahora intentara ser alguien al margen de la Iglesia lo sería exclusivamente por su anterior adscripción a la misma.

Pues, Masiá,recomienda a los obispos "que repasen la Moral tradicional". De la que no deben tener ni puñetera idea.

Yo entiendo muy bien al enemigo que, desde la trinchera de enfrente, te dice que tu capitán es un desgraciado y un vendido al infame capitalismo o al repugnante comunismo, según quien sea el que hable. Y también a quien desde el convencimiento propio critica las opiniones ajenas.

Lo que es rarísimo es el caso del jesuita Masiá empeñado permanentemente en criticar las opiniones propias. Las que deberían ser suyas porque son las de la Iglesia.

A mí tal indivíduo me duraba un estornudo. A la puta calle. ¿No estás de acuerdo con nosotros?, pues a buscarte la vida. Donde quieras y como quieras. Y que te vaya bien.

Pero tenemos una jerarquía, ordinaria y regular, masoquista. Les gusta que les den en los morros y que les llamen, y les hagan quedar, por imbéciles.

Conmigo se tienen que aguantar. No les debo casa ni comida. Pero me parece que siendo consentidos, en eso consentidos, tendrán que aguantar impávidos a quienes les ponen semejantes cuernos. Y que sin ustedes no serían nadie.

Ya son muchas ratas las que hemos visto amamantadas a sus pechos. ¿Les da gustirrinín? Pues allá ustedes. Yo se lo voy a arrojar al rostro un día sí y otro también.

Masiá es muy dueño de tener esas opiniones. Que respeto totalmente como de Masiá. Me indignan como del jesuita Masiá. Tolerado por sus superiores, por los obispos de España y por la Iglesia romana.

Tenemos demasiada constancia ya de esas trayectorias. Que siempre terminan reprobadas. Pero muy tarde. Yo pienso que Masiá está fuera de las fronteras de la Iglesia. Estoy convencido de ello pero apenas es más que mi opinión. Que valdrá lo que valga pero que no excluye a nadie de la comunión eclesial. Eso lo tienen que hacer otros. Los abofeteados permanentemente por Masiá pero, hasta hoy, callados.

Pues, si son masokas, allá ellos. A mí Masiá me parece impresentable. Totalmente. Y sigo sin hablar de su Blog. Que nunca me meto con otros compañeros de espacio aunque tenga sobre ellos mis opiniones.
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