Se la colaron pero al parecer menos.

Por lo que van contando Don Antonio Ceballos, obispo de Cádiz, se fiaba poco de estos frailes, o lo que sean, y no les reconoció. Me parece bien pero poco.

No debió permitir que en su diócesis unos individuos llevaran hábito religioso sin estar reconocidos como tales porque de tal guisa engañaban a terceros que confiaban a ellos sus mayores bajo esa apariencia religiosa. Y si, ajenos a toda disciplina eclesiástica, no le hubieran hecho caso y siguieran vistiendo hábito se lee en todas las misas de la diócesis una advertencia contra ellos y el lunes siguiente todo Cádiz sabía de que gente se trataba.

Se dice también que son rebotados de los Franciscanos de la Cruz Blanca que creo fueron fundados por el hoy cardenal Amigo. Y que en alguna ocasión también dieron que hablar. Pues vaya joyas.

Lo que sí parece probable es que terminaremos sabiendo todos los intríngulis de la historia.
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