Me ha dejado de mal humor el Blog de Xabier Pikaza
Tengo a Pikaza por el mejor teólogo español entre los fronterizos o extrafronterizos, que cada cual piense lo que quiera. No es del teólogo o de sus tesis de lo que voy a hablar. Ni de su artículo de ayer favorable a Pagola y Sobrino. Que por otra parte no habrá extrañado a nadie pues todos están en la misma frontera. Si más "p'acá" o más "p'allá" no es a mí a quien corresponde decirlo.
Respeto mucho el pensamiento de Pikaza como respeto el de todo el mundo. Está en su derecho a pensar como quiera y a expresarlo. Nunca me he metido con eso. De lo que suelo protestar es de que te den, o pretendan darte, gato por liebre. O que te den como Iglesia lo que es Pagola, Sobrino o Castillo.
Creo que en eso Pikaza es sumamente honesto. Te da Pikaza. Lo que él piensa. Comprometiéndose él y sólo él. La Iglesia no habla por su boca. Como tampoco por la mía. No pretende engañar a nadie. No habla como catedrático de una Universidad Pontificia, que lo fue, ni siquiera como sacerdote en ejercicio, que también lo fue. Plantea a cuerpo limpio sus tesis serias, estudiadas, discutibles... No tengo nada que objetar a ello aunque en parte no las comparta. Como igual me ocurre, por ejemplo, con Gustavo Bueno por quien tengo también notable estima intelectual y personal.
¿Pues a qué viene el título del artículo? Lo explico. Hubo una monja pagolera, priora o como se llame de un convento de carmelitas descalzas, seguro que no "maravillosas", que quedó extasiada con el libro del sacerdote guipuzcoano. Y como entretiene sus ocios, entre otras cosas, en leer a Pagola y a animar, poco, ya que está muy desanimado, un Blog en internet, nos comunicó a sus escasos lectores que el libro que un obispo y varios teólogos había criticado a ella le parecía maravilloso. Con lo que daba la razón al obispo que había dicho que seguramente haría daño a personas poco formadas.
Cualquiera pensaría que después del numerito que montó habría aprendido algo y en adelante sería más discreta. Pues nanay del Paraguay. Se impide la difusión o se retira la versión catalana del libro de Pagola, se suspenden traducciones a otras lenguas y reimpresiones en castellano, sale Pikaza en defensa del guipuzcoano y sor Sinvirtud de la Prudencia, del silencio carmelitano, de la humildad, de la obediencia a la jerarquía y de no sé cuantas cosas más, a aplaudir con las orejas. Hasta en francés.
Y eso me ha hecho recordar que el libro de Pagola fue presentado con fuegos de artificio en el CET de Sevilla, un amigo me cuenta que en la revista diocesana de Jaén se publicó una recensión muy favorable, que en versión castellana lo editaron los marianistas y en la catalana los claretianos...
Y pienso que esto está muy podrido. Que la dejación de autoridad durante tantos años ha gangrenado el cuerpo de la Iglesia hasta extremos verdaderamente alarmantes. Y me puse de mal humor. Pagola, la monja, los marianistas, los claretianos, la revista diocesana de Jaén, el CET de Sevilla y más que algún amable lector se encargará de recordarnos indigesta a cualquiera.