Ante la falta de noticias se acrecientan los rumores.
Es cierto que el actual nuncio en la India está en muchas bocas y que su valedor y amigo es el cardenal de Madrid. Y también que no hay arzobispado español para el que no se le considere candidato. Se habló de él para Valencia y Toledo. Ahora para Granada y Valladolid. Y, como señala hoy Bastante, es la archidiócesis castellana la que en estos momentos más suena para López Quintana.
Una vez más hay más indios que caballos. Aunque en esta ocasión sean todos los indios de la tribu del cardenal Rouco. Que acaba de colocar en Toledo a otro de la misma procedencia. Y antes en Valencia. Y en Sevilla. Pues complicado lo tiene porque en esta ocasión uno se tendrá que quedar compuesto y sin novia.
Si desechamos, `porque sería otra murcianada, el traslado del arzobispo de Granada, Don Luis Quinteiro y Don Jesús Sanz son dos excelentes candidatos para los arzobispados castellano y asturiano. Muy cómodo uno y más complicado el otro. Creo que el actual obispo de Huesca y Jaca está más que sobrado para hacerse cargo de cualquiera de los dos. Mientras que pienso que el obispo de Orense sería un magnífico arzobispo de Valladolid y lo tendría más complicado en Oviedo. Aunque un gallego listo es también capaz de cualquier cosa.
Don Jesús Sanz tiene, además, sobre sus recias espaldas, un cometido complicadísimo: meter en vereda a los religiosos españoles con una CONFER a la deriva. La Iglesia española está herida por la contestación de los consagrados. Y esa tarea la desempeñaría mejor con una archidiócesis más fácil y más cercana a Madrid.
López Quintana viene a introducir perturbaciones en lo que todo parecía hecho. Seguro estoy, aunque no he seguido su carrera eclesial, de que le sobran condiciones para ser un buen arzobispo en España. La difícilísima nunciatura en la India enseña a cualquiera y un gallego, además, ya nace enseñado. Aunque haya nacido fuera de Galicia. Pero en su caso ya no se trataría de algo que se resuelve en la Congregación para los Obispos. Sería necesario el placet de la Secretaría de Estado. Que perdería así a uno de sus diplomáticos más curtidos en la dificultad. Salvo que allí se quisieran deshacer de él.
Sentiría que Don Luis Quinteiro se quedara, otra vez, sin el arzobispado prometido. Creo que no se merece ese trato.
Y también estaríamos ante un fenómeno nuevo y extraño. Las promociones episcopales se producían casi sin excepción en personas que habían demostrado su valía o la carencia de ella en nuestra patria. Hoy ya tenemos tres obispos procedentes de Roma: Gil Hellín, Juan y Yanguas. Y también tiene esa procedencia el que se dice va a ser el nuevo vicario general de Toledo. Si ahora nos llegara López Quintana, ¿no serán muchos?