Don Vicente Jiménez Zamora, obispo de Santander, denegó en su día la misa por el modo extraordinario que le solicitaba un grupo de fieles. Quiero suponer que con fundadas razones aunque las desconozco. No creo que fuera porque el
Motu proprio del Papa le pareciera una estupidez que él no estaba dispuesto a aceptar en su diócesis.
No critico por tanto aquella decisión. Carezco de elementos de juicio para ello y me callo. Pero no sería bueno que pasara a la historia por el consentidor de lo que son farsas de misa y el oponente a la misa tradicional. No le estoy reclamando esta última. Es muy posible que en Santander no se dieran las condiciones para celebrarla. Pero sí debería impedir lo que es una profanación. Eso sí que está en sus obligaciones de obispo. Que si no las cumple alguien se las debería reclamar.