"¿Sabemos -sabiduría, saborear- vivir sensatamente? ¿Sabemos, -sabiduría- vivir?" Lo que más te importa en la vida es tu "dios", tu tesoro
"Esta podría ser también nuestra oración: concédenos, Señor, tener cabeza en la vida y buen corazón"
" Lo más importante, el acto más central en la vida de una persona es aquello por lo que está dispuesto a entregarlo todo, incluso la vida y, al mismo tiempo está también dispuesto a dejarlo todo"
"Conviene ser sensatos y no equivocarse a la hora de elegir el eje de la existencia, la piedra angular, el tesoro de nuestra vida"
"Conviene ser sensatos y no equivocarse a la hora de elegir el eje de la existencia, la piedra angular, el tesoro de nuestra vida"
. Un corazón sensato y sabio.
En la primera lectura (1Reyes) hemos escuchado lo que Salomón le pide a Dios. Salomón no le pide a Dios poder, ni escaños parlamentarios, ni una economía solvente. Sino que le pide: da a tu siervo un corazón dócil. Podía haber pedido al Señor otras cosas: poder, armas, etc., pero le pidió un corazón dócil, comprensivo y esa fue su Sabiduría.
Salomón le pide a Dios un corazón sabio y sensato. Dios se lo concede.
Esta podría ser también nuestra oración: concédenos, Señor, tener cabeza en la vida y buen corazón. Es lo que dice el salmo 89: Enséñanos a calcular nuestros años para que tengamos un corazón sensato.
El Señor no se molestó por la actitud de Salomón de sentirse débil, por sus dudas, sus búsquedas, sino más bien al contrario: al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido honradez y sensatez en la vida
Vivir la vida con sensatez …
- Lo más central en la vida de una persona es el que se toma absolutamente en serio
Durante estos últimos domingos venimos escuchando en el evangelio alusiones y parábolas de lo que constituye el centro del pensamiento y de la actividad de Jesús: el Reino e los cielos. “El Reino de los cielos” se parece a la siembra, a un tesoro, a la perla fina…
El Reino de Dios, el Reino de los cielos, es el símbolo bíblico para expresar el deseo, esfuerzo y nostalgia de vivir bajo la acción y valores de Dios. Jesús se pasó la vida sembrando este Reino de Dios y nos dejó esta hermosa y noble tarea: Seguir sembrando el Reino.
Lo más importante, el acto más central en la vida de una persona es aquello por lo que está dispuesto a entregarlo todo, incluso la vida y, al mismo tiempo está también dispuesto a dejarlo todo.
El 31 de julio, celebramos la fiesta de San Ignacio. La primera meditación de los Ejercicios es “principio y fundamento” de la vida, que es otro modo de decir y plantear: ¿cuál es el centro, lo esencial y decisivo de nuestra vida? ¿Qué es lo absoluto en mi vida?
Conviene ser sensatos y no equivocarse a la hora de elegir el eje de la existencia, la piedra angular, el tesoro de nuestra vida.
El hombre de hoy sigue siendo tan religioso o siente la misma necesidad de absoluto que San Ignacio o que en los tiempos de Cristo. Lo que ha cambiado a este respecto no es el ser humano, sino los “reinos”, “los tesoros”, las “piedras preciosas”, “los ídolos”. Muchos de nuestros conciudadanos tienen como horizonte de su vida el placer, el poder de todo tipo, dinero, consumismo, la nación, etc.
Hemos rezado en el salmo 118: El Señor es la porción de mi vida, mi herencia en la vida. Tiene mucha hondura. Los tesoros de este mundo, las riquezas de esta vida son lo que son, son buenos, pero no fundamentan la existencia humana.
- Corazón y sabiduría.
Son dos dimensiones que configuran la vida humana: el corazón (el sentimiento) y la inteligencia (la razón). Tal vez nosotros empleamos más la razón y la ciencia. Por los vericuetos de la historia occidental ha predominado la Ilustración, el progreso, lo tecnológico.
Ciertamente todas son dimensiones válidas, pero:
- o No es lo mismo la razón que la verdad. (No es lo mismo tener la razón, que ser sensato). Hay momentos o situaciones en lo que se puede tener ciencia y disciplina, pero no sensatez ni sabiduría. Se trata de tener sensatez y bondad en la vida.
- o Restregar la razón en la cara hace daño. No es humano echar en cara siempre la razón. Vivir siempre de la razón sin corazón, sin caridad, no es muy humano y menos cristiano.
- o Una razón sin caridad, (bondad) no es “verdad”, es algo de venganza.
Concluyo.
Este domingo estival puede ofrecernos un momento para pensar:
¿Cuál es el tesoro de mi vida?
Ciencia tenemos, y nos sobra, pero ¿tenemos corazón?
¿Sabemos -sabiduría, saborear- vivir sensatamente? ¿Sabemos, -sabiduría- vivir?
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