"El seguimiento de Jesús está más allá de egoísmos ciegos" Libertad Plena en el Espíritu para Poder hacer la Obra de Dios
"La naturaleza del Espíritu de Dios es no caer en la esclavitud. Porque es en esa libertad en la que se puede hacer todo lo que plenifica, dignifica y nos hace felices"
"Caminar en el Espíritu de libertad para hacer la obra de Dios. Es una realidad que muchas de nuestras esclavitudes que nos ata o sufrimos, no nos dejan hacer las obras de Dios"
El elegido por Jesucristo es una persona llamada a caminar en la inteligencia del Espíritu que siempre da libertad, conduce en libertad y nos lleva a la conquista de la libertad.
El Espíritu de Jesús nos mueve en la verdad; en esa verdad sondea los corazones de los hombres y, el consagrado, guiado por ese Espíritu, sabe moverse desde la fraternidad, pero distinguiendo los egoísmos que pueden prevalecer en los otros o en uno mismo para conducirse en la realización de la obra que Dios pide por encima de uno mimo.
Por eso Jesús dirá que hay que renunciar a uno mismo en ese seguimiento, tomando la cruz de cada día.
La naturaleza del Espíritu de Dios es no caer en la esclavitud. Porque es en esa libertad en la que se puede hacer todo lo que plenifica, dignifica y nos hace felices.
El discurso de Jesús en la sinagoga de Nazareth, después de leer el texto de Isaias, deja en claro que Él se revela para hacernos libres.
Por eso, en la llamada que vemos tanto en la primera lectura del libro de los Reyes como en el evangelio de Lucas, nos hace ver que quien es llamado debe ser una persona libre. No se puede seguir a Jesús o querer hacer la obra de Dios sin desprendimiento en libertad.
La libertad que claramente nos habla Pablo en la segunda lectura de los Gálatas nos hace ver que esa libertad es para que sea conducida y no se deje engañar por las apetencias egoístas de la carne.
Un egoísmo que no es capaz de privilegiar la fraternidad, sino que se lanza muchas veces a querer prevalecer por encima dela justicia, de la dignidad del otro, del buen trato, del respeto, de la compasión para ayudar generosamente a quien le hace falta esos gestos de amor que lo redimen, lo embellecen y le dan vida.
Eliseo es capaz de dejar su campo y sus animales con los que ara para seguir los pasos de Elías y poder hacer la obra de Dios.
Caminar en el Espíritu de libertad para hacer la obra de Dios. Es una realidad que muchas de nuestras esclavitudes que nos ata o sufrimos, no nos dejan hacer las obras de Dios.
Para Elías y Jesús, la obra de Dios es lo primero, por eso los seguidores tendrán que entender esta prioridad.
¿Cuál es la obra que de Dios que se debe realizar en la familia, en nuestra comunidad y nuestra iglesia? Veamos cuales son nuestros egoísmos que no nos permiten hacer la obra de Dios.
Por eso Jesús toma la firme determinación de ir a Jerusalén, porque sabe que ahí dará pleno cumplimiento a la obra de Dios, aunque pase por el desprecio de los samaritanos que no son capaces de darle alojamiento o aquellos a los que llama y que ponen peros o dificultades a la total disposición del seguimiento.
Muchas veces nos parecemos a Juan o Santiago de responder con represalias o desquites cuando alguien o algunos no nos dan el reconocimiento o la acogida o nos desprecian o no hacen lo que quisiéramos.
El seguimiento de Jesús está más allá de egoísmos ciegos que nos hace trascender en fraternidad madura.
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