La trascendencia del amor ante lo pasajero imperfecto Llamados a superar lo imperfecto desde el amor
" El profeta es portador de una verdad que conduce en un camino recto y sincero, que corrige, fortalece y es fecundo"
"El profeta y el amor tienen una gran tarea ante una humanidad superficial, que muchas veces no sabe ver a lo profundo"
"El amor nos encamina a la eternidad, lo demás (ciencia, don de curar…) nos ayuda , el amor es la vida en sí"
"El amor nos encamina a la eternidad, lo demás (ciencia, don de curar…) nos ayuda , el amor es la vida en sí"
La liturgia de este domingo cuarto, del tiempo ordinario, nos invita a tener una mirada profunda que sea capaz de superar lo superficial de lo temporal imperfecto.
A Dios se le descubre y reconoce más allá de lo superficial, desde la sensibilidad de conocer la manifestación de Dios a través de su espíritu.
La característica del profeta es que actúa con la misma fuerza de Dios que reposa en su ser, como es el caso de Jesús, como hijo de Dios y, del profeta Jeremías quien es consagrado desde antes de nacer.
El hilo conductor en nuestro caminar para reconocer a Dios es el espíritu de Dios que se manifiesta en el profeta, así como se revela en el amor mismo.
El amor de Dios está libre de ambigüedades y reside en la verdad misma; entendiendo desde este amor, la verdad misma de imperfección de la vida humana y sus relaciones y, que necesita ser embellecida esta vida y relaciones desde ese amor que él mismo Dios nos comunica en su espíritu.
El profeta es portador de una verdad que conduce en un camino recto y sincero, que corrige, fortalece y es fecundo. El amor que Dios nos comunica y quiere que sea fecundo en cada uno, nos abre a caminar superando la superficialidad, la frivolidad, la falta de compasión, la venganza, el rencor.
Estamos llamados llevar una vida en conciliación. El profeta y el amor tienen una gran tarea ante una humanidad superficial, que muchas veces no sabe ver a lo profundo y por la tanto carece de intuir donde se manifiesta la verdad que lo hace libre y lo conduce a plenitud.
No hay engaño que permanezca en pie ante el profeta y ante el amor verdadero. Por eso nos purifican, nos santifican y nos dan vida nueva.
Cambiar, ante la propuesta del profeta y del verdadero amor, no es fácil. Significa reconocer en que hemos perdido o estamos perdiendo el tiempo.
Por eso el profeta y el amor no pierden el tiempo. Se van a fecundar a donde hay personas que se abren a la oportunidad de dejarse acompañar para embellecer y hacer plena la vida, desde una experiencia profunda.
Se abraza al profeta y al amor, desde una libertad, para hacer un camino de plenitud. Donde se avanza para mejorar, consolidar y caminar con claridad en horizonte de esperanza.
El amor nos encamina a la eternidad, lo demás (ciencia, don de curar…) nos ayuda , el amor es la vida en sí.
La fe es fundamental para experimentar la manifestación y cercanía de Dios
Nuestras resistencias a creer son porque no vemos lo trascendente qué hay en cada uno con la capacidad de sus dones y posibilidades.
Jesús es el hijo de José, pero es el unigénito del Padre, esto sublime y escondido a los ojos humanos, les dificulta a los oyentes de Nazaret a abrirse a experimentar lo que Jesús ofrece y trae como don.
El amor cristiano -más allá de la frivolidad, superficialidad y temporalidad, con mirada profunda, con acción de vida que toca el corazón, con la claridad iluminadora de la verdad- restablece y fortalece relaciones humanas, comunitarias, de hogar, de esposos, de prójimo; generando La Paz auténtica en las relaciones verdaderas, siendo morada viva de Dios, con puerta abierta al otro en signo de acogida.
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