"Necesitamos ver como María" El Tiempo de Dios se Descubre y se Vive en una Fe Madura
"Requerimos de una fe madura que nos ayude a vivir una esperanza que sea capaz de superar tantas viscicitudes propias de la vida"
"Así Jesús en su sencillez y familiaridad con la familia de Betania, se revela como quien tiene una palabra de vida que comunicar"
"Necesitamos personas creyentes, maduras en la fe, que sean capaces de transmitir a otros lo que Dios trae y nos deja en medio de nosotros"
"Necesitamos personas creyentes, maduras en la fe, que sean capaces de transmitir a otros lo que Dios trae y nos deja en medio de nosotros"
| Fray Alfredo Quintero Campoy OdeM
Este domingo vemos en los relatos del Génesis y del evangelio de Lucas figuras paralelas en lo que se refiere a Martha como mujer activa y María como mujer de escucha, atenta en contemplación. Y por otro lado, en el libro del Génesis descubrimos a un Abraham que sabe visualizar la cercanía de Dios en los tres hombres que se avecinan a su tienda mientras que Sarah está en el quehacer y se le encarga preparar los panes para que coman los enviados de Dios.
Bien lo relata el texto del génesis de este domingo, como dice de Abraham, da de comer, de beber, y hace que descansen los enviados por Dios, quienes a su vez le dan la feliz noticia, tan deseada y esperada por Abraham, de ser Padre del hijo que concebirá con Sarah su esposa.
A Sara se le encuentra en un estado de incredulidad por la naturaleza biológica que ya no regla como mujer; y por lo tanto, es natural que piense que ya no puede concebir. Es un cuadro de esperar contra toda esperanza.
Así los datos referidos por la primera lectura del génesis, donde Abraham se pone a servir a estos enviados de Dios, dándoles de comer, beber y descansar para que puedan seguir su camino, nos recuerda lo que ya escuchábamos el domingo pasado en el texto de Lucas del Buen Samaritano que se pone a curar las heridas del hombre que ha sido asaltado, golpeado y dejado casi muerto, poniéndolo en su cabalgadura y cuidando de él para que pudiera recuperarse y poder seguir el camino de la vida.
Requerimos de una fe madura que nos ayude a vivir una esperanza que sea capaz de superar tantas viscicitudes propias de la vida, entendiendo que Dios siempre nos va a trascender en sus pensamientos y acciones. Por eso, nuestra fe madura es aquella que sabe descubrir la cercanía de Dios que viene a revelarse en su sus diferentes formas como lo hace tanto con Abraham y Sarah como con Martha y María.
Que importante ha sido la contemplación de Abraham que acoge a los enviados de Dios y hace posible aprovechar que Dios no pase de largo, sino que haga germinar la vida en el anuncio que hace el enviado de Dios, de que Sarah en un año habrá concebido un hijo.
Necesitamos ver como María, que es el momento de escucha cuando Dios se acerca, porque tiene algo importante que decirnos; como lo escucha Abraham en las palabras del enviado, que le dice que Sarah tendrá un hijo dentro de un año. Algo que puede parecer tan simple es lo más trascedente.
Así Jesús en su sencillez y familiaridad con la familia de Betania, se revela como quien tiene una palabra de vida que comunicar; y que María es capaz de escuchar y, que seguramente después, cuando Jesús se fue de Betania, María compartió con Martha, su hermana, todo aquello que Jesús le habló y le dijo. De la misma manera como hace Abraham con Sarah, de transmitirle todo el mensaje dado por el enviado de Dios.
Necesitamos personas creyentes, maduras en la fe, que sean capaces de transmitir a otros lo que Dios trae y nos deja en medio de nosotros.
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