"Un corazón limpio es el que es capaz de mirar a Dios" El corazón bueno y limpio que necesita la mirada de nuestra fe

El corazón bueno y limpio que necesita la mirada de nuestra fe
El corazón bueno y limpio que necesita la mirada de nuestra fe

"Tanto la primera lectura del eclesiástico como el evangelio de Lucas, nos invitan a quitar la basura que sale a relucir cuando se habla y que solo oscurece la mirada, perturba, quita la verdadera paz"

"Alguien que solo se la pasa murmurando, destruyendo lo que se ha buscado construir con esfuerzos, de esos hay que tener cuidado y no dejarse atrapar y menos conducir"

Un corazón limpio es el que es capaz de mirar a Dios. Es el corazón que necesita nuestra fe.

La liturgia de este domingo octavo del tiempo ordinario nos orienta en sabiduría para conocer a las personas en su verdad, poniendo atención de qué hablan, cómo hablan .

La relación y comunicación que Dios establece con el hombre para abrir espacio de participación en sus proyectos de vida y salvación es una relación de comunicación exigida desde el corazón.

El corazón revela la realidad de cada persona, en el se manifiesta la verdad de sus emociones, intenciones, deseos, su sentir y pensar.

La boca expresa lo que hay en el corazón. Ya lo recordará Jesús : del corazón salen las mentiras , blasfemias , idolatrías. La boca del hombre expresa lo qué hay en la profundidad de su ser.

Corazón

Por eso la liturgia de este domingo nos invita a considerar la valoración de cada persona en la medida de lo que revela su boca de que hay en su corazón.

Nos invita a considerar que seamos capaces de poder conocer a cada persona en la medida de su hablar.

El prudente habla lo que es adecuado, correcto, respetuoso, lo que edifica….

Cuando hablamos, ¿qué tanto edificamos, conducimos bien en el caminar de los otros?

El que edifica al hablar se constituye en un buen guía, un buen maestro. Por lo tanto, llevará a desarrollarse y a crecer

Alguien que solo se la pasa murmurando, destruyendo lo que se ha buscado construir con esfuerzos, de esos hay que tener cuidado y no dejarse atrapar y menos conducir, porque es un ciego que llevará a tropezar y en quien no se puede confiar.

Querer ser honestos, es empezar a quitar las vigas de nuestros pecados, es decir, a limpiar el corazón, para entonces tener la claridad para ayudar a los otros a quitarles sus basurillas de los ojos que les permitan hacer un camino ligero, libre de lo abrumado de la vida y con la claridad del horizonte, con mirada amplia que puede captar todo lo que la vista es capaz de ver y percibir.

Tanto la primera lectura del eclesiástico como el evangelio de Lucas, nos invitan a quitar la basura que sale a relucir cuando se habla y que solo oscurece la mirada, perturba, quita la verdadera paz. La basura de la murmuración, del chisme , de hablar ligero: hablar por hablar sin que nos conste ni podamos dar certezas de las cosas. Haciendo así, obstruimos la confianza que obstaculiza generar relaciones edificantes.

FRaile rezando
FRaile rezando

Un corazón limpio es el que es capaz de mirar a Dios. Es el corazón que necesita nuestra fe. Para que nuestra fe pueda caminar aprovechando todas las manifestaciones constantes de Dios, que luego no vemos por tanta basurilla de un corazón que hace falta limpiar de maldad.

Primero, Religión Digital
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