Presenta 'La viña devastada. De Benedicto XVI al Papa Francisco" (RBA) Juan Rubio: "España necesita en su jerarquía un giro de talante, de estilo y de formas"

(José Manuel Vidal).- "Es urgente que el cardenal Sodano salga del Vaticano". Claro, directo y sin pelos en la lengua. Así se mostró Juan Rubio, director de Vida Nueva, en la presentación de su libro 'La viña devastada. De Benedicto XVI al Papa Francisco' (RBA). Amén de limpiar la Curia, el sacerdote jiennense señaló otras asignaturas pendientes del nuevo Papa: "Citar más el Concilio" y propiciar que la Iglesia española "deje de estar hipotecada por ciertos movimientos".

En el 'Hotel de las letras' de Madrid, rodeado de compañeros, Juan Rubio tuvo la deferencia de citar y alabar el libro de José Manuel Vidal y Jesús Bastante 'Francisco, el nuevo Juan XXIII' (Desclée-RD), para asegurar que el suyo "no es ni mejor ni peor". Pero sí diferente, en cuanto que se centra en el pontificado de Benedicto XVI, como "clave del actual pontificado".

Y es que, a su juicio, con el Papa Francisco se cierra un ciclo largo, que comenzó con Juan Pablo II y concluyó con Benedicto XVI: "El mismo pontificado con dos caras". Y tras ese largo pontificado, "la Iglesia, que es muy sabia" busca "un estilo nuevo de Papa, que devuelva la credibilidad perdida a la Iglesia".

Este cambio de ciclo lo posibilita la renuncia del Papa Ratzinger. "El Papa de la palabra se convierte en el papa del gran gesto". ¿Cuál es la razón fundamental de esa renuncia? Para Juan Rubio, se trata de "un renuncia por convicción del mayor intelectual que ha tenido la Iglesia como papa en los últimos tiempos".

Una renuncia "por falta de fuerzas espirituales, más que físicas. Hay en el Papa Ratzinger un agotamiento espiritual, como el de tantos intelectuales actuales que no saben qué hacer". De todas formas, para el autor del libro, "el gran vencedor del cónclave ha sido Benedicto XVI", porque, con su renuncia, propició la llegada de un Papa renovador.

La viña devastada

El Papa Francisco se encontró, como dice el libro de Juan Rubio en su mismo título, "con una viña devastada por los jabalíes", porque "los problemas de la Iglesia no están tanto fuera como dentro". A esos problemas les irá hincando el diente el nuevo Papa que "va a conducir con luz larga, pero sin olvidar la luz corta del gobierno de la Curia". Tal y como ha demostrado ya en su primer nombramiento, el del ourensano Fray José R. Carballo como secretario del dicasterio de la Vida Religiosa.

Según Rubio, el nuevo Papa no es de los jesuitas de Iñaki (Teología de la Liberación) ni de los de Don Ignacio (los más conservadores), sino de los de San Ignacio (los moderados de la Compañía, cuya clave es el discernimiento). De ahí que el nuevo Papa se vaya a dedicar, según el director de Vida Nueva, a llevar a la práctica el Concilio. Por eso, le extraña que cite poco el Vaticano II, "la gran asignatura todavía pendiente de la Iglesia", a pesar de que su espíritu se trasluce en todas y cada una de las intervenciones papales. Tampoco cree Juan que el Papa Francisco vaya a convocar un nuevo Concilio.

A preguntas del corresponsal de La Nación sobre el título de nuestro libro 'Francisco, el nuevo Juan XXIII', Rubio reconoció que ambos Papas se parecen "en el aire de propiciar el camino para los cambios".

¿Qué tipo de cambios? Rubio señaló algunos: "Un colegio cardenalicio y una Curia más abierta" o incluso podría suprimir el IOR, "lo mismo que hizo cuando llegó al arzobispado de Buenos Aires", con el banco que administraba los dineros de la archidiócesis porteña.

U otras cuestiones más de fondo, como la infalibilidad o el papel del ministerio petrino. "La renuncia del Papa Ratzinger va a ser el punto de partida para replantearse la infalibilidad papal o la importancia de las Iglesias locales", explica Rubio. Es decir, que los teólogos y los eclesiólogos "tendrán que redimensionar la figura del Romano Pontífice, como ya está haciendo en la práctica el Papa francisco"

La renovación, en España

Rubio está convencido de que la renovación promovida por Francisco llegará a España, donde el Papa tiene que hacer "dos cambios en breve, Madrid y Barcelona, que tienen sus dos cardenales con fecha de caducidad cumplida".

Juan Rubio asegura que el Papa conoce perfectamente la situación española y le pide que, "no se precipite, aunque España necesita un giro en su jerarquía de talante, de estilo y de formas".

Un giro que, a su juicio, se escenifica ya con la visita que Rajoy le va a hacer en breve al Papa, porque " a pesar de ser una visita que el gobierno español ya tenía solicitada, no deja de ser una bofetada a la Conferencia episcopal española". Y es que el Papa se va a ver antes con Rajoy que con Rouco, el presidente.

Para Rubio, el Papa sabe perfectamente que "tres nuevos movimientos tienen un poder absoluto y han copado distintos ámbitos, como la comunicación o la universidad". Y añade el director de Vida nueva: "En España estamos hartos de que la Iglesia la hayan hipotecado ciertos movimientos que se creen los mejores y consideran al resto de la Iglesia como 'clase de tropa'". Y "eso es algo que no pasa en Italia, ni en Francia, ni siquiera en la propia Cataluña".

De ahí que, a su juicio, "en España va a tomar fuerza a vida religiosa o los curas normales de parroquia". Y, por supuesto, "en Barcelona y Madrid puede haber supresas, amén de una visita que el Papa hará a España".

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