"Érase una vez un periódico que no se parecía ningún otro…" Profesionales de 'pueblo'

“Érase una vez un periódico que no se parecía ningún otro. Se llamaba “Pueblo”, era el más leído de España y tuve el privilegio de trabajar en él. Ya no quedan lugares como aquél, ni periodistas como quienes lo habitaban. Y de los que una vez lo hicimos, andan enterrando a los últimos…"

“Nunca aprendí tanto, ni me reí tanto, ni fui tan feliz como en aquél garito de la calle Huertas de Madrid, que incluía todos los bares en quinientos metros a la redonda. Algo que aprendí allí y no olvidé nunca, es que los periodistas, los buenos reporteros, sobre todo, corrían juntos la carrera, ayudándose entre sí y solo se fastidiaban unos a otros en el sprint. Ahí, a la hora de hacerse con la noticia y enviarla antes que nadie, la norma era no darle cuartel ni a la madre que te parió…”

Reverte: "Nunca aprendí tanto, ni me reí tanto, ni fui tan feliz como en aquél garito de la calle Huertas de Madrid, que incluía todos los bares en quinientos metros a la redonda"

Esos dos párrafos forman parte del denso y adoctrinador prólogo –“Cuando fuimos honrados mercenarios”-, escrito por Arturo Pérez-Reverte, miembro de la Real Academia Española desde el 23 de enero del año 2003, ocupando el sitial de la letra “T”, después de pronunciar su discurso sobre “El habla de un bravo del siglo XVII”.

El libro del que es atrio tal prólogo y del que hago referencia, se intitula “NIDO DE PIRATAS” (La fascinante historia del diario “Pueblo” -1965-1984-) ,del que es autor Jesús Fernández Úbeda, también periodista, de quién afirma el mismo Pérez Reverte que “sin duda hubiera sido uno de los nuestros”. Con sus 310 páginas, lo publica “El Grupo Editorial Penguin Ramdon House “, en su bien cuidada colección “Debate”.

Bajo la batuta de Emilio Romero y con una tirada de más de doscientos mil ejemplares, llegó a encontrarse y permanecer en la cima del éxito, gracias a la entrega, imaginación y profesionalidad de nombres como Yale, Tico Medina, Pilar Narvión, Julio Camarero, Gabriel Cisneros, José María García, Julio Merino, Jesús Hermida, Vicente Talón, Germán López Arias, Miguel Ors, Carmen Rigalt, Raúl del Pozo, Raúl Cancio, Fernando Latorre, Paco Cercadilllo, Carmelo Cerezo, José Luís Martín, Antonio D. Olano, Rosa Villacastín, Andrés Aberasturi, el cura Aradillas, Julia Navarro, Luis Romasanta – el más y mejor universitariamente laureado-, Luis Ángel de la Viuda, José Luis Alcocer, Emilio de la Cruz, Irma Deglané, Rosana Ferrero-Soraya-, Fernández Figueroa, García de la Puerta, Balbín, Juan Luis Cebrián, Mary Carvajal, José María Carrascal, Vasco Cardoso, Luis Climent , Manolo Summers, Máximo, “Copérnico”, Aurelio Valdeón, Ernesto Franquet, Máximo Garrido, Juan Manuel Gozalo, Gurriarán, Ángel Lázaro, Lahorascala, López Negrín, Cesar Lucas, Juana Biarnés, Xavier Rodrigo, Queca, Marlasca, Martínez Reverte, Felipe Mellizo, Pepe Molleda, Fernando Ónega, Pedro Piqueras, Alfonso Navalón, José Luis Navas, el doctor Rascón, César de Navascués, Cristóbal Páez, el doctor Parra, Cristina Peña, Pepe Quesada, Sánchez Palomares, Jesús Soria, Enrique Verdugo, José Ramón Zabalay otros y otras a cargo de las “ Delegaciones de provincias” .

“El cura Aradillas…”

El autor de libro le dedica el capítulo 9 a un servidor a quien, en su calidad de clérigo, había que hacerle un hueco en los ardorosamente tiempos nacional-católicos, ya firmada la “ Carta Colectiva” episcopal de la “Cruzada Española” contra el “contubernio judeo- masónico, manantial de cuantos males graves, pasados , presentes, futuros, y hasta futuribles, pudieran acecharle a nuestra amada patria España”

¿Cómo capellán? No. Como un currante más, intentando aprender de la capacidad de trabajo, de disponibilidad, de buen humor y de imaginación que caracterizaba a todo el personal, también a los de los talleres. Estar, saberse y comportarse igual a los otros es principio de sabiduría humana y divina. Emilio me ubicó en la Tercera Página, en una sección que yo llamé “Iglesia 67” y de la que conservo un ejemplar en el que lucían las firmas Raúl del Pozo, José María Carrascal, Gabriel Cisneros y el “Gallito” mañanero y despertador, del director. Posteriormente creó y me encargó la “Página Séptima”, en color y sin publicidad, en la que se hacían presentes los temas conflictivos laborales y universitarios. Colaboradores fijos de la página fueron Luis Romasanta y Pedro Orive.

En otras secciones del periódico, sobre todo en los “extras” del sábado, logré insertar entrevistasa los Cardenales Quiroga Palacio, Tarancón, Suquía, Bueno Monreal, Fernando Sebastián, los Nuncios Riveri y Dadaglio, arzobispo Casimiro Morcillo, obispos Antonio Añoveros, José Antonio Infantes Florido, Jacinto Argaya, Alberto Iniesta, y Mons. Escribá de Balaguer, “Padre” y fundador del Opus Dei.

¿Otros temas?. Solían ser de gran interés y muy “atrevidos” entonces, ales como los relacionados con las “anulaciones“-nulidades matrimoniales, el celibato de los curas, el divorcio, las mujeres curas, los palacios episcopales, que los papas vivieran también en pisos,, el bikini, la minifalda, juguetes de muñecos y muñecas con sexo, una, o dos, camas en el matrimonio, curas obreros, Obispos -Procuradores en Cortes, “haigas” para obispos.

Por supuesto que en mi agenda “religiosa”, hay constancia de las bodas de Raúl Cancio, José María García, Juan Manuel Gozalo, el doctor Parra, Miguel Garrote, Antonio Casado- Carmen Rigalt, Xavier Rodr¡go y Queca, Mariché, hija de Emilio, Ernesto Franquet y Ángela, Vicente Romero y, de modo especial y radiante, la de Irma Deglané que, con las debidas licencias canónicas, celebré, con misa, en los mismos talleres de “Pueblo”, caso único en la historia del periodismo de España. Actuó de monaguillo el doctor Parra.

Consecuentemente también hay constancia en mi agenda, de los bautizos de los dos hijos de José María García, con presencia de don Jesús Gil y signos atléticos, al igual que de un hijo de Yale, apadrinado por Palomo Linares, con su capillo toreril. Bauticé también a Claudia, hija de Luis Romasanta. El futuro padre de la Constitución, Gabriel Cisneros, se empeñó en que su hija habría de llevar el nombre de “Libertad” y, ante la negativa del párroco a registrarla así en la partida bautismal, logramos bautizarla como María de la Libertad.

"El futuro padre de la Constitución, Gabriel Cisneros, se empeñó en que su hija habría de llevar el nombre de “Libertad” y , ante la negativa del párroco a registrarla así en la partida bautismal, logramos bautizarla como María de la Libertad"

¿Redactor Jefe de las Delegaciones de provincias? Sí, y con una agenda repleta de anécdotas, presentes Luis Romasanta y Miguel Garrote, dedicados los tres a recorrerlas y llenar la mochila de material para otros tantos reportajes. El excolega Federico Gallo, ascendido entonces a Gobernador de Albacete, quería imponernos un” paniaguao” de su cuerda política, a lo que, por fin y felizmente, Emilio Romero no accedió. En Bilbao entrevistamos a doña Pilar Careaga, alcaldesa y experta conductora de trenes. En Huesca hicimos lo mismo con el “Señor Gobernador”, padre de familia numerosa” por más señas, quien nos sugirió que podríamos hospedarnos en el Parador Nacional de Turismo, al borde de los Pirineos. Al llegar al mismo, nos recibió un guarda, informándonos amablemente que el Parador llevaba ya dos años cerrado. En Huelva, en el Noviciado de las monjas del Santo Ángel, yo celebré la misa acoliteado por Luis y Miguel, con ascética y mística sorpresa por parte de la joven comunidad de religiosas.

¡Ánimo, Jesús Fernández Úbeda¡, y a escribir-describir otras” historias fascinantes similares a la del periódico 'Pueblo'. José María García, “cum laude” en crítica, y “suspenso” en “abrazafarolismos”, asegura que “para casi todos los que conocían “Pueblo”, trabajar allí era como vivir una segunda infancia feliz”.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME