Rueda de Prensa en los Jardines Vaticanos sobre exhortación papal Laudate Deum: “A nuestros hijos no les podemos dejar sólo bienes, tenemos que dejar principios, esfuerzos para cambiar el mundo”
Laudate Deum nos ayuda a descubrir el momento dramático que vivimos
“Sabemos que la situación va a empeorar, pero no nos sentimos involucrados, estamos ante una historia que no somos capaces de aceptar”
“Una crisis de la cultura, de una humanidad que ha fracasado a la hora de establecer una relación profunda con nuestros recursos naturales”
“que toda la gente aprenda a respetar la naturaleza y a defender nuestra casa común, la Tierra”
Nos acostumbramos a un escenario de muerte que nos asusta solo cuando lo tenemos cerca de nuestra casa
“Una crisis de la cultura, de una humanidad que ha fracasado a la hora de establecer una relación profunda con nuestros recursos naturales”
“que toda la gente aprenda a respetar la naturaleza y a defender nuestra casa común, la Tierra”
Nos acostumbramos a un escenario de muerte que nos asusta solo cuando lo tenemos cerca de nuestra casa
Nos acostumbramos a un escenario de muerte que nos asusta solo cuando lo tenemos cerca de nuestra casa
| Luis Miguel Modino, enviado especial al Vaticano
Reflexionar sobre Laudate Deum a partir de diferentes testimonios, en un escenario privilegiado, los Jardines Vaticanos, ha sido el propósito de la rueda de prensa organizada un día después del lanzamiento de esta exhortación apostólica que el propio pontífice presenta como una segunda parte de Laudato Si´, escrita ocho años atrás.
Encarar el cambio climático
Analizando diferentes aspectos del texto de Francisco, de forma presencial y virtual, se ha ido profundizando en un texto donde se muestran las consecuencias del cambio climático, algo que impacta sobre todo a los más desfavorecidos, Giorgio Leonardo Renato Parisi, uno de los galardonados con el Premio Nobel de Física 2021. En su reflexión llamó a encarar el cambio climático, reconociendo que eso “supone un esfuerzo enorme de todos”, destacando la necesidad de mayores esfuerzos por parte de los países que más contaminan, reclamando acuerdos internacionales estables y verificables, pero también a crear una nueva cultura en las familias, en vista a generar transformaciones.
Es necesario, destacó el físico italiano, llevar recursos a los países menos desarrollados, colocando como ejemplo paneles fotovoltaicos en África, donde no tienen los recursos para ello, lo que demanda un plano global mundial. Igualmente llamó a mejorar la educación, sobre todo de las mujeres, en estos países. Finalmente resaltó algunas ideas presentes en el texto: falta de acciones suficientes, superar los conflictos internacionales, necesidad de una humanidad solidaria y evitar los puntos de quiebra.
Una conexión que viene de Dios
Una conexión que viene de Dios, como fue testimoniado desde la India, algo que nos debe llevar a superar la soberbia destructiva, a descubrir la conexión con un universo sagrado. A partir de la experiencia del país, se hizo un llamamiento a desarrollar un tipo de economía diferente, pues India es capaz de producir una comida más saludable desde la protección de la tierra, lo que debe llevar a acabar con las prácticas perjudiciales para el planeta, generando soluciones creativas, que nos llevan con el Papa Francisco a entender que el paradigma tecnocrático no es la solución, lo que demanda cuidar de la Tierra y de nuestro prójimo como camino de futuro.
Laudate Deum nos ayuda a descubrir el momento dramático que vivimos, en palabras de Carlo Petrini, que denunció la falta de pasos decisivos por parte de los gobiernos en los últimos años, con “gobiernos ineficaces e incapaces, que desarrollaron condiciones que llevan al medio ambiente a una situación irreversible”. Ello demanda acciones para contener el desastre ambiental ante una difícil situación que no es fácil de gestionar a nivel institucional, lo que representa una situación extremamente crítica. Igualmente llamó a condenar el negacionismo, que “está desarrollando una barrera en contra del combate al cambio climático”.
Eso demanda un nuevo sujeto desde la sociedad civil que pueda impulsar un clima diferente, de ahí la importancia de los movimientos que nacen desde abajo, considerando el escrito pontificio como “una de las ultimas oportunidades para cambiar el rumbo y tomar conciencia de que no podemos mirar para el otro lado”.
Actuar ya
La importancia de nuestra responsabilidad, de que tenemos que actuar ya, fue abordada por Jonathan Safran Foer, que hizo ver la necesidad de volver a despertar al mundo, de abrir los ojos para descubrir lo que está pasando, poniendo como ejemplo lo sucedido con los judíos en la Polonia ocupada por los nazis, y la incapacidad de creer en la verdad. Ante ello dijo que señaló que “sabemos que la situación va a empeorar, pero no nos sentimos involucrados, estamos ante una historia que no somos capaces de aceptar”. De ahí la necesidad de encarar las situaciones, afirmando que aceptar la verdad no es fácil.
Según el escritor norteamericano, “sabemos que estamos poniendo en peligro a las generaciones futuras, pero no estamos dispuestos a cambiar de comportamiento”, afirmando no ser suficiente lo que hacemos, pero no queremos barajar acciones diferentes. Insistiendo en los cambios a nivel político, con cambios estructurales, legales, mejora de fuentes renovables, insistió en que tenemos que cambiar personalmente, ayudar a las personas a tener más fuerza en la toma de decisiones concretas.
Eso porque “las revoluciones colectivas brotan de lo individual, la suma de diferentes decisiones puede ayudar a cambiar el mundo”. Se refirió igualmente a la llamada alimentación ética, a no ser catastróficos, a compromisos para evitar una catástrofe y garantizar el futuro, resaltando que “a nuestros hijos no les podemos dejar sólo bienes, tenemos que dejar principios, esfuerzos para cambiar el mundo”.
Líderes políticos al servicio de los combustibles fósiles
Los jóvenes, entre quienes hoy están aquellos que más se empeñan en el cuidado de la casa común, que son razón de esperanza, testimoniaron como ellos se posicionan ante el cambio climático y el cuidado de la casa común. Luisa-Marie Neubauer, joven activista climática de Alemania, desde lo que ha vivido en su Hamburgo natal, testificó su compromiso, junto a millones de jóvenes en los viernes por el clima. La joven alemana dijo sentirse asustada por “la forma en que nuestros líderes responden a la crisis”, empeñados en “complacer los intereses de los combustibles fósiles y evitar un cambio real”, un camino que “pone en peligro nuestra seguridad planetaria”.
La joven denunció que los gobiernos “en lugar de exigir responsabilidades a quienes siguen quemando combustibles fósiles, los gobiernos de todo el mundo han empezado a criminalizar a quienes defienden la tierra y la vida”, contando ejemplos de eso. Desde ahí criticó la postura del Norte global, “una crisis de la cultura, de una humanidad que ha fracasado a la hora de establecer una relación profunda con nuestros recursos naturales”. A ello se une “la crisis de la esperanza”, que la llevó a preguntarse lo que la proporciona esperanza, destacando las llamadas que hace Laudate Deum en ese sentido, pidiendo que todos seamos activistas, en la línea que propone el Papa, “una revolución colectiva, cultural y espiritual”, en la que la Iglesia católica “se convierta en un verdadero aliado”.
Destruimos nuestras condiciones de existencia
Benoit Holgand, joven católico practicante de 25 años, que participa del movimiento "Lutte et Contemplation", dijo ser “consciente del peligro climático al que nos enfrentamos”, mostrando su angustia ante una humanidad que “está destruyendo sus propias condiciones de existencia”. En su alocución destacó tres puntos de la exhortación apostólica: una respuesta política y de la sociedad civil ante la crisis climática; abandonar los combustibles fósiles; moverse por el amor y la fe en Dios. Desde ahí llamó “crecer en nuestra relación con Cristo, con nuestros hermanos y hermanas, y con el mundo que nos rodea”, de alimentar nuestra relación con Dios.
Un migrante, Jubran Ali Mohammed Ali, joven de 28 años nacido en Libia y llegado a Italia en 2020, contó su experiencia en su país natal, donde destacó las consecuencias de la guerra y últimamente del ciclón Daniel, con 11 mil muertos y 33 mil desabrigados. Ante esa situación dijo esperar que su país cambie, algo experimentado ante las consecuencias del ciclón, con ayuda mutua, dejando atrás las divisiones y el dolor del pasado. Igualmente dijo esperar “que toda la gente aprenda a respetar la naturaleza y a defender nuestra casa común, la Tierra”, agradeciendo al Papa Francisco por “sus palabras de afecto para nosotros migrantes y refugiados”.
Tomar medidas ahora o no sobreviviremos
Otra joven, en modo remoto desde la India, Ridhima Pandey, destacó la importancia del énfasis que Laudate Deum hace en la palabra crisis, que considera algo crucial a la hora de hablar del cambio climático. De ahí la importancia de descubrir las urgencias, mostrando su apoyo al Papa Francisco como activista climática y destacando que “es necesario tomar medidas ahora o la humanidad no irá a sobrevivir”.
Finalmente, la joven siciliana Alessandra Fermentino, de la Acción Católica y el Movimiento Laudato Si´, relató lo vivido en su isla con los incendios y los destrozos que provocaron en la naturaleza, en los monumentos y el número de muertos. Incendio que denunció ser resultado de décadas de malas decisiones, destacando la importancia de gestos como el Tiempo de la Creación. Según la joven italiana, nos acostumbramos a un escenario de muerte que nos asusta solo cuando lo tenemos cerca de nuestra casa. Es fundamental escuchar el clamor de la Tierra y responder con un llamado a la vida, trabajar junto al prójimo, y asumir que cuidar de nuestra casa común necesita la ayuda de todos, llamando a hacer todo lo que está dentro de nuestras posibilidades.
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