Comentario al Evangelio del Tercer Domingo de Adviento Monseñor Ojea: “Pironio vivía profundamente la alegría”
“Las características de esta alegría no son ruidosas, es el gozo interior del Espíritu Santo, el gozo silencioso de saber que hay algo en el fondo del corazón que está por pasar y que tiene que ver con mi vida más íntima y con los afectos más íntimos”
“Que podamos vivir auténticamente la alegría cristiana, por la intercepción de este gran beato argentino, el Cardenal Eduardo Francisco Pironio, a quien celebramos de un modo particular”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
En su comentario dominical, Mons. Óscar Ojea comenzó diciendo que “este tercer domingo de Adviento es llamado domingo de la alegría por la cercanía de la venida del Señor, porque nuestros corazones ya están preparando la Navidad”. Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “las características de esta alegría no son ruidosas, es el gozo interior del Espíritu Santo, el gozo silencioso de saber que hay algo en el fondo del corazón que está por pasar y que tiene que ver con mi vida más íntima y con los afectos más íntimos; por eso en Navidad tenemos deseos de expresar esos afectos y de celebrarlos”.
Pironio vivió la verdadera alegría
“Según Ojea, “la alegría verdadera, además de no ser ruidosa, se goza con la verdad, la caridad se goza con la verdad. Entonces nunca es fingida, sino que se apoya en algo verdadero, no es simulada, no es falsa. Finalmente, la alegría cristiana se funda en la Cruz y aquí uno de los modelos yo diría, por lo menos en mi testimonio de vida personal, que yo he conocido en la Iglesia, de vivir una verdadera alegría es aquella persona que beatificamos el sábado, el Cardenal Eduardo Pironio a quien tuve el privilegio de conocer”.
Refiriéndose al nuevo beato, señaló que “Pironio vivía profundamente la alegría, pero vivía este aspecto de la alegría, no solo el silencio de la alegría profunda, no solo la verdad de la alegría auténtica, sino se funda en la Cruz, la alegría brota de la Cruz”. Ojea recordó que a él le gustaba mucho citar a San Juan cuando decía: “Una mujer cuando va a tener un hijo siente dolor, pero luego la alegría de haber dado a luz un hijo al mundo”.
La alegría que brota de la Cruz
En palabras del obispo de San Isidro, “Pironio vivió intensamente esa alegría, pero al mismo tiempo desde el misterio de la Cruz”. En ese sentido, afirmó que “la alegría de María que también brota de la Cruz, la alegría de tenerla por Madre”, diciendo que “este domingo celebramos con inmenso gozo la beatificación del Cardenal Pironio”.
Ojea, refiriéndose a Pironio señaló que “esta alegría que vivió le permitió en el testamento espiritual dar gracias por la vida, por la hermosura de su vida: ´La vida la amo, la entrego y la espero. La amo porque es hermosa, la entrego porque si no se desgasta por Dios y por los demás pierde su sentido y la espero porque es plena en el cielo´”. Finalmente, pidió “que podamos vivir auténticamente la alegría cristiana, por la intercepción de este gran beato argentino, el Cardenal Eduardo Francisco Pironio, a quien celebramos de un modo particular”.
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