Francisco es un Papa siempre atento a lo que pasa fuera del Vaticano, que muestra su cercanía y preocupación con quienes más sufren. A lo largo de las últimas semanas, siguiendo una costumbre muy común en él, inclusive desde que era arzobispo de Buenos Aires, no duda en coger el teléfono y llamar para interesarse por la situación de las zonas más afectadas por el COVID-19.

En la tarde de este sábado, 25 de abril, quien ha recibido la llamada ha sido Monseñor Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo de Manaos, donde los efectos del coronavirus están siendo devastadores, hasta el punto de que el sistema de salud está completamente colapsado y las funerarias no consiguen sepultar los muertos, lo que ha provocado que muchos de ellos sean enterrados en fosas comunes.

Los datos oficiales de este 25 de abril hablan de 2822 contagiados y 244 muertos, una cifra que claramente no responde a la realidad, como ha reconocido a lo largo de la última semana el alcalde de la ciudad, Arthur Virgilio Neto, que ha asumido públicamente que están siendo sepultadas más de 100 personas por día, cuando la media en la ciudad, antes del inicio de la pandemia, estaba en torno a 30. El propio arzobispo, en declaraciones a Lucia Capuzzi, recogidas por Avvenire este 24 de abril, decía que los números se referían a los pacientes a quienes se les ha hecho la prueba, pero que él mismo, personalmente, sabía de muchas personas que mueren en casa, sin haberse hecho ninguna prueba.

Como recoge la web de la archidiócesis de Manaos, el Santo Padre deseó saber sobre la situación en relación a la pandemia en la ciudad de Manaos, manifestando su preocupación con los pueblos indígenas, los ribereños y los pobres. En ese sentido, el propio Monseñor Steiner, reconocía a la periodista italiana que los pueblos indígenas se arriesgan a un nuevo genocidio, algo que ha sido denunciado repetidas veces por las organizaciones indígenas en los últimos días, y que en esta última semana también era alertado en una Nota Pública sobre la situación de los indígenas en la ciudad de Manaos, firmada, entre otras entidades, por la archidiócesis local.

En su conversación, Monseñor Leonardo Steiner narraba al Papa Francisco las acciones de solidaridad que la archidiócesis de Manaos está llevando a cabo, especialmente la campaña conocida como Puxirum Manauara, con la que se está ayudando a los sin techo, migrantes, indígenas y recicladores, con alimentos, abrigo y acompañamiento. El Santo Padre ha agradecido lo que los fieles, grupos, pastorales, religiosos/as y sacerdotes están haciendo en ese sentido, al mismo tiempo que le hizo ver al arzobispo que rezaba por los fallecidos y sus familias.

Monseñor Leonardo Steiner agradeció las palabras de conforto y consuelo del Santo Padre, diciéndole que en la mañana de este mismo sábado las abundantes lluvias en la ciudad han complicado todavía más la ya caótica situación, provocando un mayor sufrimiento entre los más pobres, especialmente en la periferia de la ciudad, donde viven en condiciones precarias más de un millón de personas, buscando constante ayuda en las parroquias y áreas misioneras.

Después de pedir la bendición del Papa Francisco para toda la Archidiócesis de Manaos, especialmente para quienes están socorriendo a los más necesitados con donaciones y con la presencia en los locales de acogida y distribución de alimentos, Monseñor Steiner ha señalado que, al final de la conversación, el Papa ha agradecido una vez más lo que desde la archidiócesis se está llevando a cabo, afirmando que “reza por todos nosotros y que envía una bendición especial para la Amazonía”, que podemos decir siempre ha tenido un lugar especial en su corazón, como ha quedado demostrado en todo el proceso del Sínodo para la Amazonía.

El arzobispo de Manaos ha declarado a la web del arzobispado que “estamos profundamente agradecidos al Papa Francisco por su gesto paterno-eclesial”. Sin duda, un nuevo estímulo y empuje para que la Iglesia de Manaos continúe siendo esa Iglesia samaritana, en salida, que tan necesaria es siempre, pero especialmente en este tiempo de pandemia que la humanidad está viviendo.