La formación de los futuros sacerdotes implica diferentes elementos. En el Documento Final del Sínodo para la Amazonía, que este octubre completa tres años, se afirma la necesidad de "ofrecer a los futuros sacerdotes de las Iglesias de la Amazonía una formación con rostro amazónico, inserta y adaptada a la realidad, contextualizada y capaz de responder a los numerosos desafíos pastorales y misioneros".

Fomentar las vocaciones misioneras

Según el Documento Final "los centros de formación para la vida sacerdotal y consagrada deben estar preferentemente insertos en la realidad amazónica, con el fin de favorecer el contacto del joven amazónico en formación con su realidad mientras se prepara para su futura misión, garantizando así que el proceso de formación no se aleje del contexto vital del pueblo y de su cultura, además de ofrecer a otros jóvenes no amazónicos la oportunidad de participar en su formación en la Amazonía, fomentando así las vocaciones misioneras".

Son elementos presentes en el Seminario San José de la Arquidiócesis de Manaos, donde se forman los futuros sacerdotes de las 9 Iglesias particulares del Regional Norte1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB). Esta semana, del 16 al 22 de octubre, los seminaristas, acompañados por otros misioneros de diferentes pastorales, están participando en la "X Experiencia Misionera del Seminario San José", que se desarrolla en la región de la Foranía San Marcos de la Prelatura de Borba, en las parroquias de San Juan Bautista de Axinim, y las parroquias San Antonio, Cristo Rey y Nuestra Señora Aparecida en la ciudad de Borba.

Un impulso para la Iglesia local

Salieron en barco de Manaos el día 15 y llegaron a Borba el 16, donde fueron recibidos en las parroquias con la celebración de la apertura de la experiencia misionera. Este sábado por la noche se celebrará la misa de clausura, presidida por Mons. Zenildo Luiz Pereira da Silva, Obispo de la Prelatura de Borba. El domingo, sin duda animados por la experiencia, regresarán a Manaos, contentos con la misión, "un impulso para la Prelatura, para los agentes de pastoral y las comunidades", según Ademir Jackson.

El Coordinador de Pastoral de la Prelatura de Borba ve la experiencia misionera como "una gracia de Dios después de haber vivido momentos tan difíciles como la pandemia". Una época en la que "nuestras comunidades estaban más aisladas sin nuestra presencia, especialmente las más distantes".

Oportunidad de presencia, escucha, animación en la fe y orientación pastoral

Según Ademir, se trata de "una gran oportunidad de presencia, escucha, animación en la fe y orientación pastoral". Junto a esto, el Coordinador de Pastoral destaca que "es un evento eclesial, porque es una acción de la Iglesia que es comunión, participación y misión, con la presencia de las iglesias de nuestro regional, la presencia de los laicos y de las congregaciones". Una gran fuerza misionera que está siendo una oportunidad para visitar las comunidades indígenas, ribereñas y urbanas.

Uno de los participantes en la misión es el seminarista André Lincoln Silva Braga, del segundo año de Teología. El seminarista de la Arquidiócesis de Manaos se encuentra junto con otro seminarista y dos laicos en la región de Arapapá y Carapanatuba, en el río Madeira, una región donde la presencia de la minería ilegal marca la vida de los habitantes de la región.

André Lincoln destaca la alegría con la que las familias han recibido a los misioneros durante la semana, donde las visitas y las celebraciones han marcado la misión. "Una misión edificante para las comunidades", según el seminarista, "comunidades fervientes en la fe", donde la mayoría de la gente forma parte de la Iglesia católica.