| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Estamos inmersos en el ambiente navideño, las luces, las calles repletas de gente, los preparativos de tantas cosas que nos abordan de una u otra manera en estas fechas, los buenos deseos que nos llegan y que también deseamos a otros. En todo ese envoltorio del que no somos ajenos, hay algo que no podemos perder de vista y es lo más importante y el motivo de la celebración, recibimos el mejor regalo.
Sí, el niño que nace en Belén, es el mejor regalo de la Navidad ¿Dejaremos que nazca en nosotros? ¿Iremos a adorarle? Llenémonos de alegría, acojamos en nuestro corazón el niño-Dios, porque “hoy nos ha nacido un salvador que es Cristo, el Señor”. Disfrutemos de este tiempo navideño, que nos ayude a desprender más ternura, amabilidad, a entregarnos un poco más pero no a corto plazo sino en el caminar de nuestra vida. Aprovechemos las ocasiones que tengamos para compartir con las personas con las que viviremos estos días. Que brote la alegría de lo que verdaderamente celebramos. ¡Venid, adoremos al Señor, que por nosotros ha nacido en Belén!
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