Caminan guiados y sostenidos por la fe... Miró atrás
¿Seremos de los que se quedan estériles mirando lo que quedó atrás, lo que ya está pasado? ¿O sabremos ser fieles e imaginativos para conseguir un mundo más simple, menos egoísta, más justo? La sociedad, las ideas, las políticas y también las formas de expresar la fe que nos guía y sostiene, deben cambiar, han de ser comprensibles para todos.
| Gemma Morató / Hna. Carmen Solé
El libro del Génesis nos narra en el capítulo 19 cómo Lot, el sobrino de Abraham, instalado en Sodoma es conducido por Dios junto con su mujer y sus dos hijas hacia otra la ciudad, para escapar del castigo de Dios por la idolatría que allí reinaba.
Los ángeles del Señor deben tomar a Lot de la mano para hacerle abandonar su ciudad, él solo no tiene fuerzas para dejar lo que es suyo y caminar hacia lo desconocido. Sus hijas y su mujer le siguen. Dios mismo les muestra el camino y en diálogo con Lot les conduce hacia una salvación futura, nueva, lejos de todo lo conocido, y que ahora ignoran. Caminan guiados y sostenidos por la fe.
Pero la mujer de Lot se atreve a mirar hacia atrás desobedeciendo el querer del Señor y al instante llega el castigo convirtiéndola en estatua de sal. Este castigo por la desobediencia y la desconfianza de la mujer de Lot la convierte en imagen de la esterilidad. La curiosidad, el mirar sin querer implicarse nos puede convertir en estériles.
Por esto nos corresponde ya buscar vida más allá de la vida que teníamos para encontrar la Vida, Jesús Resucitado que nos espera de nuevo en Galilea para que de una vez ensayemos convertirnos de verdad en elementos sanadores en este mundo que sufre y sufrirá a causa de esta enfermedad que nos envuelve sin todavía tener a mano medios o métodos para hacerle frente.
¿Seremos de los que se quedan estériles mirando lo que quedó atrás, lo que ya está pasado? ¿O sabremos ser fieles e imaginativos para conseguir un mundo más simple, menos egoísta, más justo? La sociedad, las ideas, las políticas y también las formas de expresar la fe que nos guía y sostiene, deben cambiar, han de ser comprensibles para todos.
Los valores no han cambiado, pero el camino y el caminar no puede ser igual después de tantas muertes, de tantos enfermos, de tanta pobreza esperando agazapada que pasen esos días para caer encima de los más débiles.