"Señor Sánchez: mire de reformar cuanto antes nuestra ley de extranjería y la de reforma laboral" González Faus: "Hacer que la Religión no entre en la evaluación es una decisión sectaria y no laica"
"Una ley tan importante que pasa solo por un voto más de la mayoría absoluta, no tiene futuro por muy necesaria que sea"
La libertad, o es de todos, o es un privilegio cuando se la reclama solo para unos pocos
Si es cierto el dato de que la mayoría de escuelas concertadas está en zonas suficientemente acomodadas o residenciales y la mayoría de escuelas públicas están en barrios pobres, hay que decir claramente que eso no es cristiano y debe arreglarse
La sesión del Congreso del pasado 19 de noviembre, debería pasar a nuestros futuros libros de historia, para que nuestros nietos aprendan al menos dos cosas: a) cómo no deben comportarse y b) que no somos “un gran país”, como suelen proclamar los que tan mal se comportaron
El hecho religioso es un hecho cultural. Hondamente cultural porque responde a una pregunta constitutiva del ser humano.
Si es cierto el dato de que la mayoría de escuelas concertadas está en zonas suficientemente acomodadas o residenciales y la mayoría de escuelas públicas están en barrios pobres, hay que decir claramente que eso no es cristiano y debe arreglarse
La sesión del Congreso del pasado 19 de noviembre, debería pasar a nuestros futuros libros de historia, para que nuestros nietos aprendan al menos dos cosas: a) cómo no deben comportarse y b) que no somos “un gran país”, como suelen proclamar los que tan mal se comportaron
El hecho religioso es un hecho cultural. Hondamente cultural porque responde a una pregunta constitutiva del ser humano.
El hecho religioso es un hecho cultural. Hondamente cultural porque responde a una pregunta constitutiva del ser humano.
La sesión del Congreso del pasado 19 de noviembre, debería pasar a nuestros futuros libros de historia, para que nuestros nietos aprendan al menos dos cosas: a) cómo no deben comportarse y b) que no somos “un gran país”, como suelen proclamar los que tan mal se comportaron.
No voy a analizar ahora toda la nueva ley de educación: ni la conozco aún completa, ni tengo competencia para ello. Sí quiero destacar que una ley tan importante que pasa solo por un voto más de la mayoría absoluta, no tiene futuro por muy necesaria que sea.
Dicho esto, añado un par de reflexiones sobre dos puntos concretos.
1.- Los parlamentarios que daban golpes y gritaban “Libertad, libertad”, sin hacer caso de la presidenta que pedía silencio, dieron un gran ejemplo de falta de educación, que demuestra hasta qué punto es necesaria una nueva ley. Siguiendo su manera de argumentar cuando el debate de los presupuestos, habría que decir que esos buenos señores habían pactado con los "enemigos de España", Junts per Cat y la CUP que también votaron que no. “Ves per on” que diría la Trinca…
Además, esos buenos señores deberían saber que la libertad, o es de todos, o es un privilegio cuando se la reclama solo para unos pocos. Por eso, cuando son muchos los que tienen derecho a esa misma libertad, ésta tendrá que ser una libertad limitada. Con un ejemplo elemental: hay un derecho innegable a circular por la carretera. Pero cuando son muchos los que circulan, uno debe limitarse a circular solo por un lado (derecho o izquierdo según en qué país estemos) aunque, a lo mejor, el firme del otro lado esté en mejor estado. Si es cierto el dato de que la mayoría de escuelas concertadas está en zonas acomodadas o residenciales y la mayoría de escuelas públicas están en barrios pobres, hay que decir claramente que eso no es cristiano y debe arreglarse.
Ya hace mucho que alguien habló de “la libertad de un zorro en un gallinero”. Digamos pues que las gallinas también tienen su libertad. Y si no queremos ironías, recordemos la frase sublime de A. C. Sandino: “los derechos de los pobres son más sagrados que los derechos de los ricos”. Y leamos a un autor que, en este campo de la educación, es neutral: “La participación política, la educación o la renta no pueden proporcionarse de forma más amplia a determinados grupos, privando a otros del derecho al voto o de acceso a la participación política, a la educación o a la salud” (T. Piketty, Capital e ideología, p. 1147). “Elemental, querido Watson” que diría aquel famoso detective.
2.- Por lo que toca a la religión, una vez establecido que no se trata de catequesis, ni de proselitismo, sino de un estudio del hecho religioso, creo que hacer que esa asignatura no entre en la evaluación es reducirla a aquello que en tiempos de Franco llamábamos “las tres marías” (formación del espíritu nacional y ya ni recuerdo cuáles eran las otras dos). Déjeme decirle, señora ministra, que eso me parece una decisión sectaria y no laica.
Nos guste o no nos guste, el hecho religioso es un hecho cultural. Hondamente cultural porque responde a una pregunta constitutiva del ser humano. No voy a explicar yo a una ministra de educación cómo, por ejemplo, el filósofo X. Zubiri califica a esa pregunta intrínsecamente humana como nuestra constitutiva “religación al poder de lo real” (llámela usted si quiere dependencia, finitud, falta de libertad plena o como quiera, para no complicar el lenguaje). Y cómo, frente a esa pregunta humana que nos constituye, hay cuatro respuestas: la primera es el indiferentismo que, más que responder, lo que hace es no plantearse la pregunta (“consumamos que mañana moriremos” y "a vivir que son dos días"). Las otras tres son respuestas creyentes: el agnóstico cree que esa pregunta no tiene respuesta; el ateo cree que la respuesta es, con lenguaje de la Sra. Thatcher, que “eso es todo lo que hay” y que, por tanto, “no hay alternativa” (el famoso T.I.N.A. aplicado ahora no a la economía sino a nuestra situación existencial). La religiosidad cree que sí que hay respuesta positiva...
Por supuesto, nada de eso impide que la religión tenga pecados muy grandes y que necesite ser criticada y purificada: de esto hablé precisamente en mi penúltimo blog. Pero pretender que, por eso, la religión ya no debe formar parte de la evaluación del alumno equivale a decir que (por ejemplo), hay que excluir también de esa evaluación a la literatura, porque está llena de machismos, de violencia cruel, de pornografía y hasta de literatos franquistas: ahí están Henry Miller, Lolita, o las descripciones minuciosas que hace Homero de las heridas que se infringían griegos y troyanos y, si quiere, hasta José Mª Pemán… Pero resulta que precisamente algunos de esos son grandes literatos.
En fin, si tiene usted tiempo, me atrevo a recomendarle un artículo sobre esta cuestión que acaba de aparecer la revista de Linz, Theologisch-Praktische Quartalschrift(n. 4 del 2020), de Bernhard Grümme, titulado: Noch lange nicht überflussig(“ni mucho menos superflua todavía“), para que vea que no se trata de una manía de unos pocos chiflados. Cuidado pues, con caer en esos fundamentalismos “a lo gringo”, que eliminan de la formación del niño elementos constitutivos de nuestra existencia humana. Porque así no formaremos personas. Y luego resulta que cuando algunos de esos mal formados, descubren por su cuenta la vigencia humana de la pregunta religiosa, suelen caer reactivamente, en otro de esos fundamentalismos de signo contrario y en esas típicas exageraciones de neoconverso que deforman otra vez el hecho religioso.
3.- Es hora de terminar y quisiera hacerlo con unas palabras para nuestro presidente del gobierno: señor Sánchez, si de veras quiere usted un gobierno de progreso auténtico, y no de ese pseudoprogreso que W. Benjamin (gran referente de la izquierda) calificó ya como “un camino de regreso a la barbarie”, entonces, por favor: mire de reformar cuanto antes nuestra ley de extranjería y la de reforma laboral. De lo contrario sus palabras carecerán de credibilidad por mucho que las repita.
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