Sería un gesto de la libertad de expresión en la Iglesia, aseguran los firmantes Carta abierta al Papa: "Queremos debatir en el Sínodo sobre la ordenación de mujeres"

Francisco y las mujeres
Francisco y las mujeres

Según estas organizaciones, está calando la sensación de que hay temas que no podrán abordarse en el Sínodo, pese a formar parte de muchas de las peticiones llegadas de todo el mundo, debido en buena medida a la presión de los lobbies conservadores

Frente a ello, recuerdan a Francisco que "ignorar esta cuestión socava la capacidad del clero y de los fieles para articular su 'sensus fidei'"

"El Sínodo Mundial debería dar un buen ejemplo manteniendo un debate abierto sobre el sacerdocio de las mujeres. De este modo, la Iglesia defendería activamente los valores cristianos que continúan siendo groseramente ignorados por algunos obispos en muchos países". En una carta abierta, dirigida al Papa Francisco, distintas instituciones de todo el mundo -algunas de ellas tan conocidas como María 2.0 o Somos Iglesia- han reclamado que el acceso de la mujer al orden no sea orillado en las discusiones del Sínodo que se celebrará en Roma el próximo octubre.

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Y es que, según estas organizaciones, está calando la sensación de que hay temas que no podrán abordarse en el Sínodo, pese a formar parte de muchas de las peticiones llegadas de todo el mundo, debido en buena medida a la presión de los lobbies conservadores. Frente a ello, recuerdan a Francisco que "ignorar esta cuestión socava la capacidad del clero y de los fieles para articular su 'sensus fidei'".

Concentración en el Vaticano a favor de la ordenación  femenina
Concentración en el Vaticano a favor de la ordenación femenina WOC

Y es que la cuestión del sacerdocio femenino es un debate necesario, argumentan los firmantes, siempre que se plantee "no con un espíritu de hostilidad, sino por amor a la fe y por amor a la Iglesia". 

En opinión de los firmantes, el 'No' que Juan Pablo II dio en 1994 al sacerdocio femenino, y por lo que algunos sectores lo consideran un tema cerrado, "sólo es válido hasta que cambie la opinión doctrinal". Porque, insisten, "la doctrina actual es también el resultado de una Iglesia viva y en cambio".

"Ante ello, todo cristiano no sólo puede, sino que debe contribuir a estos cambios. Esto puede hacerse mediante la reflexión personal, pero también mediante la discusión pública. Quien trabaja lealmente por un cambio de doctrina está respetando la enseñanza de la Iglesia y no actuando en contra de ella", se lee en la carta abierta.

"De las afirmaciones del Nuevo Testamento no puede deducirse ninguna prohibición de las mujeres sacerdotes; ni se transgrede o distorsiona el plan de salvación de Cristo al permitir la ordenación de mujeres"

En opinión de los defensores del sacerdocio femenino, la Biblia no contine un rechazo claro, y sugieren que la Pontificia Comisión Bíblica ya estableció en 1976 que el Nuevo Testamento no se pronuncia sobre este particular "En consecuencia, de las afirmaciones del Nuevo Testamento no puede deducirse ninguna prohibición de las mujeres sacerdotes; ni se transgrede o distorsiona el plan de salvación de Cristo al permitir la ordenación de mujeres", subrayan los autores de la carta.

Sacerdocio
Sacerdocio Cottombro Studio

Por ello, piden que el Sínodo de octubre sirva para abrir un debate sobre el tema, que ha de estar abierto a todos -clérigos y laicos y, por supuesto, mujeres-, y admitir posibles resultados. La Iglesia actual -sostienen- debe tener el valor de reconocer los signos de los tiempos y entablar un diálogo para ser verdaderamente sinodal.

"Quien hoy, por ejemplo, declara normativo el debate sobre la ordenación de mujeres forma parte de una minoría dentro de la Iglesia. Quienes intentan impedirlo encuentran una poderosa resistencia dentro de la Iglesia, la sociedad y la ley", aseguran, aunque admiten que, fuera de Europa, no existe libertad de expresión, algo "absoutamente inaceptable". Por ello, también estiman que abrir el debate en el Sínodo, independientemente del resultado, supondrá una defensa de esta libertad, "groseramente ignorada por algunos obispos en muchos países".

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