Autoagresiones, soledad y "terapias de conversión" "Demonio de la homosexualidad, ¡sal de mí!": el testimonio desgarrador de un sacerdote gay en Brasil
Aconsejado por los docentes y guías espirituales del seminario, el joven brasileño pasaba las noches rezando bajo el agua helada de la ducha y sin dormir, para evitar los sueños eróticos
En los retiros espirituales, se insistía a los seminaristas en que la homosexualidad era una "enfermedad", "fruto de la acción del mal"
9 años después de ese tiempo de formación, en la actualidad es sacerdote en las afueras de Sao Paulo y está comenzando a aceptar su naturaleza. "Estoy cansado de pretender ser quien no soy"
9 años después de ese tiempo de formación, en la actualidad es sacerdote en las afueras de Sao Paulo y está comenzando a aceptar su naturaleza. "Estoy cansado de pretender ser quien no soy"
"Señor, cúrame de todas las tendencias homosexuales". Con estas palabras un sacerdote brasileño da su testimonio en un extenso reportaje publicado por BBC News Brasil, sobre la represión de las conductas homosexuales en el seno de la Iglesia católica.
"Demonio de la homosexualidad, ¡sal de mí!", se decía a sí mismo el seminarista, hundido en lo que recuerda como un "ritual nocturno" de "exorcismo de la homosexualidad".
Aconsejado por los docentes y guías espirituales del seminario, el joven brasileño pasaba las noches rezando bajo el agua helada de la ducha, y se autoagredía cuando sentía deseos sexuales o la necesidad de masturbarse. Incluso se torturó reduciendo el descanso, para evitar los sueños eróticos. "Me forcé a dormir un máximo de tres horas por noche. Trabajaba extra, pasaba las noches en vela", relata.
9 años después de ese tiempo de formación, en la actualidad es sacerdote en las afueras de Sao Paulo y está comenzando a aceptar su naturaleza. "Estoy cansado de pretender ser quien no soy. Quiero descansar".
Los 'endemoniados' de la moral sexual de la Iglesia
Su testimonio da cuenta de que la moral sexual que la Iglesia católica predica sigue siendo un elemento dañino y desgarrador en el camino de los jóvenes homosexuales al sacerdocio. "Recuerdo el día en que me dije: 'Dios mío, sospecho que soy gay. Ni siquiera merezco estar vivo'", declara. Los documentos eclesiásticos que debía estudiar calificaban a las personas como él de "objetivamente desordenadas", y a sus tendencias sexuales como "contrarias a la ley natural".
En los retiros espirituales, se insistía a los seminaristas en que la homosexualidad era una "enfermedad", "fruto de la acción del mal". Y la soledad hacía el resto: el seminario se organizaba en comunidad, pero no estaba bien visto tener 'amistades privadas'. No se debía pasear en pareja. Estaba prohibida la intimidad entre compañeros. "¿Quién puede pensar que este es un buen ambiente para que una persona tenga una base emocional saludable?", se pregunta en el reportaje.
Una realidad duramente ocultada
"Por favor, Dios, llévame. Prefiero la muerte", llegó a desear este sacerdote brasileño. Como ha investigado la BBC, de los 27.000 sacerdotes en el país, no hay uno solo que actualmente ejerza el sacerdocio y haya revelado públicamente su homosexualidad. Se trata de una realidad ocultada a base de la denominada 'cura gay': someterse a "terapia de conversión".
Otro sacerdote, de Bahía, también ha prestado su testimonio sin dar a conocer su identidad. "Mi vida depende de este anonimato", declara, dando por hecho el rechazo que padecería si saliese del armario.
Con Francisco, "es ahora o nunca"
Muchos de los entrevistados coinciden en que, para suavizar la opinión que la Iglesia tiene de la homosexualidad y tratar de que acabe la criminalización, es "ahora o nunca", con el Pontificado de Francisco. Acusado por Carlo Maria Viganò de establecer una "mafia rosa" en el Vaticano, sin embargo Francisco nunca ha valorado demasiado positivamente la homosexualidad. Ha recibido con cariño al jesuita James Martin, un defensor de la causa gay entre los sacerdotes, o a familias del colectivo LGBT. Pero los documentos de la Santa Sede siguen advirtiendo que la homosexualidad es una desviación y la sexualidad en general, un vicio que tabuizar.