Los Pabres Blancos en el Congo alertan del peligro de la epidemia y la carestía que provocará La Iglesia de Sudán del Sur se prepara para contener el impacto del coronavirus
El Ministerio de Salud sudanés ha anunciado el cierre de fronteras y la suspensión de actos públicos para prevenir casos
Si bien son importantes, las medidas adoptadas no abordan la compleja realidad en el país, ya de por sí maltratado por el hambre, la pobreza y las enfermedades
El presidente de República Democrática del Congo anunció el martes el aislamiento preventivo
El presidente de República Democrática del Congo anunció el martes el aislamiento preventivo
| Fides/RD
“Las autoridades sanitarias de nuestro país nos instan a detener todas las actividades, a cerrar las instituciones, lugares de culto y escuelas. Como personas de fe estamos llamados a hacer frente al miedo a este momento, por la crisis vinculada a la epidemia de coronavirus, con coraje y con un corazón generoso". Así es como Mons. Barani Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de la diócesis de Tombura-Yambio, se ha dirigido a los sacerdotes y fieles de la diócesis.
En Sudán del Sur todavía no se han reportado casos de pandemia de coronavirus, pero ya se han tomado medidas preventivas. El Ministerio de Salud ha anunciado el cierre de todos los demás aeropuertos del país, con la prohibición de vuelos internacionales y el cierre de fronteras. Solo se admitirán autobuses comerciales, camiones de alimentos y tanques de combustible.
“Las iglesias - informa el Obispo en una nota enviada a Fides - permanecerán abiertas como signo de paz y esperanza, los niños y los ancianos tendrán que quedarse en casa, se suspenderán las celebraciones litúrgicas masivas, los adultos que quieran ir a la iglesia para rezar tendrán que lavarse las manos en la entrada y mantenerse a una distancia de un metro con los demás". En la carta, el Obispo invita a todos a seguir estrictamente las indicaciones y comunica que “Todas las estaciones de radio locales en la diócesis ofrecerán el servicio litúrgico diario".
En la carta, el Obispo invita a todos a seguir estrictamente las indicaciones y comunica que “todas las estaciones de radio locales en la diócesis ofrecerán el servicio litúrgico diario"
Mons Hiiboro, instando al personal de la Iglesia, invita a todos a trabajar en estrecha colaboración con las autoridades del gobierno local para fortalecer las medidas preventivas contra el COVID-19 y a servir al bien común, dando prioridad a los más vulnerables en la diócesis.
Si bien son importantes, las medidas adoptadas no abordan la compleja realidad en el país, ya de por sí maltratado por el hambre, la pobreza y las enfermedades, donde las medidas de salud son normalmente escasas. El gobierno debe garantizar que las restricciones a los viajes no detengan las ayudas humanitarias. Las organizaciones humanitarias, señala la Iglesia, deben continuar teniendo acceso ilimitado a las poblaciones necesitadas.
República Democrática del Congo: cien casos en Kinshasa
“La propagación del coronavirus no es dramática, pero no podemos subestimarla. Debemos tomar todas las precauciones posibles para evitar el contagio y ayudar a la población a no contagiarse". Así describe la situación el p. Alberto Rovelli, un padre blanco, misionero en Bukavu, la capital de Kivu del Sur, ante la epidemia en la República Democrática del Congo. "En este momento – continúa -, los infectados parecen ser pocos. Las autoridades hablan de cien casos en Kinshasa. Aquí en Bukavu no debería haber más de cuarenta personas afectadas por el virus y ninguna víctima mortal. Sin embargo, es difícil decir cuántos casos hay en el resto del país, que es muy vasto y no posee una red de salud capilar".
El presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, decretó "el estado de emergencia" durante un mensaje televisivo este martes 24 de marzo, anunciando el aislamiento de la capital Kinshasa (ciudad con aproximadamente 18 millones de habitantes). Durante el mensaje televisivo, anunció la prohibición para todos de viajar a las provincias desde la capital y viceversa, con el objetivo de "aislar a Kinshasa, que resulta ser un foco de la pandemia".
En Bukavu, los Padres Blancos dirigen un centro de formación en filosofía con numerosos estudiantes. Como medida de precaución, han suspendido las clases, pero han invitado a los estudiantes a no abandonar las instalaciones. "Nuestra casa, explica el padre Alberto, está un poco aislada de la ciudad y por esta razón quizás esté algo más protegida del contagio. Los chicos sin duda arriesgarían más si volvieran con sus familias. Para mantenerlos ocupados, hemos organizado cursos de inglés y los involucramos en trabajos manuales. Les hemos pedido que no visiten a amigos y familiares y que no recibieran visitas aquí en la comunidad".
Los misioneros también han reducido sus salidas al mínimo. Salen de la comunidad solo para ir a comprar comida. La actividad pastoral también se ha ralentizado. El padre Alberto continúa: "Hemos seguido las indicaciones de nuestros obispos. La misa dominical y los funerales se han suspendido. Los matrimonios programados todavía se celebran, pero no se aceptan más de diez personas. Los que no están programados se posponen a una fecha por fijar".
"Los estudiantes sin duda arriesgarían más si volvieran con sus familias"
El padre Alberto y sus hermanos de comunidad temen la propagación del virus, pero aún más la posible falta de alimentos: “El miedo ya está causando graves daños. Los precios de los alimentos han aumentado significativamente. Todavía llegan unos pocos camiones de harina desde Ruanda, pero ¿cuándo terminarán los suministros, como obtendrán comida las familias? He recibido la llamada de una madre que me dijo que ya no tiene nada para comer y que no tiene dinero para comprar comida para sus hijos. El riesgo es que el virus traiga consigo una hambruna que podría resultar aún más letal que el virus en sí”.