El Superior General de los Misioneros del Sagrado Corazón analiza el viaje del Papa en septiembre P. Alvarado: "En Papúa, Francisco encontrará una Iglesia fuerte y multicolor"
“El origen de la misión en Papúa Nueva Guinea, las dificultades del primer anuncio del Evangelio, los actuales desafíos a la comunidad cristiana en la isla, el surgir de las vocaciones nativas y el primer beato de Papúa”, son algunos de los temas en el centro de la entrevista con el padre Mario Abzalón Alvarado Tovar, Superior General de los Misioneros del Sagrado Corazón, ante el viaje apostólico del Santo Padre a Asia y Oceanía en septiembre próximo
(Vatican News).- “El Papa Francisco va a encontrar una Iglesia de mucha práctica de fe, pero al estilo de Papúa Nueva Guinea, son pueblos muy ancestrales con tradiciones muy ancestrales. Para ellos, la presencia del Papa es una confirmación de su caminar como Iglesia, como pueblo de Dios”. Así describe el padre Mario Abzalón Alvarado Tovar, Superior General de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC), las expectativas de los fieles papús en vista del próximo viaje apostólico del papa Francisco a Asia y Oceanía, que realizará del 2 al 13 de septiembre de 2024.
El Superior General de los Misioneros del Sagrado Corazón recordó que, ellos fueron enviados a Papúa Nueva Guinea desde los tiempos en que su fundador estaba aún vivo, el padre Julio Chevalier, y recibieron el mandato misionero a finales de 1878-1879. Después de un primer intento de establecerse en la Isla a partir de 1881, el 4 de julio de 1885 celebraron la primera Misa y establecieron algunas misiones en la costa sur, entre las tribus Roro y Mekeo.
“El hecho es que, a partir de 1881 llegamos a Papúa Nueva Guinea y es el comienzo de la época moderna de la Iglesia. Hacía muchos siglos había habido algunas presencias, pero muy mínimas en tiempos muy, muy antiguos, pero de 1881 para acá hemos estado presentes, somos digamos los pioneros del crecer eclesial en Papúa Nueva Guinea”.
Multicolor, multilingüe, multiétnica
Asimismo, el misionero guatemalteco describió la realidad de Papúa Nueva Guinea como un mundo multicultural, y a la iglesia presente en estas tierras como una Iglesia multicolor, multilingüe, multiétnica, en todos los sentidos. “Hay un refrán que define a Papúa Nueva Guinea – subrayó el padre Alvarado para describir a Papúa – que es ‘la tierra de lo inesperado’”. Entonces, dijo que es un país con una tradición cultural muy antigua, pero con un ritmo de vida muy distinto al occidental.
“El Papa Francisco va a encontrar una Iglesia de mucha práctica de fe, pero al estilo de Papúa Nueva Guinea, de las islas de Nueva Guinea, de la tierra firme, de las tierras altas, de las tierras costeras, son pueblos muy ancestrales con tradiciones muy ancestrales que hay que cambiar el sim card de nuestras cabezas cuando llegamos a Papúa Nueva Guinea”.
Y refiriéndose a la realidad eclesial presente en Papúa Nueva Guinea y que al Papa Francisco encontrará a su llegada en el mes de septiembre, el Superior General de los Misioneros del Sagrado Corazón indicó que, es una Iglesia de muchos rituales, de muchas danzas, que nace de un mundo rural, de selva, de ríos, de pesca, de caza, o sea, es ese es el ritmo del pueblo y ahí han ido sembrando la fe.
“Nosotros los misioneros tenemos una provincia con más de 115 misioneros, todos nativos, y así hay varias congregaciones en la Iglesia de Papúa Nueva Guinea, pero es un pueblo muy sencillo en ese sentido, pero muy multicultural, multilingüe, multicolor. Es difícil describirlo con palabras, pero hay un ritmo de tiempo en el que se comprueba aquello que decimos en las misiones que, la gente tiene el tiempo y nosotros tenemos los relojes, porque para ellos el tiempo está siempre siendo. Entonces, ese es el pueblo grande de Nueva Guinea”.
Las dificultades en el primer anuncio
En este sentido, el padre Alvarado indicó que, entre las dificultades que encontraron los misioneros durante el primer anuncio del Evangelio estaba la cultura de Papúa, que era difícil de comprender, como el canibalismo, la salubridad, la falta de infraestructuras y, sobre todo, el mundo cultural y religioso de los papús.
“En los inicios debemos reconocer que había prácticas de canibalismo, eso ya no la hay, prácticamente ha desaparecido y eso fue uno de los desafíos iniciales. También unos desafíos muy grandes en toda la parte de salubridad, eran tiempos de malaria, erán tiempos de enfermedades, porque eran pueblos con casi no contacto con el occidente. La dificultad física de no caminos, de no carreteras. También el mundo cultural, nuestros misioneros al inicio no comprendíamos del todo el mundo religioso de ellos y ellos tenían sus prácticas, sus maneras, pero el Evangelio estaba presente por supuesto, las semillas del Reino están siempre, y Jesús está allí, pero con unas prácticas que al principio fue difícil consensuar las cosas”.
Actualmente, el misionero latinoamericano subrayó que se ha hecho un caminar muy grande en Papúa Nueva Guinea, y que hay una Iglesia muy fuerte en la isla, pero que tiene que enfrentar los desafíos que estamos enfrentando en todo el mundo, como el cambio climático, la minería sin un rostro humano, y la pobreza.
Pobreza sistémica
“Hay una pobreza muy sistémica en Papúa Nueva Guinea, siendo un país con recursos naturales increíblemente grandes, hay una presencia de muchas compañías internacionales que están explotando el país. El cambio climático se resiente mucho al ser un país que depende mucho de sus recursos naturales, el hecho de que haya mucha tala de árboles o monocultivos a gran escala afecta a la gente".
"La minería sin un rostro humano está afectando, eso a la Iglesia hoy le afecta mucho y estamos tratando de seguir estando con ella al pie de los más necesitados. Y por supuesto, el mundo de tribus para los extranjeros o para la misma Iglesia es un desafío, cómo respetar la estructura tribal o de clanes y cómo evangelizardesde dentro de las estructuras tribales respetando y tratando de sanar los antivalores que hay dentro de toda estructura social, eclesial, es de un desafío muy grande porque son estructuras, son cosmovisiones muy distintas en el mundo de tribus, de etnias, y eso hace un desafío para la Iglesia, para la sinodalidad, para las diócesis, para las congregaciones”.
Asimismo, el padre Alvarado explicó que, como fruto del anuncio del Evangelio han surgido diversas vocaciones nativas entre los papús, incluso están siguiendo la causa de canonización del primer beato de Papúa Nueva Guinea, Peter ToRot, un laico Misionero del Sagrado Corazón que fue martirizado en los años 45, así como gente muy comprometida.
“El Papa Francisco encontrará obispos, sacerdotes nativos, cada vez son menos los extranjeros, que han hecho una gran labor, pero sigue habiendo desafíos. Estoy seguro que el Papa Francisco los va a sentir en su corazón, porque se muestra muy claro en Papúa Nueva Guinea. Y tenemos a Peter ToRot, el primer beato de Papúa Nueva Guinea que es un laico Misionero del Sagrado Corazón que fue martirizado en los años 45 más o menos y que es muy seguido por la gente, tenemos esa causa ahí y fue beatificado en el año 1995. Tenemos casas de formación con vocación nativas religiosas, religiosos, diocesanos, muchos laicos comprometidos y no es imposible, pero sí requiere un ‘descalzarse’ ante una tierra tan sagrada como la de Papúa Nueva Guinea y cambiar nuestros propios esquemas con los que llegamos los misioneros, hay que entrar en la cultura y desde ahí promover el Evangelio y eso el Papa es de sus más seguras proposiciones, que él siempre nos hace a los misioneros”.
Finalmente, el Superior General de los Misioneros del Sagrado Corazón invitó a que estemos abiertos a conocer otras realidades como la de Papúa Nueva Guinea y a que recemos por el próximo viaje apostólico del Papa Francisco a Asia y Oceanía.
“Hay que ver al otro lado del mundo también, donde hay gente que sufre, gente que es feliz, gente que es indígena, gente que tiene valores de los que los latinoamericanos podemos aprender y que podemos compartir con ellos también, ser un latinoamericano abierto a estas otras partes de Oceanía, de Asia, de África, donde el pueblo de Dios camina, igual que en América Latina, igual que en España".
"Que recemos mucho por este viaje del Papa, la gente en Papúa Nueva Guinea, en Indonesia, en Timor, en Singapur lo están esperando con el corazón abierto, para ellos la presencia del Papa Francisco es una confirmación de su caminar como Iglesia, como pueblo de Dios en Papúa Nueva Guinea, concretamente. Que sigamos caminando en sinodalidad las dos partes del mundo, eso sería para mí la gracia, el misterio de la misión, de la vocación de la Iglesia, es Jesús el que nos une, nuestra Madre Santísima también camina con nosotros”.