El patriarca afirma que "la paz requiere que se diga la verdad" Pizzaballa y la misión de los cristianos de Tierra Santa: "Superar fronteras étnicas y religiosas"

Pizzaballa
Pizzaballa PLJ

"Estoy cada vez más convencido de que, en este complejo contexto, la vocación y misión principal de la pequeña comunidad cristiana es precisamente ésta: salvaguardar el deseo de encuentro, cultivar la libertad hacia todos, superar fronteras étnicas, religiosas e identitarias de diversa índole que, aunque no escritos, están sin embargo muy rígidamente escritos en la conciencia de estos pueblos nuestros", señaló el patriarca Martino de Jerusalén

El encuentro requiere "coraje y locura", especialmente en contextos "como el nuestro, de conflicto casi permanente, donde religión, política e identidad nacional se mezclan continuamente, narrativas diferentes y opuestas alimentan la sospecha y la desconfianza mutua entre los habitantes de esta Tierra

(Sir).- “La paz requiere que se diga la verdad en las relaciones, que lleguemos a reconocer el mal hecho y sufrido, lo cual nunca es fácil y siempre doloroso. Decir la verdad, asumir la responsabilidad por los males y las injusticias que se cometen inmediata o ocasionalmente, nunca se da por sentado y requiere gran coraje y amor sincero". Esa fueron las palabras del Patriarca Latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, celebrando ayer en la ciudad santa la misa de solemnidad de María, Madre de Dios.

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“La verdad, sin embargo, se hace completa cuando también encuentra el perdón. Una verdad que no está iluminada por el deseo de perdón –añadió Pizzaballa– corre el riesgo de convertirse en recriminación, en oportunidad de conflicto y de soledad”. De ahí la petición a Dios de "no abandonarnos a nuestros miedos, a merced de los pensamientos de muerte y sus aguijones".

"Estoy cada vez más convencido de que, en este complejo contexto, la vocación y misión principal de la pequeña comunidad cristiana es precisamente ésta: salvaguardar el deseo de encuentro, cultivar la libertad hacia todos, superar fronteras étnicas, religiosas e identitarias de diversa índole que, aunque no escritos, están sin embargo muy rígidamente escritos en la conciencia de estos pueblos nuestros", incidió el patriarca.

"Coraje y locura"

El encuentro requiere "coraje y locura", especialmente en contextos "como el nuestro, de conflicto casi permanente, donde religión, política e identidad nacional se mezclan continuamente, narrativas diferentes y opuestas alimentan la sospecha y la desconfianza mutua entre los habitantes de esta Tierra, y cultivan en la conciencia de muchos el espíritu de conquista, de violencia, de desprecio por los que son diferentes a ellos. Son narrativas que contaminan el corazón de muchos, que por todo esto luchan por comprender todas las posibles propuestas de encuentro y confunden cada vez más la paz con la victoria. Es un malentendido que ocurre a menudo, quizás no sólo en Medio Oriente", señaló el cardenal.

El cardenal Filoni, con el patriarca Pizzaballa durante la misa de este 1 de enero de 2024
El cardenal Filoni, con el patriarca Pizzaballa durante la misa de este 1 de enero de 2024 Vatican Media

Para el patriarca latino, "no se trata de cancelar las pertenencias, que son buenas y necesarias, una base sólida sobre la que construir la vida común". Pero no convertirlas en simples fortalezas inexpugnables, bastiones inaccesibles, guarniciones que defender". “Necesitamos también el testimonio de una comunidad que sepa vivir esta libertad, ante todo internamente, en contextos abiertos y compartidos –reiteró Pizzaballa-. Y nuestra pequeña comunidad cristiana podría marcar esa diferencia. Es mi sueño y es la locura que quisiera compartir con toda esta pequeña y querida iglesia de Jerusalén".

"La diferencia cristiana"

"La diferencia cristiana, en efecto, no consiste en nuestras fuerzas, nuestras propiedades, nuestro posible prestigio. La diferencia cristiana –concluyó– está en nuestras opciones de reconciliación, diálogo, servicio, cercanía, paz. Para nosotros el otro no es un rival, es un hermano. Para nosotros, la identidad cristiana no es un baluarte que defender, sino una casa hospitalaria y una puerta abierta al misterio de Dios y del hombre donde todos son bienvenidos. Nosotros, con Cristo, somos para todos".

La misa fue concelebrada, entre otros, por el cardenal Fernando Filoni y también por el Custodio de Tierra Santa, el padre Francesco Patton, que dirigió un pensamiento a la paz: "Para nosotros los cristianos, no es simplemente la ausencia de guerras o de armonía en las relaciones: sino que es una persona, la paz es Jesús, y entonces tal vez comprendamos aún mejor la bendición que hemos encontrado hoy en la primera lectura, tan querida por San Francisco, con la que invocamos el rostro de Dios para que brille sobre nosotros y nos muestre la misericordia y la paz de Dios. '. El rostro de Dios que brilla sobre nosotros es el rostro de Jesús, hijo de Dios e hijo de María. Y desde los Lugares Santos –concluyó– debemos seguir proponiendo el rostro de Jesús, porque son el testimonio histórico de su rostro”.

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