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El próximo 3 de septiembre, Luc Terlinden será ordenado arzobispo de Malinas-Bruselas, convirtiéndose, a sus 54 años, en el primado de la Iglesia de Bélgica, y remarcando por el momento una tendencia de Francisco de poner a pastores jóvenes al frente de sedes señeras, como acaba de hacer en Madrid o en Buenos Aires, en ambos casos, con arzobispos de menos de 60 años y con un marcado acento por la pastoral social.
Con estudios de economía y el servicio militar cumplido antes de entrar en el seminario a los 24 años de edad, Terlinden sustituirá a Jozef de Kesel, pastor considerado del ala más progresista del Episcopado belga y que llegó a cuestionar el celibato sacerdotal.
Sin llegar a tanto -de momento- su sustituto no cuestiona, todo lo contrario, el matrimonio de los sacerdotes, apoyándose para ello en que “en las iglesias de Oriente se conocen hoy sacerdotes casados y sacerdotes solteros y ven en ello una riqueza. Creo que tenemos que ganar acogiendo esta experiencia”, según ha señalado en entrevista con RTL.
En esa misma entrevista, el nuevo primado belga, que de niño dudaba entre ser bombero, veterinario o sacerdote, aunque finalmente esta opción se impuso, indica que entre los próximos objetivos que contempla en su ministerio episcopal está el de dar más espacio y responsabilidad a la mujer en la Iglesia: “Con el obispo, las mujeres también pueden ser colaboradoras y no contentarse, como en el pasado, con tareas secretariales, sino mucho más que eso”.