"¡Los animo a que salten a lo desconocido!", invita a los jóvenes Un obispo francés da un salto por las vocaciones… ¡en paracaídas!
El titular de la diócesis de Gap y Embrun, monseñor Xavier Malle, se lanzó desde un avión a cuatro mil metros de altura, apelando al gesto de arrojo y confianza que implica tomar la decisión de optar por una vida consagrada
"¡Invito a todos los jóvenes a que se atrevan a hacerlo! Atreverse a saltar al agua, a comprometerse, a entrar en el seminario o en el noviciado"
| Felipe Herrera-Espaliat, Vatican News
(Vatican News).- 50 segundos de caída libre a 200 kilómetros por hora, desde cuatro mil metros de altura. El que saltaba no era un experto, sino monseñor Xavier Malle, obispo de la diócesis de Gap y Embrun, quien se lanzó al vacío (acompañado de un instructor, ciertamente) en los azules cielos de los Altos Alpes de Francia. Luego, un paracaídas amarillo permitió un aterrizaje sin contratiempos.
A sus 53 años quiso vivir esta experiencia no solo por un gusto personal, sino como un gesto para llamar la atención de los jóvenes y animarlos a tener confianza frente a un eventual discernimiento para una vida consagrada a Dios. Así lo comentó, aun con la adrenalina a flor de piel, tras tocar tierra firme en el aeródromo de Tallard, donde lo esperaban feligreses y una decena de periodistas a las 11 de la mañana de este viernes 23 de agosto.
“¡Invito a todos los jóvenes a que se atrevan a hacerlo! Atreverse a saltar al agua, a comprometerse, a entrar en el seminario o en el noviciado. ¡Los animo a que salten a lo desconocido! ¡Un salto en paracaídas es un salto de confianza!”, comentó monseñor Malle lleno de entusiasmo. El obispo añadió que durante el descenso tuvo tiempo de bendecir a toda la diócesis y de agradecer al Señor por su Creación.
No obstante, la osadía de este sucesor de los apóstoles no es inédita. Hace más de 20 años, su predecesor, monseñor Georges Lagrange, también se había arriesgado, aunque en aquel entonces con la intención de motivar a los jóvenes de la diócesis a participar en la Jornada Mundial de los Jóvenes de París en 1997 (ver vídeo). Este antecedente ayudó a Malle a aceptar la invitación que en mayo pasado le había extendido una feligresa, que es la secretaria del club de paracaidistas de Tallard.
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