Roberto Cabral y8. DOS IMPORTANTES POEMAS, PARA FINALIZAR
Un ejemplo más próximo nos lo acerca Xavier Villaurrutia (1903–1950) en “Amor conduce noi ad una morte”, título que hace referencia a La Divina Comedia de Dante. Seleccionamos algunos versos: “Amar es una cólera secreta / una helada y diabólica soberbia... / Amar es una envidia verde y muda, / una sutil y lúcida avaricia... / Amar es una insólita lujuria / y una gula voraz, siempre desierta...” Del séptimo pecado, la pereza, escribe: “porque amar es, al fin, una indolencia”.
LA TRADICIÓN DE LA PIÑATA
Inicialmente, los frailes agustinos de Acolman (Mexico) introdujeron en el siglo XVI el juego de la piñata en las fiestas navideñas, como alegoría útil para la evangelización. La piñata original tenía la forma de una estrella con siete picos, que representaban los siete pecados capitales; y los brillantes colores de la piñata aludían a la seducción del mal. Los ojos vendados del niño/niña simbolizaban la fe y la necesidad de fuerza de voluntad para vencer al pecado. Los caramelos y otras golosinas que caían de la piñata hacían referencia a regalos caídos del cielo por haber luchado valientemente contra el pecado.
NO TEMAS, CÓMPLICE MÍA
El ingenioso poema “Pecados” consta de tres décimas de muy buena factura. El autor se dirige inicialmente a la amante, tranquilizándola: “No temas, cómplice mía”. En la segunda estrofa se desarrolla el mensaje central: si he faltado contra los siete pecados capitales ha sido por amor. Y lo irá explicando y justificando con gracia y talento. En la última décima, con cierto aire desenfadado y chulesco, aceptaría el escritor el castigo del infierno si fuera justo, pero espera de la misericordia y comprensión divina ser perdonado, ya que solo el amor motivó tamaña desobediencia.
Es curioso: Juan de la Cruz y Teresa, atentos a canciones profanas de su época, asumían sus textos vertiéndolos “a lo divino”. En las presentes décimas, la descripción de los pecados capitales se transmuta en versos de amor “a lo profano”, hiriendo sin duda sensibilidades de pensamiento tradicional.
PECADOS
Quien me juzgara algún día
por mis pecados más graves,
de los siete que ya sabes
airado me acusaría.
No temas, cómplice mía,
me dejaré bien callado
–injustamente culpado
por este pecar sin pausa–
que la causa de la causa
es causa de lo causado.
Tu amor soberbia me inspira;
avaro soy de tus besos;
por ti en lujuria mis huesos
arden como en una pira;
si hablas con otro, la ira
me hace perder la cabeza;
goloso de tu belleza,
el polvo que alzan tus pasos
envidio, y entre tus brazos
me consume la pereza.
¿Qué tormento, qué dolor,
por terrible, por eterno,
puede haber en el infierno
que no lo valga tu amor?
Descuide mi acusador,
y aun sepa que estos pecados
nos van a ser perdonados
por una sola razón:
Son mortales, pero son
pecados enamorados.
EN MEDIO DE LA NOCHE EL ALETAZO DEL MISTERIO
Un último poema, “Aguzo los sentidos”, escrito por Roberto Cabral desde su madurez de 67 años. Está solo, aunque vive envuelto en el “entorno mágico del mundo” y disfruta en los seres, en las cosas... “Todo, de gracia, se me ofrece, / que me lo dicen todo.” En esta apertura hacia la creación va descubriendo el místico poeta la inmensa riqueza que le aportan los sentidos. Se detiene en algunos como el oído, el tacto, la mirada, el olor, los sabores... “Por encima del hábito, el asombro.” Le gustaría descubrir en las cosas “el verdadero ser, la esencia pura”. Aguza los sentidos y se pierde en el mar del amor. “¡Todo nos llama!”
AGUZO LOS SENTIDOS
Aguzo los sentidos
desde la torre de mis soledades
hasta el entorno mágico del mundo
y disfruto en los seres, en las cosas,
la línea, los acentos,
el aroma, las mieles, los matices,
la tersura, el calor, las morbideces
con que todo, de gracia, se me ofrece,
que me lo dicen todo.
Detrás del más ligero
rumor, en medio de la noche,
el aletazo del misterio.
La íntima caricia
en cada roce.
Oculto en el envés del nombre apenas,
el verdadero ser, la esencia pura.
El eco, amigo, de una voz lejana.
Los caminos que alumbra una mirada.
El perfume sutil, esos sabores
ligados, entre brumas, al recuerdo.
En las notas de siempre, en las palabras,
el gozo intacto, pleno.
Por encima del hábito, el asombro.
Aguzo los sentidos, y me pierdo
en el mar del amor.
Todo nos llama.
ROBERTO CABRAL DEL HOYO
Insigne poeta, formó parte del histórico
grupo Ocho Poetas Mexicanos
1.Nuestras dos gravideces
LOS ESPOSOS
ALABEMOS
SE DIJO QUE UNA MADRE HA MUERTO
2.Me prestaste tus ojos para verme
HASTA QUE TÚ, SONRIENTE
TE QUIERO PARA TI
ESAS COPLAS
3.Siempre que logro darme por entero
EN LAS MANOS DE DIOS
LA FELICIDAD
MIENTRAS TÚ TE ILUMINAS
4.Y plenamente aún enamorado
ENAMORADO
LA DECLARACIÓN DE AMOR
EL MILAGRO
5.La sonrisa de Dios
LA SONRISA DE DIOS
TRÓPICO
EN LAS IGLESIAS OPULENTAS
6.Sangrando a borbotones
DE LA BELLEZA
EL MENSAJE PERDIDO
POLVO Y SUEÑO
7.Tal vez como a los pájaros me asistes...
DICHO CON ROSAS
UNA VEZ MÁS
PREMONICIONES
y8.Dos importantes poemas, para finalizar
PECADOS
AGUZO LOS SENTIDOS