Reflexiones de verano a partir de una imagen Postrados

Postrados
Postrados Vicente Luis Garcia Corres

Algunos pensarán que el reclinatorio es un mueble de otros tiempos, pero hoy, al verlo ahí solo, he pensado que es un mueble muy actual, eso sí, solo para valientes

En una parroquia de mi ciudad hay este rincón. Está frente a los confesionarios. Dando un paseo he entrado, no había nadie en la iglesia y ha llamado mi atención este rincón. Por eso lo he fotografiado. 

No sé si alguien usará ese reclinatorio, pero creo que al menos sirve para recordarnos que una de las posturas que podemos adoptar frente a Dios es la de postrarnos a sus pies. Postrarnos cuando nos sintamos sin fuerzas, derrotados, cuando nos sintamos desesperados, sin ilusión y sin ganas de luchar; pero también cuando queramos pedir con humildad una gracia, una bendición, un milagro. 

Por lo general recuerdo ver estos reclinatorios frente al altar de alguna imagen de la Virgen, o de un crucificado, como es este caso. 

No sé si hoy la gente tendrá el valor de usar estos reclinatorios, porque hay que ser muy valiente para humillarse y postrarse ante Dios. Y hacerlo ahí a la vista de cualquiera. Resulta más fácil hacerlo en la soledad de la habitación, donde nadie te vea. 

Algunos pensarán que el reclinatorio es un mueble de otros tiempos, pero hoy, al verlo ahí solo, he pensado que es un mueble muy actual, eso sí, solo para valientes. Aunque no voy a negar que también los hay que lo usan con ostentación. Pero para esos está la parábola del fariseo y el publicano. En todo caso bien está que en cada parroquia haya un reclinatorio, aunque solo sea para recordarnos que a veces la mejor postura ante Dios es la de estar postrados.

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