Jornada del Enfermo Sor Daniuska: “Queremos que la Casa de los Cuidados sea un referente en el arte de saber cuidar”
“ya no hablamos de pastoral de enfermos sino de Pastoral de la Salud porque la acción de la Iglesia debe llegar a la realidad total de la persona”
“Crear una cultura del cuidado nos lleva a humanizar el cuidado en todas sus dimensiones y ver a cada persona como única e insustituible”
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
La Pastoral de la Salud de Vitoria cierra su curso este 22 de mayo, coincidiendo con la Jornada del Enfermo. Por ello, esta delegación ha organizado una eucaristía especial en la Capilla Pública del Seminario a las 12:30h.
La celebración, presidida por el Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, contará también con la presencia del Vicario General, Carlos García Llata. Durante la celebración se harán entrega de los chalecos a los nuevos voluntarios de la Pastoral.
Sor Daniuska Rodríguez, responsable de Salud de la Diócesis, ha escrito una carta pública en la que califica la labor de la pastoral sanitaria como “fundamental, en este momento de la historia en el que se está produciendo un desplazamiento de objetivos en todo el mundo sanitario”.
“La pandemia que aún vivimos y atravesamos, así como otras situaciones de muerte, han focalizado como nunca antes a la persona sufriente como motivo de preocupación y esmero en la acción misionera de la Iglesia”, señala sor Daniuska.
A lo largo del curso la Delegación ha ofertado charlas y cursos de formación, conscientes de la necesidad de preparar a los agentes de pastoral de la saludo, porque “humanizar nuestro acompañamiento a personas vulnerables es complejo, que comprende todas sus dimensiones, –físicas, cognitivas, emocionales, relacionales, espirituales, etc.– Pero la actuación del agente de Pastoral de la Salud no deberá ser de rutina o de repetición de frases hechas.”
En esa tarea de adaptación a las nuevas realidades Sor Daniuska apunta un cambio significativo: “Recordamos que ya no hablamos de pastoral de enfermos sino de Pastoral de la Salud porque la acción de la Iglesia debe llegar a la realidad total de la persona, donde vive y actúa y no únicamente a la situación de enfermedad. Una pastoral que anuncia al Dios de la vida y que promueve la justicia y la defensa de los derechos de los más débiles, los enfermos.”
La labor de la Pastoral de la Salud la resume en seis verbos: “Una pastoral de misericordia porque acoge, abraza, escucha, disculpa, acompaña y ayuda a madurar.”
Concluye con una llamada a este voluntariado de servicio a los enfermos: “Animaos a servir desde este ministerio del acompañamiento y formarse en el arte de saber cuidar. Dar gratis lo que gratis hemos recibido en la certeza de que en cada enfermo o necesitado está presente la persona de Jesús; y por amor hacerlo todo.”
Recientemente Sor Daniuska, acompañada por uno de los voluntarios de la pastoral de la Salud, José Luis Area, participaron en la tradicional gala de la Memoria Anual de Actividades de la Iglesia organizada por la Conferencia Episcopal Española. Fueron invitados para presentar un proyecto pionero e innovador, La Casa de los Cuidados.
“El objetivo de este proyecto es acompañar a las personas vulnerables y en el final de su vida y darles una calidad que les dignifique”, señaló Sor Daniuska. “Se está aún trabajando en sacarlo adelante en diálogo con instituciones públicas y privadas y con una fuerte colaboración entre los tres pilares fundacionales de este proyecto: Obispado, Babespean y Egibide”.
En la presentación en Madrid la responsable de Salud de la Diócesis de Vitoria explicó el por qué de esta iniciativa y su carácter integrador desde varios ámbitos como el cuidado, la formación y la investigación así como el impulso humanizador en personas vulnerables o en la etapa final de sus vidas. “Crear una cultura del cuidado nos lleva a humanizar el cuidado en todas sus dimensiones y ver a cada persona como única e insustituible. Queremos que la Casa de los Cuidados sea un referente en el arte de saber cuidar”.
Non solum sed etiam
Quizá a alguno le parezca un detalle sin importancia, pero a mí me ha llamado la atención. ¿El qué? pues que la “carta abierta en una jornada de la Iglesia la firme la delegada diocesana”. Por lo general estamos más acostumbrados a que sea el obispo o el vicario general quien firme las “Cartas abiertas” de la Diócesis. Si además le añadimos el detalle de que la firma una mujer. ¡Claro que la meta es que estos detalles no llamen la atención! pero de momento estos son los brotes verdes de la Primavera de la Iglesia, los que algunos se niegan a ver, los que deseamos que se multipliquen, los que responden a esa demanda de una Iglesia más plural, participativa, corresponsable de la que se habló en la reciente clausura de la primera fase del Sínodo en la Diócesis.
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