"¡Benditos sean el Vaticano II, el papa Francisco y todo el proceso sinodal!" Escenarios presinodales
"¿Qué hacemos en los casos de las 31 diócesis españolas de cuyos obispos-arzobispos y cardenales, hay ya judicializada constancia de idénticos comportamientos?"
"¡Benditos sean el Vaticano II, el papa Francisco y todo el proceso sinodal que comienza a inspirar la Iglesia en la actualidad¡"
Las agencias de comunicación universalizaron, a su tiempo, la noticia de que “el arzobispo de Friburgo, Mons. Stephan Burger, mandara retirar del habitáculo en el que se hallaban con todos los honores, los retratos de sus dos anteriores predecesores en la sede -Mons. Robert Zollits y Oscar Saier- “por haber sido consentidores de abusos sexuales por sacerdotes de la archidiócesis”.
Son muchos los que, profesándose católicos o no, tal información les suscita preguntas como estas: ¿qué hacemos en los casos de las 31 diócesis españolas de cuyos obispos-arzobispos y cardenales, hay ya judicializada constancia de idénticos comportamientos? ¿Sería demasiado escandaloso trasladar, en el caso de fallecimiento, sus restos, de las catedrales y ubicarlos, por ejemplo, en sus claustros, tal y como aconteció en otras diócesis más acompasadas con los ritmos exigidos por la incipiente sinodalidad?.
Se acrecienta en determinados grupos cristianos españoles el fervor, con la anuencia y presencia de su respectivo arzobispo de Granada, por acelerar el procesos de beatificación-canonización de la reina Isabel la Católica, con sacrosanta recordación ”ejemplar cristiana” por la expulsión -desvalijamiento de los judíos , y del moro Boabdil, así como del descubrimiento-evangelización- conquista del “Nuevo Mundo” y de los legítimos poseedores de sus territorios, por muchas y “santas” bulas pontificias que avalaran los hechos consumados y por consumar. ¿Por qué, al menos, no dejamos las cosas tal y como están y no removemos el santoral para intentar situar en él a la Reina y otro para el Rey -Católicos los dos, por antonomasia- y sempiternamente entrelazadas y sacramentalizadas sus manos y su política, al menos por aquello de que “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”?.
Noticia católica reciente, redactada, servida y distribuida por los “informadores religiosos oficiales” ha sido esta: “20 cardenales, arzobispos, obispos y 60 presbíteros , además de cerca de 40 autoridades autonómicas, insulares y municipales, en presencia del Nuncio de SS. en España, Mons. Bernardito Auza, participaron en la consagración del nuevo obispo de Menorca, Mons. Gerard Villalonga. Este destacó en su homilía que “hoy es un día grande y una magnífica catequesis sobre la Iglesia…” Al oír estas palabras, a no pocos les dio la impresión de que, al menos, al nuevo obispo, se le había subido demasiadamente pronto la mitra a la cabeza…
“Un grupo de 50 sacerdotes, acompañados por su obispo, todos anglicanos, contrariando las normas canónicas establecidas, celebraron “por error” de comunicación, una misa en el altar mayor de la basílica de San Juan de Letrán, nada menos que la catedral romana del papa.”¿Qué es eso de “error de comunicación”? ¿Cómo es posible que se equivoquen tantas y tan expertas personas, quienes, para protagonizar y presidir tan solemne y significativa ceremonia, necesitarían la colaboración de las competentes autoridades y regidores católicos, apostólicos y romanos? ¿Equivocación, aspiración, sueño o realidad anticipada? En esto no se ponen de acuerdo los hermeneutas.
Me hizo partícipe de la información su protagonista: “Pastoreaba en el primer pueblo al que me mandó el obispo y, siempre desinteresadamente, colaboraba con las familias más necesitadas para sembrar o recoger la parva cosecha de su campo. Informado de ello mi obispo, en su salón del trono palaciego, me obligó un día a enseñarle mis manos y, al verlas y sentirlas encallecidas, me increpó de esta manera: “¿pero cómo es posible que con estas manos usted celebre la santa misa todos los días, faltando al respeto a tan sagrado misterio?"
Y aquí, ahora y siempre nos salen al paso estas otras palabras de Mons.Ojea , Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina , quien nos adoctrina cálidamente que “para escuchar a los demás, y en ellos a Jesús, hemos de tener los oídos en el corazón”, además de intentar recalcarles a sus obispos que “ustedes ni son ni han de actuar como si fueran dueños y señores de la Iglesia, sino fieles servidores de ella” ¿A cuántos sinodales y pre sinodales , les vendrá como anillo al dedo tal precisión pastoral, renacida del adoctrinamiento y de la ejemplaridad “franciscanas de quien antes pastoreara Buenos Aires y sus periferias?.
Sin excusa ni pretexto alguno, me citó en una ocasión mi obispo -¡160 kilómetros de distancia¡- para informarme personalmente que “no se me ocurriera publicar nada, ni en periódicos ni en revistas, sin haberles enviado antes los artículos al canónigo censor nombrado al efecto, quien, si procediera, le daría el “Visto Bueno”.“ Recurrió en su advertencia a unos cánones o artículos de concilios o códigos hasta precristianos...
¡Benditos sean el Vaticano II, el papa Francisco y todo el proceso sinodal que comienza a inspirar la Iglesia en la actualidad¡.
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Etiquetas