"A pesar de que casi la mitad de los estadounidenses descartan o simplemente ignoran la Biblia" Mario Paredes: "La fe y la Sagrada Escritura todavía ejercen 'un importante impacto cultural en Estados Unidos'"

La Sociedad Bíblica Estadounidense (ABS, por sus siglas en inglés) acaba de publicar su informe de investigación sobre el Estado de la Biblia en los EE. UU., que ofrece un rico panorama del compromiso (y no compromiso) de los estadounidenses con la Sagrada Escritura. Los hallazgos no dan razón para el optimismo en muchos aspectos, pero a su vez revelan la posibilidad de lograr que más personas utilicen la Biblia con enfoques innovadores que impacten la vida humana y demuestren y desencadenen el inmenso poder de la Sagrada Escritura como fuente de cambio personal, de transformación.

Hay una disminución constante en el número de estadounidenses que consultan la Sagrada Escritura. Hoy en día, 63 millones de adultos estadounidenses, o el 25 por ciento del total, consultan la Biblia por su cuenta, fuera de los servicios religiosos, al menos una vez por semana. Se trata de una porción considerable de la población, pero las cifras son inferiores en comparación con el 50 por ciento de los adultos que consultaban la Biblia durante la pandemia.

Solo el 39 por ciento de los estadounidenses consultaron la Biblia el año pasado tres o más veces, mientras que 138 millones de adultos estadounidenses no lo hicieron en ningún momento, una fuerte caída de los 119 millones que estaban desconectados de la Biblia en 2020 y los 100 millones en 2021. La cifra de personas que siguen la Sagrada Escritura cayó un 4 por ciento en 2023, para un total de 47 millones, frente a 49 millones en 2022. Con un 53 por ciento, los evangélicos se muestran como el grupo con más personas que consultan la Biblia semanalmente o con más frecuencia, mientras que los católicos, apenas un 21 por ciento, son los menos propensos a hacerlo.

En una nota positiva, 11 millones de adultos estadounidenses que no consultan la Biblia se unieron a la categoría llamada Moving Middle, adultos que dicen ser cristianos pero no asisten a la iglesia o no creen que su fe sea muy importante en sus vidas. Hay 76 millones de cristianos en el Medio Móvil y tienen algún tipo de relación con la Biblia, por tenue que sea. Estos adultos son un objetivo de la evangelización para incorporarlos al grupo de personas comprometidas con la Biblia.

El informe de ABS incluye un hallazgo sorprendente: más de la mitad de los estadounidenses (52 por ciento) desearían leer la Biblia con más frecuencia, pero solo el 7 por ciento dice que ha aumentado su lectura de la Biblia en 2023. El informe sugiere que este hallazgo indica que la fe cristiana y la Sagrada Escritura todavía ejercen “un importante impacto cultural en Estados Unidos”, a pesar de que casi la mitad de los estadounidenses descartan o simplemente ignoran la Biblia y el 24 por ciento de los estadounidenses dicen que no son cristianos. Cabe señalar que la Iglesia católica y las iglesias protestantes perdieron en 2023 el 20 por ciento de sus seguidores, que se convirtieron en agnósticos, ateos o sin ningún tipo de relación con la fe o la Biblia.

Aquí hay una gran oportunidad. El liderazgo cristiano puede involucrar e inspirar a los millones que todavía respetan la Sagrada Escritura pero no participan de su lectura haciendo un uso creativo de lo que el informe presenta como el Índice de Florecimiento Humano. Resulta que los estadounidenses que se involucran regularmente con la Sagrada Escritura son personas más felices y realizadas.

Tomando prestada la plantilla de la Universidad de Harvard, los investigadores de ABS encuestaron a adultos comprometidos con la Biblia, así como a adultos no comprometidos con la Biblia, para ver cómo se clasifican en el Índice de Florecimiento Humano en áreas clave: felicidad y satisfacción con la vida; salud física y mental; significado y propósito; carácter y virtud; estrechas relaciones sociales; estabilidad financiera y material.

Jesús, dice el informe, prometió “vida abundante” a quienes lo sigan. Esto lo confirman los resultados del estudio: los adultos comprometidos con la Sagrada Escritura obtuvieron puntuaciones más altas que los adultos no comprometidos con la Biblia en todos los dominios que determinan el florecimiento humano, especialmente en lo que respecta a la felicidad y la satisfacción con la vida, su significado y propósito.

El informe dice que las personas que “hacen de la Sagrada Escritura una parte importante de sus vidas tienen un mayor sentido de propósito. Sienten que sus actividades diarias valen la pena porque siguen a Jesús”. "Sus vidas y relaciones son mejores". Viven vidas con más propósito. Este es un gran argumento de venta para volver a la Sagrada Escritura. Muchas personas buscan la felicidad y un propósito a través de una enorme variedad de gurús de autoayuda, así como innumerables productos y servicios que prometen curación y superación personal. Pero ninguna fuente es tan poderosa como la Biblia.

En la Sagrada Escritura, el individuo encuentra al Dios vivo en la persona de Jesucristo, quien promete gracia sobrenatural para ayudar a las personas a vivir vidas verdaderamente con propósito. Ese es el poder de la Biblia. El desafío es hacer tangible el florecimiento humano como la bendición del compromiso bíblico. Esto es algo sobre lo que deben reflexionar pastores y sacerdotes. Una forma podría ser organizar eventos en los que personas de todos los ámbitos de la vida testifiquen de la transformación de sus vidas a través de la Sagrada Escritura. Demostrar el poder de la Biblia seguramente atraerá a quienes dudan y a aquellos que se han apartado de la misma.

La ABS merece elogios por su investigación profunda, amplia e innovadora que señala el camino hacia un muy necesario resurgimiento del compromiso con la Sagrada Escritura.

*Miembro del Consejo General Directivo de la Academia Internacional de Líderes Católicos y director ejecutivo de SOMOS Community Care, una red de atención social de más de 2500 profesionales que cuidan a más de 1 millón de pacientes de Medicaid en la ciudad de Nueva York.