Arrupe la definió como "la decisión más importante de mi generalato" La Congregación General 32 (1975): De la “sacristía” al foro (II)

Fe y justicia
Fe y justicia

"Arrupe asume esta compleja y difícil iniciativa con el propósito de poder discernir adecuadamente la manera real y válida con que los jesuitas podíamos servir creativamente a una Iglesia post-Vaticano II"

"Los jesuitas de hoy tendremos que continuar la salida del “convento”, camino de la plaza, iniciada por la Congregación General 31 en 1965 y la salida de la “sacristía”, camino del foro, auspiciada por la Congregación General 32 en 1975"

"Nuestra misión hoy: humanizar nuestro mundo al evangelizarlo"

"El vínculo, indisoluble y permanente, entre evangelización y la justa promoción integral de los seres humanos"

Tras la convocatoria de Arrupe del 8 de septiembre de 1973, el 2 de diciembre de 1974, doscientos treinta y seis jesuitas se encuentran en Roma, para iniciar la Congregación General XXXII, que terminaría el 8 de marzo de 1975 su cuesta arriba discernimiento y que fue considerada por el P. Arrupe como “la decisión más importante de mi generalato”.

Movido “por la necesidad de buscar, definir y concretizar más y de manera más efectiva, el servicio que la Compañía ha de prestar a la Iglesia, en un mundo que cambia tan rápidamente”, Arrupe asume esta compleja y difícil iniciativa con el propósito de poder discernir adecuadamente la manera real y válida con que los jesuitas podíamos servir creativamente a una Iglesia post-Vaticano II, en un mundo repleto de grandes, rápidas y habituales transformaciones tecnológicas, políticas y económicas, y en medio de la universal necesidad de humanizarse y de eliminar de sí las muchas, habituales y violentas injusticias y opresiones deshumanizadoras a que estaban y siguen sometidos grandes sectores de la humanidad.

Arrupe

En una entrevista de prensa, Arrupe logró aclarar más aún el propósito específico de esta Congregación General 32: “investigar, determinar con precisión y fijar concretamente qué tipo de servicio ha de ofertar en el presente la Compañía a la Iglesia, frente a las violentas transformaciones del mundo”.

Parece válido que, al estar los jesuitas acercándonos a la Congregación General 37 e iluminados por el Vaticano II, las Congregaciones Generales 31-36, los Superiores Generales de Arrupe a Sosa, las Preferencias Apostólicas Universales y el Camino Sinodal, los jesuitas de hoy asumamos, reavivemos y actualicemos el certero objetivo, humanizador y evangelizador, que Arrupe le adjudicó a la Congregación General 32 de ayer y que sigue válido y vigente para los jesuitas de hoy: ¿Cómo y en qué, desde nuestro evangélico, eclesial e ignaciano modo de proceder, los jesuitas, hoy y en todas partes, podemos colaborar a humanizar y evangelizar nuestro violento, deshumano y deshumanizante mundo actual?

Resulta obvio que, para contestarnos válida y esperanzadamente esta estimulante y actual pregunta, los jesuitas de hoy tendremos que continuar la salida del “convento”, camino de la plaza, iniciada por la Congregación General 31 en 1965 y la salida de la “sacristía”, camino del foro, auspiciada por la Congregación General 32 en 1975; ambas salidas, la del “convento” y la de la “sacristía”, bajo el creativo liderazgo evangélico, eclesial e ignaciano del P. Pedro Arrupe.

Arrupe y Pablo VI

Visión de conjunto de la Congregación General 32

Para esta breve visión de conjunto, acudamos al parecer de reconocidos historiadores y cronistas de la Congregación General 32:

John W. O´Malley, S.J. Los Jesuitas. Una Historia de Ignacio al presente: “La Congregación General 32 ha sido una de las más difíciles en toda la historia de la Compañía debido a una serie de mal entendidos entre ella y el Papa Paulo VI. Al ir la Congregación General 32 acercándose a su final, Pablo VI les hizo saber que él quería revisar sus decretos. Tardó meses en devolverlos aprobados, aun “Nuestra Misión Hoy”, pero obviamente todavía preocupado” (pp. 105-106).

Urbano Valero, S.J. El proyecto de renovación de la Compañía de Jesús (1965-2007): “La CG 32 avanza en la dirección iniciada por la 31, confirmándola, profundizándola y haciéndola descender a la práctica, con nueva luz y nuevo apremio…” (p. 199).

Aportes actualizadores de la Congregación General 32

Hagamos un recorrido por el texto de la CG 32, para ver si encontramos en ella elementos que nos permitan contestar válidamente la posible pregunta del P. Arrupe a los jesuitas de ayer y de hoy: ¿Quiénes somos los jesuitas hoy y cómo y en qué podemos y debemos contribuir a humanizar y evangelizar nuestro mundo hoy?

La Congregación trató cinco temas nucleares: 1. la identidad del jesuita, 2. la misión, 3. la formación, 4. la vida religiosa y comunitaria, y 5. la pobreza religiosa y apostólica.

El discernimiento de esos cinco temas nucleares, en relación con la realidad del mundo, de la Iglesia y de la Compañía, hizo que aflorara y se definiera muy concretamente una única misión, decisiva, abarcadora e integradora, para el vivir y el obrar evangélico, eclesial e ignaciano de los jesuitas.

Fe y justicia

Esa radical e incluyente misión caracterizó a la CG 32 y a los jesuitas de ayer y sigue hoy manteniendo su vigencia y relevancia para los jesuitas de hoy y para las próximas Congregaciones Generales: NUESTRA MISIÓN HOY: SERVICIO DE LA FE Y PROMOCIÓN DE LA JUSTICIA

Así la enunció, clara y esperanzadamente, la Congregación 32: “Comprometerse bajo el estandarte de la cruz en la lucha crucial de nuestro tiempo: la lucha por la fe y la lucha por la justicia que la misma fe exige (y) elige la participación en esa lucha como el punto focal que identifica en la actualidad lo que los jesuitas hacen y son” (Jesuitas Hoy, 2-3).

Para mejor entender y valorar lo dicho por la Congregación 32 sobre la misión de los jesuitas, lo estoy organizando en tres acápites generales, integrados entre sí.

Nuestro injusto, deshumano y deshumanizante mundo

“…el predominio de la injusticia en un mundo…” (Jesuitas Hoy, 7)
“…nuestro mundo está dividido por la injusticia…” (Decreto 4, 6)
“Millones, que tienen nombre y rostro, sufren pobreza y hambre: las consecuencias de la discriminación social, racial y política” (Decreto 4, 20)
“…más opresión y dominación que respeto de los derechos individuales y colectivos…” (Decreto 4, 27)

Nuestra misión hoy: humanizar nuestro mundo al evangelizarlo

“…el jesuita de hoy es un hombre cuya misión consiste en entregarse totalmente al servicio de la fe y a la promoción de la justicia, para construir un mundo al mismo tiempo más humano y más divino” (Decreto 4, 31)
“…por una opción neta de la Congregación General, la Compañía se comprometa resueltamente al servicio de la justicia. Esta opción viene hoy requerida por nuestra misión apostólica con una urgencia particular” (Decreto 4, 28)
“…teniendo siempre ante los ojos el objetivo único y constante del servicio de la fe y de la promoción de la justicia” (Decreto 4, 7)
“…testigos del Evangelio, que liga indisolublemente amor de Dios y servicio del hombre” (Decreto 4, 31)
“…el servicio de la fe y de la promoción de la justicia debe ser el factor integrador de todos nuestros ministerios; y de nuestra vida interior, como individuos, como comunidades, como fraternidad extendida por todo el mundo. Esto es lo que la Congregación quiere significar por una ¨opción decisiva¨. Es la opción que subyace y determina todas las demás opciones…” (Decreto 4, 9)

Jesuitas

“Nos confirmamos en esta opción decisiva…” (Decreto 4. 10)
“Llegamos a esa opción decisiva desde diversos puntos de partida” (Decreto 4, 4)
“Nuestra respuesta a estas nuevas urgencias no será válida si no es total, común, enraizada en la fe y en la experiencia, (y) multiforme” (Decreto 4, 7)
“La injusticia debe ser atacada por nosotros en su raíz que está en el corazón del hombre: nos es preciso trabajar en la transformación de las actitudes y tendencias que engendran la injusticia y alimentan las estructuras de opresión” (Decreto 4, 32)
“…se prestará especial atención al papel que pueden jugar, para el servicio de la fe y de la justicia, los centros de enseñanza, las revistas, las parroquias, las casas de retiro…” (Decreto 4, 76)
“…identificar y analizar los problemas de una evangelización que tiene en cuenta simultáneamente las exigencias de la ¨diakonia fidei¨ y de la promoción de la justicia…” (Decreto 4, 74)
“…en favor de la evangelización y del desarrollo del hombre” (Decreto 4, 8)

 Evangelización y humanización: Un mismo y único camino

“…el camino hacia la fe y hacia la justicia son inseparables…” (Jesuitas Hoy, 8)
“Fe y justicia son inseparables en el Evangelio…” (Decreto 4, 8)
“No hay promoción cristiana de la justicia integral, sin un anuncio de Jesucristo…” (Decreto 4, 27)
“Es una vida en la que resplandece la perfecta justicia del Evangelio, que dispone no sólo a reconocer y respetar los derechos y la dignidad de todos, sino, aún más, a promoverlos eficazmente” (Decreto 4, 18)
“…la injusticia actual, negando la dignidad y los derechos del hombre imagen de Dios y hermano de Cristo, constituye un ateísmo práctico, una negación de Dios” (Decreto 4, 29).

Termino, citando esperanzadamente un iluminador texto de Gianni La Bella sobre la Congregación General 32 en su libro Los Jesuitas. Del Vaticano II al Papa Francisco: “El vínculo entre la evangelización y la promoción de la justicia, entre el servicio a la Iglesia y al hombre, no es ficticio o táctico para los jesuitas, sino que se trata de una realidad indisoluble. La salvación cristiana y la liberación humana coinciden, en su expresión concreta: transformar el mundo, haciendo de ello un lugar más vivible.
La Congregación invita a los jesuitas a que hagan suyo este nuevo espíritu, aunque ello suponga que se alteren “nuestras costumbres consolidadas” o “revolucionar nuestros horizontes posiblemente demasiado limitados”.

El decreto es el fruto de un trabajo complejo que, a pesar de las numerosas enmiendas, no será del agrado de una parte de los delegados mismos, que no se reconocerán en él ya desde el principio.

No son pocos los que, dentro y fuera de la Compañía, se escandalizan por esta elección que se define como ´decisiva´, que ´subyace en y precisa las demás elecciones´, ´el factor integrador de todos nuestros ministerios´” (p. 99).

Liberación

En su texto, Gianni La Bella analiza y evalúa muy adecuadamente los resultados del discernimiento cuesta arriba y de la válida propuesta que la Congregación General 32 hizo a los jesuitas de ayer y nos sigue haciendo a los de hoy sobre asunto de tanta importancia, ayer y hoy: el vínculo, indisoluble y permanente, entre evangelización y la justa promoción integral de los seres humanos, la humanización de todos y de cada uno de los seres humanos que poblamos nuestra Casa Común.

La Congregación General 32 trató y orientó sobre otros importantes asuntos (inculturación de la fe, la unión de los ánimos…) que por la brevedad de este artículo, no podemos tratar en el mismo.

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