Piñero: "La teología seria recibe aquí su premio" Estrada: "Castillo es uno de los teólogos españoles con más resonancia en el mundo"
Juan Antonio Estrada y Antonio Piñero, teólogos y estudiosos de la religión, han compartido venturas y desventuras con José María Castillo. Durante años, y también a través de RD, especialmente Estrada. Ambos saludan la concesión del Doctorado Honoris Causa a Castillo por parte de la Universidad de Granada, que tendrá lugar este viernes. "Hay que facilitar el diálogo de las especialidades universitarias con la teología", asume Juan Antonio Estrada, quien sostiene que Castillo "se ha convertido en uno de los teólogos españoles con mayor resonancia e influjo".
"Desde la supresión definitiva de las facultades de teología en la Universidad (1868), ésta y la teología han vivido caminos separados, a diferencia de lo que ocurrió en otros países europeos", opina el teólogo Juan Antonio Estrada, gran amigo y compañero de Castillo. "La teología pasó a ser monopolio del clero y en la Universidad y Centros de Investigación superiores hubo una ausencia de las ciencias de las religiones, la filosofía de la religión y la historia de las religiones, con lo que también se empobreció la universidad española. A diferencia de otros países, como Francia, en España no ha habido hasta ahora un abordaje del hecho religioso desde una perspectiva no confesional y universitaria".
"Tanto la universidad como la Iglesia, y el conjunto de la sociedad y la cultura española, han pagado por esto. La concesión de un doctorado "honoris causa" a un teólogo español, que sigue con pocos meses de distancia a otro doctorado a un teólogo extranjero (Hans Küng), es un paso en la línea de superar la "diferencia" española. Hay que facilitar el diálogo de las especialidades universitarias con la teología, en la línea a la que apuntaba el mismo Kant, y la potenciación de las distintas especialidades sobre la religión que faltan en la Universidad española, y que existen en toda Europa. La religión es demasiado importante, y tiene consecuencias sociales y políticas, como para ignorarla a nivel universitario".
¿Qué méritos presenta el teólogo José María Castillo para merecer tal distinción? "El esfuerzo de renovación de la teología y del cristianismo, a partir de la década de los sesenta, ha tenido en José María Castillo un protagonismo indudable. A partir de una sólida formación tradicional ha evolucionado en diálogo con el Concilio Vaticano II y también con algunas teologías y movimientos post conciliares, como las teologías de la liberación, buscando un nuevo replanteamiento del cristianismo que tuviera en cuenta el nuevo contexto del mundo y de la iglesia actual".
"De esta forma -culmina Estrada-, se ha convertido en uno de los teólogos españoles con mayor resonancia e influjo, como muestran las cuantiosas reediciones de sus obras, así como la difusión que éstas han tenido en el ámbito hispano y también en otras áreas lingüísticas, especialmente la italiana y portuguesa. Por lo demás es indiscutible la cercanía de sus posturas a un planteamiento ilustrado sobre la religión, poniendo énfasis en la autonomía de la teología y en la diferenciación entre el magisterio jerárquico y el de los teólogos. Ha sabido también asumir las consecuencias derivadas de su planteamiento renovador, a nivel eclesial y social, y ha demostrado su solidaridad efectiva y no sólo de palabra, al responder a las carencias que se habían planteado en la Universidad Centroamericana del Salvador, tras el asesinato del grupo de jesuitas. Por eso, la concesión del doctorado "honoris causa" por una universidad pública, no confesional, es un refrendo académico y un espaldarazo a su trayectoria como teólogo".
Por su parte, Antonio Piñero resalta que "la concesión de un doctorado honoris causa en Granada a un teólogo de la liberación demuestra que la teología seria y bien pensada, la nueva cristología, que hace hincapié en los aspectos liberatorios de Jesús y en su talante humano, de este movimiento ha alcanzado una categoría científica y recibe aquí su reconocimiento y premio".
"Además, la persecución por parte de la hipertrofiada ortodoxia de Roma a Castillo olvida la enorme pluralidad de los Cristos del cristianismo primitivo, y el esfuerzo sincero y titánico de Castillo y colegas por hacer verdaderamente accesible a los cristianos hoy una teología un tanto fosilizada, anclada en formulaciones del siglo V. Así que me alegro mucho de la concesión".