"El obispo, Ma. Livia y las carmelitas de Salta, se encuentran inmersos en una disputa de poder" Nuevamente una aparición mariana como iniciadora de conflictos en la Iglesia
"La abogada de las monjas sostiene que no es un hecho aislado, que las religiosas sufrieron un "sistemático amedrentamiento" y hostigamiento” por parte de Mons. Cargnello desde 1999"
"Una mujer de mediana edad, llamada María Livia, manifiesta vivir frecuentes apariciones y mensajes de la Virgen en distintos lugares y momentos del día"
"En 1995 las Carmelitas Descalzas del Monasterio San Bernardo, pertenecientes al sector integrista o conservador comúnmente conocidas como “Maravillosas”, aceptan y comparten el relato de Ma. Livia"
"Además de cuestionar la validez de la 'aparición', se le pide tanto a Ma. Livia como a la comunidad del Monasterio de San Bernardo que se abstengan de difundir 'los mensajes'"
"En 1995 las Carmelitas Descalzas del Monasterio San Bernardo, pertenecientes al sector integrista o conservador comúnmente conocidas como “Maravillosas”, aceptan y comparten el relato de Ma. Livia"
"Además de cuestionar la validez de la 'aparición', se le pide tanto a Ma. Livia como a la comunidad del Monasterio de San Bernardo que se abstengan de difundir 'los mensajes'"
| Ana Lourdes Suárez y Juan Bautista Duhau
El arzobispo de Salta, Mario Cargnello, el veedor designado por el Vaticano para visitar la comunidad religiosa (un obispo emérito) y otro sacerdote fueron recientemente acusados formalmente ante la justicia por miembros de una comunidad de religiosas carmelitas descalzas. La denuncia la encabeza la priora y el motivo es "violencia de género".
El hecho puntual que generó la denuncia tuvo lugar en el 2020 durante el velatorio de una de las monjas, en su ataúd las religiosas habían colocado una imagen de la Virgen del Cerro y ante el pedido del arzobispo de quitarla se habría producido un forcejeo con una de ellas. La abogada de las monjas sostiene que no es un hecho aislado, que las religiosas sufrieron un "sistemático amedrentamiento" y hostigamiento” por parte de Mons. Cargnello desde 1999, año en que asume al frente de la diócesis y deben también discernir pastoralmente las supuestas apariciones de la Virgen del Cerro.
Entender el contexto histórico en el que se fue gestando el conflicto ayuda a comprender los motivos profundos de la disputa por la imagen de la Virgen del Cerro que dieron pie a la demanda.
La manifestación mariana en Salta, una provincia del noroeste argentino de profunda tradición religiosa, se inicia en 1990 cuando una mujer de mediana edad, llamada María Livia, manifiesta vivir frecuentes apariciones y mensajes de la Virgen en distintos lugares y momentos del día. Comienza a nuclear un grupo de personas que se reúnes periódicamente a rezar el rosario. Las reuniones para orar son convocadas por Ma. Livia y la directora de una escuela, de quién años más tarde se distanciará y a quien apartará de la organización que ya comenzaba a formarse.
Durante los primeros cinco años sólo el confesor de la vidente conoce el contenido de las apariciones y mensajes. En 1995 las Carmelitas Descalzas del Monasterio San Bernardo, pertenecientes al sector integrista o conservador comúnmente conocidas como “Maravillosas”, aceptan y comparten el relato de Ma. Livia, la adoptan espiritualmente y se involucran directamente en la obra que se está formando.
Ma. Livia narra así el inicio del vínculo con las carmelitas:
“la Santísima Virgen dijo que el tiempo estaba cumplido, que los frutos estaban maduros, y que siguiendo los planes de Dios, la obra que había crecido en silencio durante los cinco años, había alcanzado la plenitud que Dios quería. Que era tiempo de dar a conocer los mensajes. Y me pidió que me dirigiera al monasterio de San Bernardo de las Carmelitas descalzas y que les comentara a las hermanas lo que estaba viviendo. De manera que le obedecí a la Santísima Virgen… Después que las hermanas me escuchan, escuchan el relato, ellas me piden que le pregunte a la Santísima Virgen qué quería de este Monasterio. Esa misma noche la Santísima Virgen se hizo presente. Yo le trasmití el mensaje de las hermanas. Y la Santísima Virgen dictó una carta para ellas en donde les explicaba todo lo que ella quería y lo que ella venía a decirles de parte de Dios, y algunas profecías también para ellas…” (testimonio oral de Ma. Livia 12 de julio 2009 en el salón de ATSA -Salta)
Con el paso de los años el evento comienza a tener carácter público, el obispo de aquel momento autoriza la publicación de los mensajes de la Virgen, los cuales se difunden rápidamente. A partir de la descripción que hace la vidente en el convento carmelita esculpen una nueva advocación mariana, denominada “La Divina madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús”. Esta imagen, luego de la adquisición de tierras en Tres Cerritos por parte de la organización liderada por Ma. Livia, será popularmente conocida como la Virgen del Cerro.
Desde 1995 el fenómeno de “las apariciones de la Virgen” en Salta cobra gran impulso. Se va incrementando rápidamente el número de personas que se congregan los sábados en Tres Cerritos donde Ma. Livia asegura que la Virgen se le aparece mientras la multitud la acompaña en recogimiento, para luego recibir de ella una personalizada “oración” de intercesión” en la que muchos caen al piso por la fuerza de la experiencia. Numerosos testimonios aseguran que, durante esa oración y gracias a la intercesión de Ma. Livia, experimentaron alguna cura “milagrosa”. La organización liderada por la vidente se consolida en torno a “servidores” que la obedecen sin cuestionamientos, y organizan la logística de los eventos en el Cerro.
A principios del presente milenio, con la llegada de Mario Cargnello como arzobispo, se inicia otra etapa más conflictiva. Se indica a la vidente que el evento debe ser estudiado. En declaraciones oficiales de la diócesis en 2003 y 2006, entre otras cuestiones se sostiene la posibilidad de encontrarse frente a un fenómeno de «revelaciones sin contenido» donde «se da el peligro de confundir convicciones subjetivas; por ejemplo, el deseo de construir un Santuario con “revelaciones” de la Virgen”.
Además de cuestionar la validez de la “aparición”, se le pide tanto a Ma. Livia como a la comunidad del Monasterio de San Bernardo que se abstengan de difundir “los mensajes”. Si bien la vidente se ha adecuado a algunas recomendaciones del Obispo continuaron produciéndose situaciones en las cuales es claramente ella la protagonista clave del encuentro, de la organización y de su difusión. Las carmelitas la apoyan sin condiciones, entrando así en la disputa con la jerarquía eclesiástica de Salta.
El obispo, Ma. Livia y las carmelitas de Salta, se encuentran inmersos en una disputa de poder. Al obispo corresponde el gobierno pastoral de la diócesis a él encomendada especialmente ejerciendo el discernimiento en beneficio de todo el Pueblo de Dios. Ma. Livia desafía esa autoridad, empoderada en la figura de la Virgen que se le “aparece” directamente a ella (y solo a ella), dándole las indicaciones de lo que debe decir y hacer. Encuentra en la fidelidad de sus seguidores, los miembros de su organización y los miles de personas que van al cerro a participar de un evento extraordinario, la legitimidad para su accionar.
Las monjas del convento de San Bernardo, adscriptas al ala más conservadora de la orden carmelita -siguen las reformas de la Madre Maravilla- encuentran en Ma. Livia una potente aliada. En el acento conservador y ortodoxo de los mensajes surgidos de la manifestación mariana encuentran apoyo para mantener su propia postura ultraconservadora y antimoderna; y sobre todo afianzan su empoderamiento para desafiar a la injerencia de la autoridad eclesial.
Estas monjas, pese a su postura antimoderna, no dudan en apelar a la carga simbólica del lenguaje moderno (violencia de género), y a un contexto donde la denuncia contra el abuso de autoridad se legitima, para hacer frente a una autoridad que por diversos motivos les resulta incómoda. No conociendo los detalles del hecho, no estamos con esta afirmación dudando de la violencia que la monja vivió en su forcejeo con el obispo el día del velorio de una de sus compañeras. Lo que destacamos es que en su histórica disputa contra la autoridad eclesiástica, práctica y estratégicamente apelan a la construcción social en torno al género, para continuar su batalla. Ma. Livia y su organización, seguramente estarán festejando la valentía de las monjas.
Para profundizar más: Ameigeiras, Aldo, Suárez, Ana Lourdes, Aparición Mariana, símbolos religiosos y sanaciones. Peregrinaciones y conflictos en Tres Cerritos, Salta, Buenos Aires, Multi Ediciones, 2016.
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