"Trabajará por armonizar lo común con lo diverso, las diferentes sensibilidades en un proyecto inclusivo" ¿Cuáles son los retos más urgentes con los que se va a encontrar Monseñor Cobo?

Pastorear la diócesis de Madrid ya es un gran reto. Creo que el Papa Francisco ha tenido una gran visión al nombrar a Monseñor José Cobo como arzobispo de Madrid y éste ha sido muy valiente y generoso al aceptar la elección. Madrid es una diócesis muy grande y con muchas posibilidades, qué duda cabe, pero también compleja y difícil de gobernar.

Don José está capacitado para asumir ese reto y conoce bien la diócesis, así que estoy convencido de que saldrá adelante con el empeño, sabiendo como él sabe delegar y trabajar sinodalmente.

Tiene además tiempo por delante para continuar con todo lo valioso que ha dejado Don Carlos Osoro y generar procesos como a él le gusta decir, siguiendo la práctica del Papa Francisco, para avanzar en una Iglesia madrileña fiel al Evangelio y a la causa de Jesús, que es la causa de los pobres y excluidos, de los migrantes y refugiados, de los que viven en las periferias geográficas y existenciales…. Él tiene una gran sensibilidad y mucho recorrido en este sentido y estoy convencido de que nos va a guiar en ese camino.

Estoy seguro también de que va trabajar sinodalmente, apoyándose en los cauces de corresponsabilidad que ya funcionan en la diócesis e impulsando la participación de los diferentes agentes de pastoral (laicos, sacerdotes, vida consagrada, organismos e instituciones diocesanas, etc.) en la vida diocesana. Sabrá animar una formación de los seminaristas acorde con los retos y desafíos que la evangelización plantea hoy a la Iglesia madrileña.

Será capaz también de apoyar el trabajo en comunión y en red, armonizando el trabajo en el territorio y en las Vicarías con la transversalidad de las áreas y delegaciones que tienen esta dimensión y trabajará por armonizar lo común con lo diverso, las diferentes sensibilidades y planteamientos en un proyecto inclusivo, etc.

Por su talante dialogante y cercano, fomentará también sinergias con la sociedad civil y las diferentes administraciones en aras de una ciudad madrileña acogedora, solidaria, servidora del bien común y de los sectores más desfavorecidos de la sociedad.

Como se verá, creo que no debemos dejarnos guiar por las urgencias y por la impaciencia, pensando que esto va a cambiar de la noche a la mañana. La esperanza nos anima a caminar con las “luces largas” del Espíritu y a no dejarlo todo en manos del obispo, pensando que él por sí solo va a ser capaz de hacerlo todo. Esa actitud sería irresponsable por nuestra parte. La imagen paulina del cuerpo y sus diferentes miembros y funciones cobra aquí todo su sentido y la Iglesia de Madrid avanzará en la buena dirección del Evangelio y de las orientaciones del Papa Francisco en la medida en que todos rememos en la misma dirección, aunque lo hagamos por caminos diferentes y complementarios a la vez.

 ¿En quién se puede apoyar para realizar esos retos?

Aunque pueda parecer una simpleza y hasta ingenuo lo que voy a decir, estoy convencido de que el mayor apoyo lo va encontrar en la fuerza del Espíritu y en las oraciones de quienes ya estamos pidiendo para que Don José pastoree a la Iglesia de Madrid con sabiduría y buen sentido pastoral.

Como decía antes, hay ya cauces de corresponsabilidad en la Iglesia de Madrid en los que apoyarse y, sin duda, él sabrá dotarles del dinamismo sinodal que corresponda. Estoy seguro también que contará con el apoyo de todas las personas, organismos e instituciones de la diócesis dispuestas a sumar y a caminar en la línea de la Buena Noticia de Jesús. Nadie sobra y todos hacemos falta. No será un camino exento de dificultades, evidentemente, pero nos anima la esperanza. 

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME