Crisis abierta entre Arabia Saudí e Irán La Iglesia de Líbano ve "consecuencias desastrosas" tras la ejecución del imán chií

(Agencia Fides).- La condena a muerte del Imam chií Nimr Baqir al-Nimr, ejecutada por el gobierno de Arabia Saudita, el 2 de enero, "provoca, como efecto inmediato, el deterioro de la crisis institucional libanesa, pero sus efectos catastróficos también se están registrando ya en todos los escenarios de conflicto que asolan Oriente Medio, comenzado por Siria e Iraq, hasta Yemen".

Con estas palabras, el sacerdote maronita Rouphael Zgheib, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Líbano, describe las consecuencias desencadenadas por la ejecución del líder religioso chiíta.

"En Líbano, donde los vetos cruzados de los bloques políticos han impedido nombrar un Presidente de la República, puesto vacante desde mayo de 2014" comenta a la Agencia Fides don Rouphael, "se estaba produciendo desde antes de Navidad, un intento de ampliar el consenso en torno a la candidatura de Suleiman Franyieh. Ese intento contaba con el apoyo de Arabia Saudita, pero precisamente por eso, todavía no se había ganado el apoyo de los chiítas de Hezbolá. Ahora, después de lo ocurrido, la iniciativa desarrollada en torno Franyieh está agonizando. Y los jefes de Hezbolá han definido a Arabia Saudita como un 'régimen asesino'".

Según el Director de las OMP en el Líbano, esta "provocación dirigida y fuerte" de Riad "puede tener el efecto de bloquear los frágiles proyectos de paz con los que se trataban de contrarrestar los conflictos en curso en la región. Después de este golpe, las perspectivas de paz parecen derrumbarse, y es probable que se encienda aún más el conflicto en Yemen, Siria e Iraq".

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