Bienaventuranzas de la Naturaleza
Felices quienes creen que la humanidad es la parte que es consciente de la Naturaleza que le rodea, pero sin ningún tipo de superioridad, sino en fraterna armonía con todos los demás seres vivos.
Felices quienes se sienten unidos a las mareas, al efecto de la Luna, al calor del Sol, al perfume de las flores, al vaivén de las olas sobre la playa.
Felices quienes recuerdan con respeto y cariño a sus padres originarios: las primerias bacterias que habitaron los océanos. Y agradecen a la inmensa familia de especies que han ido evolucionando, hasta llegar a ser como somos en la actualidad.
Felices quienes están satisfechos de que gran parte de su ADN lo compartan la mayoría de los seres vivos que hay sobre la Tierra. Y de que los elementos físico-químicos de los que estamos compuestos provengan de la gran explosión inicial. Pue somos en esencia materia estelar, nuestro origen proviene de las estrellas.
Felices quienes se sienten hijos e hijas del Manantial primordial, de la Energía de fondo originaria, que dio origen, cuida y sostiene todo tipo de vida sobre nuestro planeta.
Felices quienes se esfuerzan por cuidar, proteger y amar a los demás seres humanos y a cualquier forma de vida sobre la Tierra, salvando en primer lugar a cualquier especie amenazada o que esté en peligro de extinción.
Felices quienes comunican y se comprometen a eliminar cualquier peligro que se cierna sobre nuestro hermoso planeta azul, por nuestras actitudes egoístas, consumistas, depredadoras.
Felices quienes con su forma de vivir crean nuevas formas de coexistencia fraterna con todos los seres vivos, la atmósfera, las montañas y los valles, los mares y los océanos. Con todo el Universo. Ellos y ellas son ya una nueva Naturaleza.