Nuevo cántico de las criaturas

Oh Profundidad, Fragilidad del Amor, infinita Ternura y Bondad,
por ti vivimos, en ti adquiere consistencia toda la realidad,
bendecirte es concretar en el día a día tu misericordia y tu presencia,
siendo la sencillez lo que ofrece valor y dignidad a nuestra existencia.

Que te alabe todo lo creado en el universo por amor y,
en nuestra galaxia, quien nos da luz y vigor, el hermano Sol,

pues nos despierta al alba y nos invita a gozar del asombro y la belleza,
llevando a la cotidianidad la buena noticia de tu constante gentileza.

También por la que protege nuestros sueños, la hermana Luna y su halo,
y por las nebulosas, los planetas, las estrellas que has creado,
que nos invitan al asombro y la contemplación, brillando
aunque ya hayan desaparecido en su última y definitiva explosión.

Por la hermana agua que forma las tres cuartas partes de nuestro cuerpo,
que es imprescindible para la vida, que nos salta desde dentro,
y por el hermano fuego, por su lumbre, sus brasas y su llama,
imagen de la luz, de la hoguera que arde dentro de quien ama.

Por la hermana Tierra, de la que formamos parte, nuestro hogar,
la Madre Tierra que nos enseña a alabar, dar gracias, cuidar,
pues nos regala el agua, el oxígeno, el alimento para sobrevivir,
y por las montañas, los mares, las flores y sus colores, que nos hacen sentir.

Por todas las personas que se dan a los demás sin despertar la admiración,
quienes sufren persecución por la justicia y responden con el perdón,
¡felices quienes han descubierto la verdadera alegría de ser pleno y veraz
antes que poseer; de sanar, de liberar, porque recibirán consuelo y paz!

No damos gracias por la muerte temprana, injusta, dolorosa, homicida,
a la que hay que combatir hasta llegar a dar incluso la propia vida.
Nos sentimos en armonía, cuando nos llega la hermana muerte a reclamar,
si sabemos que la vida sigue y que, sin saber bien cómo, vivimos para resucitar.

Felices las personas para quienes la voluntad de Dios no es estar sometidas,
sino ser felices y en ello se empeñan sanando a los demás de tantas heridas,
siendo sencillos y alegres, danzando al son del universo y su canción,
agradecidos y alabando cada momento que vivimos con ternura y pasión.

Todos estamos invitados a respirar pura alabanza junto a toda la creación,
y a derramar lágrimas de alegría ante tanta belleza, con humildad de corazón,
porque el universo es inmenso, hermoso, y el buen Dios nos hace una propuesta:
bendecirle siempre en cada criatura, para acudir todos como hermanos a su fiesta.
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