la belleza y la alegría salvan: COR'S

Prometíamos hace una semana un comentario sobre el Encuentro COR'S, que ha reunido en el primer puente de mayo a cerca de 400 jóvenes de ambientes salesianos de toda España en Madrid. El objetivo de dicho encuentro es reunir a jóvenes que participan de manifestaciones artísticas muy variadas: teatro, música, danza, diseño digital, magia e ilusionismo, pintura, humor...

Detrás de este esfuerzo hay una convicción: la pastoral con jóvenes debe conocer y emplear los lenguajes artísticos juveniles, los de siempre y los nuevos. Aunar y ligar evangelización y expresión artística es una intuición que han empleado los mejores catequistas de todos los siglos, y así debe seguir siendo. Basta darse una vuelta por las catedrales de toda Europa o por el Museo del Prado. Una de las tragedias del cristianismo actual es que ya no está al tanto, o lo está a duras penas, de las corrientes artísticas de su época. Hemos perdido la expresión artística y la mayoría de los artistas se han divorciado de la fe cristiana. Es una de las manifestaciones más preocupantes de aquella frase de la Evangelium nuntiandi: "El drama de nuestro tiempo es la ruptura entre fe y cultura". Algunos pretenden volver a los castillos de invierno y alejar el arte contemporáneo de los templos. Sólo el gregoriano, sólo la música medieval, sólo la pintura y escultura medievales... reflejarían lo sacro cristiano. ¿Nada hay de "semillas del Verbo" (San Justino) en las manifestaciones artísticas actuales, especialmente juveniles?

Don Bosco no escribió libros sobre ello, pero tomó postura. No concebía sus casas para chicos rescatados de la calle sin enseñarles teatro, juegos de magia, cantos, incluso hacer sus bandas musicales aunque fuera con presupuestos de tiempos de crisis. En el lugar donde nació el santo turinés hay ahora dos iglesias: una grande y otra subterránea, tipo cripta. La primera está presidida por un grandioso Cristo Resucitado; la segunda, por el cuadro que ariba incluimos: Don Bosco en uan excursión de otoño rodeado de chicos que llevan la merienda, la banda musical completa, y que van practicando juegos diversos. Para él, la alegría y la belleza salvan: también (o mejor, especialmente) a aquellos hijos de la calle que eran las "víctimas colaterales" de la primera Revolución Industrial.

Para los que tengan dudas, recomiendo releer la magnífica Carta a los Artistas de Juan Pablo II, en que se desarrolla esa idea de llegar a Dios por y desde la belleza. Don Bosco aplicó con sus chicos más de un siglo antes esas ideas. ¿Recuperaremos nosotros el retraso o nos contentaremos con lamentar el divorcio fe cristiana - arte moderno?
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