Hay veces que uno se acuerda de aquel famoso adagio:
"Uno es dueño de sus silencios y prisionero de sus palabras".
Pongo dos párrafos y que cada uno saque sus conclusiones:
1. "Estoy seguro de que el Papa Benedicto XVI se habría alegrado mucho de estar aquí esta noche y también
el Papa Francisco que no es muy musical él pero bueno es lo suficiente para que se emocionase muchísimo esta noche", ha apuntado (
Cardenal Rouco, 10 de septiembre de 2013, según noticia en esta
web).
2.
Papa Francisco en la entrevista concedida a Civiltà Cattolica y publicada hoy, jueves 19 de septiembre: "En música amo a Mozart, obviamente. Aquel ‘Et Incarnatus est’ de su Misa en Do es insuperable: ¡te lleva a Dios! Me encanta Mozart interpretado por Clara Haskil. Mozart me llena: no puedo pensarlo, tengo que sentirlo. A Beethoven me gusta escucharlo, pero prometeicamente. Y el intérprete más prometeico para mí es Furtwängler. Y después, las Pasiones de Bach. El pasaje de Bach que me gusta mucho es el Erbarme Dich, el llanto de Pedro de la Pasión según San Mateo. Sublime. Después, a distinto nivel, no de la misma intimidad, me gusta Wagner. Me gusta escucharlo, pero no siempre. La Tetralogía del anillo, dirigido por Furtwängler en la Scala el año 1950 es lo mejor que hay. Sin olvidar Parsifal dirigido el ’62 por Knappertsbusch”.
Pues yo diría que era bastante musical, ¿no? ¿O el problema era la melodía?