Sede vacante, Vaticano II y Jornadas de Teología
Las circunstancias históricas han querido que la celebración de aquel revolucionario evento eclesial coincida con otro evento no menos revolucionario: la renuncia de Benedicto XVI. Dadas las circunstancias, las Jornadas de Teología se celebrarán íntegramente en Sede Vacante. Pero, aunque la sede esté vacante, vacía, la Iglesia, como nos recuerda Martín Gelabert, no lo está. No lo está porque la presencia del Señor en ella está asegurada por el Espíritu Santo, pero tampoco lo está porque somos muchos los que mantenemos firme nuestro compromiso eclesial. La ausencia de un hombre no impide que la Iglesia siga siendo lo que el Concilio Vaticano II dijo: Sacramento Universal de Salvación.
No cabe duda que la renuncia del Papa hay que leerla como un sigo de los tiempos eclesiales. De la misma manera que Dios se acerca a nosotros en un proceso que llamamos kénosis, el Papa realiza su particular kénosis, dejando de ejercer el poder absoluto que la historia secular eclesiástica le ha atribuido y permitiendo que la Iglesia abra un periodo de debate para decidir qué quiere hacer y cómo lo hará. No importa quién salga elegido, sino qué haga tras serlo. Espero que las reflexiones que se harán en las Jornadas de Teología de nuestro Centro puedan ser de ayuda para la Iglesia que está construyéndose. Para eso tendremos con nosotros a Santiago Madrigal, experto en el Vaticano II, el lunes 4 de marzo a las 19 horas. Su intervención lleva por título El Vaticano II: un Concilio para el siglo XXI. El martes contamos con el profesor Antón Martínez Riquelme, que nos hablará de la Vigencia del Concilio Vaticano II. El miércoles, Lluís Oviedo Torró, ofm, nos hablará de los cambios significativos que aporta el Concilio medio siglo después. Amparo García-Plaza, profesora en Comillas, nos ilustrará sobre la apertura que supone el Concilio de la Iglesia al mundo. El viernes concluirán las Jornadas con la presencia de Jesús Espeja, quien nos mostrará los interrogantes aun abiertos sobre el Concilio.
El Vaticano II sigue siendo una asignatura pendiente de la Iglesia en el tercer milenio. Las expectativas generadas no terminaron de cumplirse y muchos cayeron en el desaliento. Hoy, de nuevo, muchos caen en el desaliento ante las noticias de escándalos relacionados con ciertos prelados y estructuras en la Iglesia. Va siendo hora de volver a las fuentes, volver al Evangelio, volver a Nazaret, Volver a Galilea, donde nos recuerda el Evangelio que nos espera el Señor. ¿Quién sabe si esta renuncia papal no es comienzo del cambio que se esperó hace 50 años, cuando la Iglesia pareció vivir una primavera del Espíritu? ¿Es posible que el Espíritu nos esté indicando el camino a través de la renuncia de Benedicto XVI?
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