50 milagros en Bogotá Santuario de Nuestra Señora de la Peña
"En octubre, acudí a Bogotá para impartir conferencias, mantener encuentros con CEOs y recibir dos distinciones. Durante esas jornadas tuve ocasión de acudir al Santuario de Nuestra Señora de la Peña, situado en el dificultoso barrio de Los Laches"
"Edificado en 1685 tras una visión, destruido por un terremoto y restaurado en 1981 por el párroco Hernando de Rojas, el gran trabajo en el santuario permitió que junto a él funcione el seminario Redemptoris Mater"
"Hablar con algunos de los 50 seminaristas que en la actualidad se preparan en torno a ese Santuario para la ordenación me dejó profundamente edificado"
"Hasta hace escasas fechas, diariamente se producían balaceras junto a la casa de la Virgen y prácticamente cada jornada se acumulaban cadáveres en los aledaños del edificio"
"Hablar con algunos de los 50 seminaristas que en la actualidad se preparan en torno a ese Santuario para la ordenación me dejó profundamente edificado"
"Hasta hace escasas fechas, diariamente se producían balaceras junto a la casa de la Virgen y prácticamente cada jornada se acumulaban cadáveres en los aledaños del edificio"
En octubre, y tras varias jornadas de trabajo en México, acudí a Bogotá para impartir conferencias, mantener encuentros con CEOs y recibir dos distinciones. La primera me fue concedida el viernes 14 por la Prime Business School, de la Universidad Sergio Arboleda, una de las más prestigiosas de Colombia. Uno de sus directivos es el prócer Víctor Hugo Malagón. El exclusivo galardón se entrega a docentes internacionales que han de cumplir exigentes características: entre otras, contar con más de 10 libros publicados, haber sido reconocido como notorio investigador por instituciones académicas de diversos países, etc.
El sábado 15 recibí de manos del embajador de España en Colombia, Joaquín de Arístegui, el premio Saúl Golttman, concedido por JCI Internacional, que distingue a quien destaca por sus investigaciones en el ámbito del Management o gobierno de personas y organizaciones.
Desde que viajé por primera vez a Colombia en 1992, quedé enamorado de ese país. Recoger 30 años después estos reconocimientos me ha emocionado.
Durante esas jornadas tuve ocasión de acudir al Santuario de Nuestra Señora de la Peña, situado en el dificultoso barrio de Los Laches. Tres enclaves de la Madre de Dios bendicen a Bogotá desde las alturas: el de Montserrat, el de Guadalupe y el de la Peña. Los tres cuentan con una afluencia masiva de fieles. Me centro en el de la Peña.
En agosto de 1685, Bernardino Rodríguez de León vislumbró un gran resplandor ajeno a lo que es la luz natural. Se hallaba en los cerros orientales de Bogotá. Procedía el fulgor de unas imágenes en un pedrusco de la Madre de Dios con el Niño en sus brazos, acompañados por san José y dos ángeles. Ninguna criatura humana había podido pintar aquellas imágenes en riscos de tan arduo acceso
Antonio Sanz Lozano, el arzobispo, ordenó que un notario levantase acta de cómo y dónde se localizaba el milagroso hallazgo. Se construyó entonces una sencilla ermita con techo de paja, destruida por el terremoto de 1714. Erigida de nuevo, se sucedieron avatares. Cuando fue viable, la piedra en la que se hallaban las figuras, de toneladas de peso, fue bajada hasta su emplazamiento sacro. Corría noviembre de 1716.
Tras múltiples acontecimientos, entre los que se enumera el mejorable comportamiento del trabucaire José Ignacio Alvarez durante la independencia de Colombia, en 1944 el clero diocesano se hizo cargo del culto. Desde esa fecha y hasta 1968 el sacerdote alemán Ricardo Struve Haker fue el responsable. Realizó un inmenso trabajo social en el barrio. El padre Struve, como sus antecesores y sucesores, tuvo que lidiar con la inseguridad provocada por cacos y criminales narcotraficantes.
Algunos párrocos sucesivos prefirieron prestar sus servicios desde Los Laches y La Peña quedó al cuidado de las Hermanitas de la Sagrada Familia. En 1981, la Virgen fue brutalmente despojada de sus coronas. Un nuevo párroco, Hernando Rojas, agitó voluntades hasta conseguir la restauración de este centro mariano.
El extraordinario trabajo realizado, entre otros, por los sacerdotes de origen italiano, Luca y Alessandro, ha permitido que junto al santuario funcione el seminario Redemptoris Mater, donde se forman vocaciones sacerdotales que surgen en comunidades neocatecumenales.
El asombro se incrementa cuando se conoce que hasta hace escasas fechas, diariamente se producían balaceras junto a la casa de la Virgen y prácticamente cada jornada se acumulaban cadáveres en los aledaños del edificio. Hablar con algunos de los 50 seminaristas que en la actualidad se preparan en torno a ese Santuario para la ordenación me dejó profundamente edificado.
"Hasta hace escasas fechas, diariamente se producían balaceras junto a la casa de la Virgen y prácticamente cada jornada se acumulaban cadáveres en los aledaños del edificio"
En un área donde durante lustros cuajó odio y crueldad ahora, gracias a ese movimiento de origen español, se desarrolla económicamente un barrio y florecen a raudales frutos personales y espirituales.
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