Bernardito Auza, nuncio en España, y Andrés Carrascosa, nuncio en Ecuador Sebastián Chico y Gerardo Neves, dos obispos con padrinos en la casta clerical
"Dos casos recientes y en dos países diferentes que escenifican a la perfección el funcionamiento del funcionariado clerical, incluso en tiempos de Francisco, el Papa anticlerical por excelencia"
"Don Sebastián es muy conservador, ideológicamente próximo a Vox y, por lo tanto, nada proclive a las reformas del Papa Francisco"
"Poco antes de ser nombrado obispo, curas de Murcia denunciaron públicamente en RD que Chico había permitido la celebración de una misa en la capilla del seminario en honor del Caudillo"
"El Nuncio Carrascosa volvió a presentar a Gerardo Neves para una mitra aunque esta vez solo de auxiliar de Guayaquil. ¿Por qué? Para demostrar que el es el que manda. Para dejar buen sentado que una pobre monja, por muy misionera que sea, no puede salirse con la suya. Y menos si tiene las agallas de denunciar públicamente los atropellos de la casta clerical"
"Poco antes de ser nombrado obispo, curas de Murcia denunciaron públicamente en RD que Chico había permitido la celebración de una misa en la capilla del seminario en honor del Caudillo"
"El Nuncio Carrascosa volvió a presentar a Gerardo Neves para una mitra aunque esta vez solo de auxiliar de Guayaquil. ¿Por qué? Para demostrar que el es el que manda. Para dejar buen sentado que una pobre monja, por muy misionera que sea, no puede salirse con la suya. Y menos si tiene las agallas de denunciar públicamente los atropellos de la casta clerical"
La iglesia Catolica es una institución humano-divina y divino-humana, dirigida por una casta clerical que se coopta para perpetuarse en la dirigencia del aparato eclesiástico. Solo desde ahí se pueden entender dos recientes nombramientos episcopales: el de Sebastián Chico como obispo titular de Jaen y el de Gerardo Neves, como auxiliar de Gusyaquil.
Dos casos recientes y en dos países diferentes que escenifican a la perfección el funcionamiento del funcionariado clerical, incluso en tiempos de Francisco, el Papa anticlerical por excelencia.
El hasta ahora auxiliar de Cartagena-Murcia, Sebastián Chico, era el típico sacerdote carrerista, que fue subiendo en el escalafón hasta convertirse en rector del seminario. Y desde ahí fue cooptado por el anterior Nuncio, Renzo Fratini, para la mitra episcopal. Y eso que todos sus compañeros curas sabían que don Sebastián era muy conservador, ideológicamente próximo a Vox y, por lo tanto, nada proclive a las reformas del Papa Francisco.
Pero Fratini, que era de su misma cuerda, lo colocó en las ternas y salió elegido auxiliar de Cartagena. Sin que Omella parase su nombramiento y con la protesta de muchos de sus propios compañeros curas, que conocían perfectamente sus afanes carreristas y sus veleidades ultras.
Veleidades tan evidentes que, poco antes de ser nombrado obispo, curas de Murcia denunciaron públicamente en RD que Chico había permitido la celebración de una misa en la capilla del seminario en honor del Caudillo, tras haber colocado a la entrada la bandera del aguilucho.
Con fotos acreditativas.
Pues ni por esas se detuvo el nombramiento. Y don Sebastián comenzó su carrera episcopal. 32 meses después continúa su rápido ascenso, porque un nuevo Nuncio, Bernardito Auza, supuestamente más abierto y más comprometido con la Iglesia en salida de Bergoglio, lo coloca nada menos que al frente de la diócesis de Jaén.
¿No sabe el Nuncio Auza que monseñor Chico es un ultra cercano a Vox? ¿Le da igual? ¿Por que tanta prisa en remover al francisquita monseñor Amadeo Rodríguez, para sustituirlo por un prelado que representa una visión eclesial y pastoral casi contraria? ¿Es que, cuando interesa, no se tiene en cuenta la continuidad pastoral en una diócesis en salida y embarcada en pleno proceso sinodal, como la de Jaén?
¿Por qué se promociona a un prelado ultra en tiempos De Francisco? Porque el Nuncio o no se entera de nada o es demasiado listo y trata de contemporizar y contentar a la cordada mas conservadora del episcopado. Pero también porque el cardenal Omella, que es el obispo español que forma parte de la fábrica Romana de obispos, no se opone.
Y, en tercer lugar, porque el señor del lugar, monseñor Lorca Planes, ya no aguantaba a su auxiliar y, además, quiere heredar el piso en que éste habitaba, cuando se retire en un par de años. Así se escribe la historia de este nombramiento: una diócesis por un piso.
Pobre diócesis de Jaén que recibe a un obispo para el que lo esencial en sus curas es que vistan traje talar y a ello va a dedicar gran parte de sus energías. Esa prioridad lo define y condena a la diócesis jienense a un largo pontificado ritualista, encerrado en sí mismo y clericalizado…en pleno Sinodo de la sinodalidad.
Pero al aparato clerical las novedades de Bergoglio le suenan a insensateces de un Papa cuasi hereje e iluminado, que quiere centrar la Iglesia en el Evangelio y no en la casta clerical, guardiana de las esencias eclesiásticas. Y para muestra el botón de la promoción de monseñor Chico.
El otro botón de muestra tuvo lugar a cientos de kilómetros, en Ecuador, pero está cortado por el mismo patrón clerical. Gerardo Neves, un cura de Riobamba, amigo del entonces obispo residencial, el español monseñor Parrilla, y del Nuncio en Ecuador, el también español Carrascosa, fue propuesto, en un primer momento, por el tándem patrio como obispo-coadjutor de Riobamba.
La propuesta indignó a la diócesis y una monja misionera, Julia Serrano, puso voz publica al descontento, denunciando la ineptitud moral del prelado. Y el propio Neves se vio obligado a presentar su renuncia al Papa unos meses antes de ser entronizado.
Indignado el Nuncio Carrascosa, que ejerce como amo y señor de la Iglesia ecuatoriana, se fue a Riobamba para pronunciar una homilía de auténtico cacique eclesiástico, en la que acusó a los medios de “mentiras y calumnias” y de “asesinar” mediáticamente a monseñor Parrilla. Y en el más puro estilo mafioso, concluyó: “Conocemos muy bien nombres y apellidos. Y este país no se merece esto. ¿Queda claro?”
Y cumplió su amenaza. Pasados unos meses volvió a presentar a Gerardo Neves para una mitra aunque esta vez solo de auxiliar de Guayaquil. ¿Por qué? Para demostrar que el es el que manda. Para dejar buen sentado que una pobre monja, por muy misionera que sea, no puede salirse con la suya. Y menos si tiene las agallas de denunciar públicamente los atropellos de la casta clerical.
La iglesia en salida no triunfará mientras haya nuncios prepotentes, que premien el escalafón y sigan promoviendo obispos a espaldas del pueblo y en contra de la primavera de Francisco.
La casta clerical no soporta que nadie le marque la agenda y mucho menos que los medios de Comunicacion controlen su ejercicio del poder (que no del servicio). Sobre todo si es un medio libre y profundamente alineado con Francisco y sus reformas como el nuestro. Les va en ello su carrera y la supervivencia de su casta clerical, la plaga de la Iglesia.